Cap 16

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Luego de una hora y media Toni logró divisar el rancho, había pasado dos días fuera de casa, Carlos, Luis y su padre se habían quedado con los vaqueros novatos, pero ella tenía que volver, le urgía ver a Cheryl, la había extrañado como nunca había extrañado a nadie, su suavidad, su calor, sus labios. Cabalgo rápido, al llegar cerca del la casa observó a Julia que estaba en el porche sentada disfrutando del paisaje, la anciana cada tarde se sentaba en el porche e iniciaba su ritual, ella hacia eso cuando Dana estaba con vida, ambas se sentaban y observaban todo, Toni sabía que esa era la forma de Julia de recordar a su pareja, paso a su lado y la saludo con el sombrero, luego fue directamente hasta las caballerizas.

Comenzó a quitar la silla de Suerte, el caballo estaba agotado, no solo había establo muy activo con el movimiento del ganado, sino que durante el trayecto, éste tuvo que ayudar a Toni a buscar varias vacas desbocadas dentro de la espesura del bosque; una vez libre de la silla el caballo relincho, obviamente estaba feliz del peso quitado de su lomo, Toni colocó agua y comida, luego lo introdujo en el establo; finalmente se giró y su corazón casi se detiene de la impresión, Julia estaba de pie junto a la puerta observándola detenidamente.

-¡Jesús, Julia! ¿Acaso quieres matarme de un susto? Pareces un fantasma -habló llevando la mano a su corazón.

-Si es necesario lo haré.

-¿A qué diablos te refieres?

-A que no vas a salir de aquí, hasta decirme todo lo que sucede con Cheryl -espetó la anciana.

-Ahhhh... ya sabes lo que sucede -dijo Toni incomoda, ella odiaba conversar de este tipo de cosas.

-Vamos, deja de tratarme como si fuera Carlos o tu madre, soy yo, ven y cuéntame todo como se debe -dijo sentándose en un viejo banco del establo e invitando a Toni a sentarse junto a ella.

-Que puedo decirte... me gusta -hablo sentándose al lado de la anciana.

-Hace mucho más que gustarte, nunca habías abandonado el ganado -dijo Julia sonriendo.

-Si, mucho más... Julia, yo la quiero, ella es tan suave y cálida, siempre picara, eso es bueno porque sabes cómo soy -dijo sonriendo.

-Sé cómo eres, pero he aprendido a como es Cheryl, tienes razón es muy cálida, pero tiene su genio.

-Lo tiene y eso me gusta más, cuando se enfada se muestra tan sexy.

-¿A qué le temes? -pregunto. Conocía a Toni a la perfección, a pesar que ésta siempre trataba de ocultar sus sentimientos.

-A que no quiera quedarse, la vida aquí es dura y ella viene de la ciudad, tal vez con el tiempo decida que esto no es para ella y se marche -dijo Toni con evidencia de tristeza en su voz.

-Dana venía de la ciudad, ella siempre tan práctica, pero cuando entramos a vivir aquí, adoro todo de inmediato, lo único que nunca pudo abandonar fue sus compras al supermercado y ahora yo soy la adicta, pero es mi manera de sentirla cerca -hablo sonriendo y acariciando dulcemente el cabello de Toni- Veo mucho de Dana en Cheryl, su misma mirada pero hay algo que veo en Cheryl que va mucho más allá, ella se ha redescubierto aquí, siento que aquí ella puede ser quien realmente es.

-¿Cómo enamorarse de mi?

-Si justo como eso, no sientas temor, ella está aquí y no creo que vaya a ningún lugar.

-Tal vez tengas razón -dijo levantándose del lugar.

-Espera ¿Cuánto tiempo tienen juntas?

-Solo un par de semanas -mintió.

-Carlos me indico que ustedes se besaron a sus espaldas hace un mes.

-¿Carlos? -pregunto asombrada.

-Si, pero tuve que torturar al muchacho, él te adora.

-¿Estás tratando de comprarme?

-Un poco ¿Cuándo le dirás a tu madre?

-Ummm -gruñó.

-¡No me gruñas! ¡Debes decirle! -dijo Julia.

-Mañana, ¿Ahora puedo marcharme? -dijo impaciente.

-Ve... ve y besa a tu mujer.

-Ella no es mi mujer -dijo Toni sonrojada.

-¿No han hecho el amor aún? ¡Dios eres una torpe! ¿Pero qué le sucede a la juventud de hoy? -dijo levantándose del banco.

-¿Cómo torpe? -pregunto ofendida.

-Como escuchaste... ¡Torpe!, ahora ve y no continúes perdiendo el tiempo conmigo -hablo observando a Toni salir del establo.

Cheryl estaba absorta en su trabajo, esto la hacía olvidar sus pensamientos que derivaban siempre a Toni y su ausencia, dos días sin verla ni escucharla fue duro, el primer día se sintió como un mes entero, el segundo fue rápido gracias al trabajo y hoy estaba pasando bastante rápido; de pronto escucho un bullicio procedente del piso de abajo, salió de su oficina, bajo las escaleras y se asombró de ver a Toni en la sala de la casa, mientras su madre escuchaba la explicación, sus ojos se agrandaron y por más que quiso contener sus impulsos todo fue en vano, solo corrió y se abalanzó sobre su vaquero favorito y la beso.

Mónica quedó impactada ante la escena, Cheryl estaba besando a su hija en medio de la sala, su corazón se aceleró, pero pronto se alegro, lo que había sucedido fue maravilloso; la verdad era que contratar a Cheryl fue no sólo para establecer una nueva administración en el rancho, si no de traer una amiga a Toni, pero ver la química de ambas la hizo fantasear y constatar que había sucedido sin su intervención era otra cosa; porque su madre siempre le dijo que lo que está destinado a ser, será, no importa cuántos obstáculos se encuentre. Cuando observó que el beso terminó, le fue inevitable carraspear su garganta haciendo que Cheryl volteara.

-¡Ohhh....por dios! -dijo Cheryl completamente sonrojada, saliendo de los brazos de Toni.

-A eso yo le llamo una bienvenida ¿No te parece Toni? -dijo Mónica, para percatarse del sonrojo de su hija.

-Ehhh... mamá, estaba por... -no concluyó la frase pues fue interrumpida.

-Si claro, justo por decirme, bueno creo que voy a arrancar la piel de Julia, porque estoy segura que ya lo sabía -dijo sonriendo.

-Sra. Mónica yo... realmente -trato de ofrecer una explicación, pero al igual que Toni fue interrumpida.

-Ahora entiendo el abrazo de despedida ¿Por qué no me dijeron? Toni sabes que sería incapaz de cuestionar algo.

-Yo lo sé -contestó Toni.

-No estoy enfadada, solo un poco impresionada, ahora entiendo porque regresaste tan rápido al rancho, vayan a ponerse al día -dijo Mónica sonriendo para luego salir de la sala.

-Qué vergüenza -dijo Cheryl.

-Ni que lo digas -contestó Toni- Pero ella tiene razón, yo no podía estar un minuto más sin verte -dijo tomando en brazos a Cheryl.

-Yo tampoco... Toni -habló sonriendo.

-¿Qué?

-Hazme el amor -dijo Cheryl, observando cómo se abrían de asombro los ojos de Toni.






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