Harry Potter y la era de los brujos [harry p. x neville l.]

Capítulo O3: El trato

(Muchas gracias por los 300 seguidores¡! Prometí que cuando llegara a esa cifra iba a actualizar todas mis traducciones, ¡y esta es la tercera, disfrutad! <33)

Capítulo 3: El trato

???, 1998 (HACE CINCO AÑOS)

Cuando Harry volvió en sí, estaba sentado en una cueva seca y cálida. Estaba completamente desnudo: su capa y ropa (y, presumiblemente, la varita de saúco y la piedra de resurrección) estaban cuidadosamente colocadas en un estante de piedra cercano. Tenía los brazos y las piernas atados con una cuerda, pero por lo demás estaba cómodo, excepto por un terrible dolor de cabeza, hambre extrema y el comienzo de una sed verdaderamente desesperada.

—Todavía no estoy seguro de si debo alimentarte o no—reflexionó una voz extraña.

Era la voz de la cabaña en el claro: su captor. Harry se giró para mirarlo a través de las gafas rotas.

La persona frente a él parecía humana, pero había algo muy raro en él. Su sonrisa era demasiado amplia, sus ojos un poco demasiado pequeños, su cabeza calva demasiado arrugada, sus dedos demasiado largos. Su capa marrón estaba andrajosa, asquerosa y extrañamente familiar; cuando lo mirabas, sentías como si alguien hubiera estado en tu casa mientras no estabas y movió todos tus muebles.

—Definitivamente deberías alimentarme—dijo Harry con voz espesa, intentando una sonrisa ganadora.

—Eres un encantador natural. Me gusta eso—se rió el hombre extraño.—Los encantadores son siempre los más divertidos de romper. Se ponen realmente jodidos de maneras realmente interesantes.

Harry sintió un profundo escalofrío recorrer su espalda.

Miró detrás del hombre encapuchado; una mesa de cuchillos y otros instrumentos de metal de aspecto perverso se instalaron a lo largo de la pared del fondo.

—Haz lo que quieras. No tengo miedo de morir—dijo Harry valientemente, ignorando el pánico que le atenazaba la garganta.

Aparentemente eso fue algo muy divertido. El hombre extraño se rió hasta que jadeó y lloró, doblado como si tuviera dolor.

—Eso es jodidamente gracioso... por supuesto que no tienes miedo—dijo finalmente, secándose las lágrimas de risa de sus pequeños ojos rojos.—No creo que pueda matarte aunque quisiera. Cosa que no quiero, por cierto. Cuando la mujer lobo me dijo que vendrías... bueno, sabía que se suponía que debía mantenerme alejado, pero no pude resistirme, ¿verdad? ¿Un bebé nigromante justo en mi puerta?

—¿Nigromante?—preguntó Harry, confundido.

—Oh, sí—sonrió el hombre.—Al menos, eso es lo que sospecha la Mujer Lobo. Ella no dijo tanto, pero la conozco desde hace mucho tiempo... Puedo darme cuenta cuando está ocultando algo. He estado buscando un nigromante durante tanto tiempo. 

Se dio la vuelta y comenzó a hurgar en la mesa.

—¿Quién eres?—gritó Harry, escarbando en sus ataduras. Si fuera astuto, tal vez podría liberar una mano y alcanzar su varita.

—Algunos me llaman Friendly—se rió entre dientes.—No te molestes en tratar de liberarte de esas cuerdas. Nunca fallo en un nudo.

Harry comenzó a luchar aún más fuerte cuando Friendly comenzó a caminar hacia él, con una gran sierra en sus manos.

—Así que esta es la cosa—dijo Friendly conversacionalmente.—Nadie tiene miedo a la muerte, no realmente. Son todas las partes dolorosas que conducen a eso las que no nos gustan. Desde esa perspectiva, deberías tener mucho más miedo que la persona promedio, ¿eh?