Capítulo 1

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Hola, esta historia está escrita por Kyubi1, ilustrada por ZekkyMonzz, a quien pueden buscar en Twitter y Facebook con ese mismo nombre, pero la portada fue coloreada y editada por su servidor, Kyubi1. 

Esta es nuestra primera historia y tenemos el deseo de hacerla manga algún día, esperamos que les guste. 

Esta habitación le resultaba conocida y familiar, sí, se trataba de la habitación de "ella", su novia, la cual parecía normal, a excepción de las fotos tomadas sin permiso, como paparazzi, en una de las paredes, habían cerca de veinte fotografías y todas eran... de él.

Ella sonreía con los ojos sorprendidos y brillando de amor, con la boca algo abierta con algo de saliva saliendo de la comisura de sus labios pintados levemente de rosa, traía el cabello azul atado en una coleta y sus ojos eran de un color beige, aun estaba usando la blusa blanca de la escuela y la corbata roja con rayas negras en diagonal.

Se veía desquiciada mientras lo tenía ahí, completamente atado de brazos, a su merced, pero cómodo, pues estaba en la cama.

Por otra parte, él estaba ahí, sentado en la cama, atado, mirando a su novia con rostro de psicópata con un rostro pesado, cansado y algo disgustado; lo cual era raro en una situación como esta, ¿es que no estaba asustado?

Sí, estaba observándola con sus ojos morados y en estos no había nada de dudas por lo que sucedía, entendía que había sido secuestrado por su novia, pero ¿por qué?

¿Cómo había pasado todo esto?

Ella era Megumi Minami, una chica de 16 años que fue su compañera en primer año de preparatoria, quien le confesó su amor al iniciar el segundo año, pero que fue rechazada, a pesar de ser bonita.

Luego de eso, Hiro Shimabukuro fue constantemente vigilado por esta chica y recibió todo tipo de correspondencia por parte de ella, declaraciones de amor, hasta que tuvo que aceptar cuando ella le amenazó con un arma blanca.

Y ahora estamos aquí, en la habitación de la chica.

—Hiro-kun, discúlpame por golpearte hace rato... uh, me corroe la culpa... lo tenía que hacer, porque estoy sola por el viaje de mis padres y... ¡y eso lo hace perfecto! —explicó mientras lo tomaba de los hombros y sus ojos se veían más desquiciados.

—Sí, claro... —respondió no muy convencido—. Pero si ya te había dicho que sí te iba a hacer compañía. Maldita sea, otra vez, Megu, ¿por qué estoy atado?

—Oh, bueno, eso es porque me quise adelantar, ya que vas a vivir conmigo~.

—Acompañarte dije...

—¡Me haré cargo de todo! De alimentarte, de bañarte, de ponerte la ropa, de lavarte y de todo tipo de necesidades que tengas~, te casarás conmigo y tendremos hijos ♥. —Exclamó con emoción y hasta soltó una risita nerviosa.

Hiro suspiró y no tardó mucho en pensar en algo para hacerle ver la realidad.

«Sí, digamos que me quedo como animal en cautiverio en esta casa, ¿de qué vamos a vivir? ¿De respirar?»

—Hehehehe~.

—¿Y ya lo pensaste bien?

—¡Sí, pensé en todo! Vas a ser muy feliz, porque no estás en contra, ¿verdad? —Se acercó más a su rostro y le miró con unos ojos muertos ahora—. ¿Verdad...?

—¿Cuánto es tu salario como para que asegures una vida con todos los lujos que quiera? Si va a ser así, yo te ofrezco todo de mí, pero tú tendrás que darme una vida digna, ¿no lo crees? —Sonrió un poco—. Todos tenemos un precio, Megu, incluso yo, así que, ¿y bien? ¿Tu salario es...?

—E-Es... —Agachó la cabeza un poco.

—No tienes trabajo, ¿verdad? —preguntó con el ceño fruncido.

—No... ¡conseguiré uno y te aseguraré una vida digna!

—Ni vendiendo tu cuerpo conseguirías suficiente para los dos, y ni aceptarías un trabajo de dama de compañía, ¿o es que ya me quieres ser infiel?

—¡Eso nunca! —Ella respondió exaltada y lo abrazó fuertemente.

—Y es por eso que el trabajo lo buscaré yo... —dijo con resignación—. Si me desatas, claro, que no iré a ninguna parte.

—¿En serio harás eso... por mí♥? —Se separó un poco para mirarlo a los ojos—. Dijiste todo eso porque... ¡¿Me quieres cuidar de otros hombres?!

Ella le miró con ilusión en el rostro y Hiro se quedó callado unos segundos, luego miró a otro lado.

—Sí...

—¡Kyaaa, Hiro-kun♥! —Saltó hacia él para devorarlo a besos y dejarle marcas de sus labios por todas partes—. ¡Mmn, mmn, mmn♥! ¡Te amo! Mmn, mmh, mmn~.

«¡Ya suéltame, maldita sea! Siempre me hace lo mismo... tengo que asegurarme que esta loca no mate a nadie, o que haga algo y me ponga como su cómplice, cuando no tengo nada que ver con sus locuras, solo acepté ser su novio porque me amenazó... y está buena, no está tan mal». Pensó al sentir sus pechos contra su torso mientras él seguía amarrado y mirando al techo.

—Oye, ya desátame, ¿no? Ya te dije que no me voy a ir.

—Eso no fue lo que pasó la última vez...

—Pero así no puedo abrazarte.

—¡...! —Se sonrojó y lo desató, el muchacho le dio un abrazo—. Hehe~.

—Bien, bien, buena Megu.

—Cuando lo dices así me haces pensar que soy una mascota, Hiro-kun —dijo felizmente.

—No está nada mal tu percepción, Megu, eres como un perrito malcriado.

—¿¡Eh!?

—Y eso es lindo —dijo al mirar a otro lado.

—Oh. —Su rostro se suavizó—. ¿Y esas malditas perras que se acercan a ti en clases también se te hacen lindas?

«¿Ya vas a empezar?»

Ya se le ocurriría algo para dejarle en claro que ella, su novia, era la mejor y confiara en él, incluso se victimizaría con tal de salirse con la suya y después la usaría como sirvienta para pasar una tarde siendo atendido, porque algo bueno debía de sacar de todo esto, ¿no?

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