Cap. 3: La conexión

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El coche no frenó hasta que llegaron a casa de los padres de Mary y Evelyn, Maggie estaba muy débil, por la inmensa cantidad de sangre que había perdido, pero el hospital más cercano estaba a más de 1 hora en coche, es decir, si intentasen ir no llegarían a tiempo.

Rápidamente la ayudaron a bajar, juntas entraron a la casa, la tumbaron en el sofá e intentaron frenar la hemorragia con una camiseta vieja.

-Esto es una locura- Dijo Mary asustada.

-Lo sé, pero tenemos que hacer algo, llamar a la policía por ejemplo-  Sugirió Mia.

-¿Qué pasa? ¿Qué hacéis aquí?- Bajó las escaleras Evelyn medio adormilada.

-¡Vete a dormir, Eve, papá te va a regañar!- Ordenó Mary frunciendo el ceño.

-¿E...eso es sangre?- Dijo Evelyn señalando a Maggie.

-¡Joder, vete a tu habitación de una vez!- Dijo Mary muy cabreada.

Justo en ese momento, un extravagante tono de llamada rompió la tensión de ese momento, era el móvil de Mary, que indicaba que tenía una llamada entrante.

El móvil indicaba que la llamada era desde el móvil de Maggie, que obviamente, se lo dejó en casa de Mia, por culpa de la forzosa huida.

Mary descolgó la llamada con los dedos temblorosos.

-¿D...diga?-  Dijo Mary asustada.

-La próxima vez no fallaré, 7 horas...-Dijo una distorsionada voz, acompañado del descuelgo de la llamada.

-¿Quién era?- Dijo Mia extrañada.

-Creo que era ese tipo, solo ha dicho que no fallará, y 7 horas, no se que puede significar...-Dijo Mary bloqueada.

-Esperad un momento, ¿A qué hora "asesinaron" a Daisy?- Preguntó Evelyn con crudeza.

-A las 19:00, ¿Por?- Respondió Mia, mientras le acariciaba la cabeza a Maggie.

-Vale, ¿Y qué hora es?- Dijo Evelyn mirando el reloj rojo chillón que portaba en su muñeca.

-Son las 2:38, han pasado 7 horas desde el último asesinato, creo que hay una conexión con eso-Dedujo Evelyn con sabiduría.

-Entonces, ¿Ese cabrón nos va a atacar cada 7 horas? Esto es una locura- Dijo Mary asustada.

-Lo sé, pero hay que hacer algo ya- Dijo Mia decidida.

-Nos deberíamos separar, Mia, vamos en coche a la comisaría para denunciar esta locura- Dijo Mary cogiendo las llaves del coche.

-Pero no quiero dejarla sola- Dijo Mia mirando con tristeza a Maggie, que se retorcía de dolor.

-Mi hermana cuidará de ella hasta que volvamos, además, mi padre no tardará mucho en volver del trabajo- Dijo Mary convenciéndola.

-Vigílala, por favor- Dijo Mia abrazando a Evelyn.

-Vale, Eve, en cuanto salgamos cierra todas las puertas y ventanas, si puede ser, intenta no encender muchas luces- Aconsejó Mary a su pequeña hermana.

Mary y Mia se montaron rápidamente en el coche y condujeron hasta la comisaría, que se encontraba a 15 minutos de la casa de las hermanas.

Mientras tanto...

-Esto es más aburrido de lo que pensaba- Dijo Evelyn sentada en un sillón de aquel estrecho comedor.

-Al m...menos no te han clavado un cu...cuchillo- Dijo Maggie dolorida.

-Imagino- Contestó Evelyn con sorna.

-Por cierto, ahora vuelvo, tengo que ir al lavabo- Dijo Evelyn tocándose la barriga.

Maggie levantó el pulgar para denotar su acuerdo.

Evelyn subió las escaleras y se metió al lavabo.

Cuando salió notó una fría brisa en la cara, era proveniente de la habitación de sus padres, cuando entró vio una ventana abierta por completo, la cerró y eso la perturbó.

De lo que no se percató es que el armario que había detrás suyo se estaba abriendo poco a poco.

Mientras tanto en la parte baja de la casa...

-¿Quieres algo de beber?- Dijo una voz femenina proveniente de la cocina.

-Qué rápido has vuelto del l...lavabo, y sí, q...quiero un vaso de agua porfa- Dijo Maggie incorporándose con cuidado.

-Toma- Dijo acercándoselo.

-Gracias- Dijo Maggie extendiendo el brazo.

-Te dije que esta vez no fallaría- Dijo la asesina clavándole su cuchillo en la mano, atravesándola por completo.

-¡AAAAAAHHHHHHH!- Exclamó Maggie arrastrándose por el suelo.

En la parte de arriba...

Evelyn se percató del grito y se dio la vuelta para ir a socorrer a su amiga, pero delante suyo vio una figura alta bloqueando la puerta.

-¡Oh, mierda!- Exclamó Evelyn.

Esa figura la atacó, pero ella fue rápida y consiguió lanzarse a través de la ventana, evitando su muerte.

Evelyn cayó en el jardín de su casa, y rápidamente intentó abrir la puerta de entrada desde fuera, pero obviamente estaba cerrada, al asomarse por la ventana que había al lado vio la peor escena que podía esperar.

-¡Déjame, desgraciada!- Exclamó Maggie intentando subir las escaleras para buscar una salida.

Pero en ese momento, el otro sujeto apareció en lo alto de la escalera, portaba la misma máscara que su compañera, el problema es que Maggie estaba ahora acorralada.

Por suerte, Evelyn fue rápida, cogió una piedra de decoración que había en su jardín y reventó la ventana con un seco golpe.

-¡Por aquí, Maggie!- Exclamó Evelyn llamando su atención.

Maggie consiguió escabullirse de su primera atacante y se arrastró hasta el borde de la ventana, que estaba llena de cristales puntiagudos por el reciente golpeo.

Con dificultad, Maggie se incorporó e intentó cruzar la ventana, pero por culpa de sus anteriores heridas, se resbaló y se clavó todos los cristales en la barriga, arañándola por completo.

-¡Ayúdame, Eve!- Exclamó Maggie con dolor.

Evelyn hizo caso a su amiga y empezó a tirar de ella para ayudarla, pero como Maggie estaba tan débil, no hizo más que lastimarla con los cristales.

Entonces el alto sujeto la agarró de las piernas y tiró de ella, rajándola por completo, y convirtiendo sus posibilidades de sobrevivir en ínfimas.

-¡Déjala en paz, cabronazo!- Dijo Evelyn cabreada.

-Tranquila, que para ti también tengo- Dijo la otra sujeta asomándose por la ventana.

Esa enmascarada agarró a Evelyn del pelo y acercó su cabeza a los afilados cristales.

Pero Evelyn consiguió resistir hasta que sonó un pitido de su reloj, en ese preciso momento, su atacante la soltó, como si nada de eso hubiese pasado.

-Vámonos, ya hemos acabado aquí- Dijo el enmascarado cargándose a Maggie a la espalda.

-Has tenido suerte- Dijo la enmascarada, después de eso los dos sujetos, con Maggie de rehén, salieron por la puerta de atrás de la casa y desaparecieron.

Evelyn no puedo evitar el llanto, no podía creerse lo que estaba viviendo.

Con la mirada perdida, se fijó en su reloj, marcaba las 3:00 en punto, justo a esa hora dejaron de atacar y huyeron.

Eso no era simple coincidencia, sin duda, había una conexión.





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