Capítulo 3. Enfermo.

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—OI, DEKU. —El almuerzo de Midoriya había empezado con insultos del mismísimo Bakugo Katsuki— ¿Dónde mierda está el bastardo mitad-mitad? —Azotó sus manos contra la mesa donde estaba el Dekusquad.

Los amigos se miraron entre ellos, alzando los hombros.

—No hemos visto a Todoroki-kun desde ayer, que su hermano lo llevó a comer luego de clases. —Dijo el peliverde, empezando a murmurar, con la mano en su barbilla, pues había estado pensando en dónde podría estar.

Bakugo frunció el ceño, apretando la mandíbula.

—¡Deja de murmurar, maldita sea! Joder, no sirven para nada. —Se dió la vuelta, dejando a todos confundidos, aunque preocupados a la vez.

Últimamente el rubio había estado incluso más irritable que siempre. Enojado, se fue hacia las habitaciones, con la sangre bombeando intensamente por sus venas.

Tenía una sensación abrumante, solo por no saber dónde se encontraba su compañero, Todoroki. Le molestaba, era muy molesto estar pensando en ese idiota todo el día, pero no estaría en paz hasta no verlo.

Fue hasta la puerta del cuarto del bicolor; iba a patearla y entrar sin más, pero esta sensación de que algo malo pasaba se lo impidió. Tomó aire, gruñendo, entonces tocó con el puño un par de veces, algo fuerte. Se escuchaba el agua de la regadera cayendo, desde quién sabe cuando.

Todoroki salía del baño de su habitación, pasando una mano por su boca. Estaba desarreglado, con un jersey cuello largo, mangas largas, y pantalones holgados.

Abrió la puerta, sorprendido de ver a Bakugo ahí. Rápidamente se acomodó el pelo, escuchando quejidos del rubio mientras tanto.

—¿Qué mierda te pasa? No haz salido de tu puta cueva desde ayer, y es molesto, el entrenamiento de hoy fue jodidamente fácil. —Todoroki no respondió. Bakugo apretó los puños— MALDICIÓN, ¿Qué traes puesto? ¡Di algo, joder! Los inútiles extras no paran de preguntar por ti, es muy irritante. —Era mentira, él era el único que se preocupaba tanto.

El bicolor lo miró con los ojos medio cerrados, se notaba cansado.

—Lo siento, me quedé dormido.

—¿Solo eso? Si que eres un inútil irresponsable, ni siquiera haz salido para comer. —Hubo un pequeño silencio.

—¿Era todo? —Todoroki parecía muy tranquilo. La situación era tan rara, tanto que a Bakugo le empezaba a asustar.

Maldijo bajo, pensando en qué hacer ahora.

—¡Joder, eres irritante! —Lo agarró de los brazos, con intención de jalarlo, pero entonces sintió lo mucho que había adelgazado.

—Bakugo- —Todoroki se separó al instante. Miró hacia un lado. No soportaba que su amigo tuviera una expresión así, tan preocupada de verlo.

En ese momento, solo hubo silencio.

"¿Tu papá te hizo eso?" Esas palabras saturaban la mente del bicolor en un momento. Uno de sus compañeros se había pasado de gracioso hace unos días.

—Maldición, ¿Qué es ese olor? ¿Tienes comida podrida ahí dentro, bastardo? —Bakugo notó con su ágil sentido del olfato, un olor vomitivo venir de su compañero, no era muy fuerte, pero si feo— Date una jodida ducha.

—Lo lamento. Deberías volver con los demás, ellos seguro te están esperando. —Y en eso, cerró la puerta, justo en la cara del rubio.

Esto lo molestó mucho.

—¿QUÉ MIERDA? ¡A mi nadie me ignora, abre denuevo, estúpido bastardo! —Golpeó la puerta varias veces, pero no abrió.

Y por alguna razón, aunque no estaba puesto el cerrojo, él no entró.

Había notado la mirada perdida de Todoroki, sin brillo, y su piel tan pálida como su cabello.

Las lagrimas estaban viniendo, esa preocupación estaba convirtiendose cada vez más en algo entre impotencia y miedo. Era raro, era muy raro.

Quizá debía dejar de lado su orgullo y preguntarle, ¿Pero cómo haría eso? Seguramente se vería totalmente patético. Por alguna razón, nadie se daba cuenta de lo que pasaba, y no sentía la necesidad de decirle a nadie tampoco, creía que él mismo podría ayudarlo. Solo necesitaba saber cómo, ¿Y por qué? ¿Desde cuándo le empezó a interesar tanto lo que le pasara a ese idiota? No lo sabía.

Ya era el día siguiente, era la hora del desayuno, y Todoroki no estaba en la sala común como todos. "Él es así" decían, "Es normal, le gusta estar solo" decían, pero todo eso era pura mierda para Bakugo.

—EY, blatsy, ¿No te quedas a comer waffles? —Preguntó el pelirrojo de su mejor amigo, viendo como el rubio se levantaba con un pequeño recipiente en las manos— ¡Queremos ver cuántos waffles le caben en la boca a Kami a la vez!

—Son unos estúpidos. —Y luego de decir eso, Bakugo se fue.

—Ahh.. Él está muy raro últimamente, ¿No es así? —Mencionó Ashido, mordiendo el trozo de fresa que tenía en la mano.

—No, así es él. —Tranquilizó Kirishima— Seguro se le pasará pronto.

Mientras tanto, Bakugo llegó a la habitación de su compañero, otra vez, tocando la puerta sin tener respuesta. No iba a dejar que se quedara sin desayunar, había preparado una comida saludable para él.

—¡Si no me abres, entraré yo mismo! ¿Oíste mitad-mitad? —Gritó, tocando denuevo sin éxito.

Dicho y hecho, entró abriendo por su cuenta, mirando a los alrededores. Había ropa en el suelo, todo estaba un poco desordenado, y había un olor algo incómodo en el cuarto, pero todo eso se le olvidó cuando vió hacia la cama, destendida, donde reposaba el bicolor, abrazando una de sus almohadas, durmiendo hasta tarde denuevo.

Al verlo, Bakugo, relajó el ceño; solo con eso logró destensar su cuerpo de manera tan rápida. El tranquilo rostro de Todoroki, su posición, tan adorable, tan pacífica, a pesar del descuido, a los ojos de Bakugo, estaba viendo al chico más tierno y lindo de todos.

No, no podía ser eso. Sacudió la cabeza y dejó la comida que había preparado sobre la mesa de luz. Se sentó en la cama, tratando de no mirar a su compañero, pero era inevitable. Solo estaba usando una enorme camiseta, shorts, y un par de vendas en sus brazos. Quería ayudarlo, pero no despertarlo, asi que, tomó una pluma y una nota adhesiva que se encontró por el escritorio, y la colocó en la tapadera del recipiente de la comida.

"Es saludable, más te vale que comas y hagas ejercicio temprano o yo vendré a partirte la cara, ¿Entendido?" Fue lo que Todoroki vió sobre su regalo sorpresa al despertar.

No pudo evitar sonreir por eso.

[...]

Espero les esté gustando. 🙏

Alertas Rojas | BakutodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora