Siempre por él [Azulin X Cabo Pompón]

Única parte

Hay bastantes dudas entre los soldados.

Dudas de sí es que ganaremos está guerra, si es que el teniente Azulin está en lo correcto, incluso varios lo han catalogado como loco, hemos tenido que echarlos, lastimosamente para ellos sus dudas no tienen cabida en este lugar.

No puedo creer aún que se atrevan a dudar de él, alguien que ha sobrevivido a la guerra y que la misma le ha quitado tanto.

Su hermano, su ojo, su rostro, su mano, su compañía y su propio sargento.

—Cabo Pompón—

"El teniente Azulin es tan fuerte, tan intimidante, ciertamente con el ganaremos la guerra."

—Cabo Pompón!—

"Tal vez incluso no solo ganen la guerra, podría ser condecorado y tener más poder, llegar a un puesto del gobierno, ciertamente sus ideales son admirables, firmes como la roca."

—Cabo pompón! Despierte!—

—¡Ah si! ¡A su servicio teniente Azulin!— había vuelto a la realidad, alejándose de esos pensamientos y fantasías para saludar adecuadamente a su superior.

—Descanse... Necesito que me preste atención en esto, usted ha sido de gran confianza para mi y solo por eso usted tiene este privilegio de ver y oirme— dejo el puntero de madera encima de su escritorio y acercarse al oso de color amarillo.

—No le mostraría a cualquiera mis planes—

—Lo lamento señor, estaba pensando—

—Espero que haya sido en la victoria—

—Afirmativo! Con usted en el poder ahora está interminable guerra terminará con una victoria asegurada, admiro mucho su liderazgo!—

—Me alegra oír eso— se acercó con rapidez tomando con su única mano el mentón de su soldado, alzando su rostro y analizarlo con detenimiento.

Recuerda como era sentirse tan cerca del rostro de su teniente, su respiración a través de su máscara.

Era tan extraño que la distancia permaneciera casi nula por tanto tiempo.

Sus manos empezaban a sudar, su respiración era ahora intranquila, jadeaba alarmado y no sabía dónde poner sus manos.

Su rostro se alzó junto a la mano del oso azul, quien solo quería ver de otro ángulo a su subordinado.

Que no lo viera sería lo mejor, esa sonrisa podría transmitir más de lo que quería.

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—Cabo pompón ya le dije que no sea tan duro con los soldados—

—Lo se teniente! Solo que no pueden dejarse llevar como si fuera un simple paseo al parque, estamos yendo a un lugar peligroso, podemos perder cientos... Tal vez miles!—

—Tienen que estar conscientes que tal vez no vuelvan!—

Con rapidez el joven cabo fue derribado por el oso azul, su rostro beso la tierra con fuerza, y uno de sus brazos fue sostenido detrás de su espalda con fuerza.

—Agh!— jadeo sorprendido por tal ataque de su superior, nunca había sido así, había hecho algo mal?

Si, era eso, había respondido a las órdenes directas del contrario.

Cómo había sido tan tonto.

—Perdone... Agh señor... No debí oponerme a sus órdenes, se que lo que usted siempre diga, va a tener razón, por qué usted más que nadie... Sabe lo que hace—