❝ From my blood come the prince that was promise and his will be the song of ice and fire ❞
¿Qué hubiera pasado si Daenerys hubiera tenido una hermana? Conoce la historia de Rhaella Targaryen.
A Game of thrones fanfiction
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300 d. C, Yunkai
Daenerys y Rhaella estaban sentadas en una roca.En su regazo estaba Valyrian, y en el de Daenerys, Drogon. En medio de ambas hermanas estaba sentada Alysanne, esta estaba jugando con el dragón de madera que en un pasado había pertenecido a su hermano.
Desde donde estaban veían como los otros dos dragones jugaban entre ellos. Drogon y Valyrian eran los más tranquilos.
Los hermanos dragones se pelearon por un trozo de carne en el aire. El trozo de carne cayó a los pies de las princesas. Y los cuatro se pelearon por el trozo. Rhaella decidió no meterse, sabia que eso era peligroso.
En cambio su hermana trató de calmarlos. Drogon se le giró asustándola. Los cuatro dragones emprendieron vuelo.
— ¿Estáis bien, hermana?
Entre ellas se hablaban en valyrio. Así no se olvidaban del idioma y lo practicaban. La menor la ayudaba a mejorar su entonación.
— No entiendo porqué ha reaccionado así.
— Están en la etapa de adolescencia. — Calmó. — No puedo ni imaginarme cuando mis hijos esten en esa etapa — fingió un escalofrío.
Si ya era difícil con niños normales, los suyos que eran Targaryen serían un duelo. La sangre del dragón les corría por las venas, lo que les hacía imparables.
Jorah se acercó a ambas.— Son dragones, Khalessi. Nadie puede domarlos. Ni siquiera su madre.
Luego bajaron del monte para acercarse a los Inmaculados. Alysanne iba en brazos de su madre riendose. Está le estaba haciendo cosquillas.
— Ser Barristan.
— Majestad.— Se inclinó.
— ¿Y los hermanos Naharis? ¿Dónde está Gusano Gris?
— ¿Y mi hijo?— Preguntó esta vez Rhaella.
— Jugando, majestad.
—¿Jugando? — Las dos hermanas se miraron escépticas.
Las hermanas siguieron por el camino que les abrían los Inmaculados. Los esclavos se inclinaban cuando pasaban y las Targaryen les sonreían.
Cuando llegaron frente a los hombres vieron a Daario y a Gusano Gris uno enfrente del otro, con espadas en la mano. Atrás estaba Erik con Daemon sentado en sus piernas. Estos se reían.
— ¡Mami! — Daemon en cuanto vio a su madre salió corriendo para abrazarla. El niño había crecido, a sus seis años de edad cada vez se parecía más a su padre físicamente.