Capítulo 3

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Ahora ya estaba completamente instalado en la habitación de su novia, la cual era bastante grande para solamente ella, ahora que lo notaba mejor, tenía un pequeño cuarto donde era un armario enorme en el que cupo toda su ropa de una semana, para ello se ocupó el lado derecho, mientras que el izquierdo estaba lleno de ropa y zapatos de su novia.

—Es la primera vez que veo esto, Megu —dijo al observar que al fondo estaba un espejo de cuerpo completo.

—Oh, sí, es que cuando te he invitado a mi cuarto, no quieres venir...

—Luego no quieres dejarme ir, pero mira el lado... bueno; ya estoy aquí.

La chica de cabello azul terminó de acomodar los zapatos de su novio, estaba muy feliz y sonriente, pues estaba viviendo el sueño de vivir junto a su amado Hiro-kun.

«Ahora que lo pienso, es una buena oportunidad para saber qué esconde aquí, ¿de dónde saca las sogas con las que me amarra? ¿Cómo su familia no sabe que compra esas cosas?» Pensó con un rostro serio y un brillo en los ojos que desapareció con el primer deslumbre de estos.

Hiro se acercó a su novia por la espalda y la tomó de los hombros con una sonrisa amable.

—Oye, Megu, ya que estoy aquí, me gustaría ver este armario tuyo.

—¡Ah! Claro que puedes, Hiro-kun, si quieres, ¡puedo modelar para ti♥!

—No hace falta, solo quiero saber qué tienes guardado aquí, eres mi novia, así que no tienes por qué ocultármelo, ¿o sí? —preguntó con seriedad.

—Hehe, si tanto quieres ver, te lo mostraré~. —Abrió las puertas de su armario usando ambos brazos y ahí dentro había ropa, sí, pero no de cualquier tipo.

—E-Esto es...

«Hehe, Hiro-kun, Hiro-kun, ah~, la ropa que tengo aquí es poca, pero esta guardada solo para ti~». Pensó con una sonrisa amplia y en su pupila apareció un símbolo de corazón.

Su novia sacó uno de los conjuntos, pero ahí dentro había un traje formal, un vestido de gala, ropa de enfermera, bikini de vaquita y también, el conjunto que Megu había sacado, un uniforme de sirvienta de color negro con blanco.

—¿Qué tal, Hiro-kun~? Lo sé por tus revistas sucias que guardas debajo del colchón~.

«¡Maldita, conoce mi debilidad por las maids! ¡De hecho, todo lo que está aquí guardado son debilidades!» Estaba en shock, pero claramente encantado.

—Desgraciada, Megu...

—¿E-Eh?

—Vístete.

—¡...! —Se sonrojó bastante de las mejillas. «Sabía que le gustaría, nunca había podido usarlo, pero llegó el momento, y se ve tan atrevido~, ah, Hiro-kun, cuando me ves con tanto deseo, yo... ¡Soy muy feliz♥!»

—Megu, dijiste que modelarías, ¿no? Bueno, quiero que ahora te conviertas en mi maid personal, nadie más que tú~.

—¡...! ¡Sí♥!

Hiro esperó afuera y Megu no tardó mucho en vestirse como una maid, por lo que salió en pocos minutos, pero tan solo salió del cuarto, se lanzó hacia su novio.

—¡Mi amo queridooooo♥!

—¡...! —Fue abrazado por brazos y piernas por esta chica que pareció una araña—. Megu, ¡así no actúan las maids!

—¡Soy una maid de amor!

—¿No que leíste las revistas? ¡Esas tenían una historia de amor prohibido entre el amo y la maid!

—¡Ahh! —Lo miró, aun abrazándolo fuerte—. Oh, ya sé, es rol-play, ¿no? No sabía que te gustaba, espera un momento.

—Hnn... —Estaba disgustado, puesto que quería vivir su fantasía como en las revistas H, y debía de ser cómo debe ser.

Ella se separó y puso sus manos detrás de su cadera, hizo un rostro normal y realizó una reverencia.

—Amo, perdone mi atrevimiento anterior. Le ruego me disculpe, mi querido amo♥.

«¡Sí, justo así! Maldita sea, ¡tiene talento para esto!» Sonrió con la boca abierta y la acarició de la mejilla, cosa que hizo enloquecer el corazón de su maid.

—¿Amo♥?

—Está bien, te perdono, Megu. Lo haces muy bien, pero empiezo a tener hambre, ¿me das algo de comer?

—Por supuesto que sí, mi querido amo♥. Lo traeré enseguida, póngase cómodo en la habitación.

Ella se retiró de la habitación y el joven se acostó en la cama de un pequeño salto, fue ahí cuando sintió que la almohada era demasiado dura.

Hiro revisó dentro de la funda de la almohada y se encontró con una pequeña libreta, era del tamaño de un libro de bolsillo, de color morado y con marcador decía "Mi Diario".

«Así que, este es su escondite para su diario... no quiero ni imaginar lo que escribe aquí...» Tuvo la intención de abrirlo y leerlo, pero cerró los ojos y detuvo esos deseos. «No. Estoy disfrutando de una de mis fantasías, no la voy a joder leyendo esto».

El muchacho lo volvió a guardar donde estaba y se acostó para mirar el techo, sin mucha preocupación.

«Esto no es tan malo, solo debo controlarla por una semana, lo bueno que mañana es sábado». 

Bittersweet LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora