Sin importunos

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South Park nevaba, el invierno había llegado hace mucho así como también la Navidad. No es como si para cierto castaño esa fecha fuera algo importante, por lo que había decidido viajar unos cuantos días antes a otro Estado más tropical y divertido que ese pequeño pueblo, sin embargo, cuando regreso fue mucho peor de lo que pudiera esperar.

Una fuerte nevada ha caído sobre todo South Park, esta ha impactado con fuerza la temporada y se estima que seguirá con la misma magnitud por un tiempo indefinido.

Aconsejamos no salir de casa si no es necesario y evitar usar el auto.

Genial, lo que le faltaba.

Mientras oía casi de manera incomprensible la televisión de su vecino, estaba buscando sus llaves, hacía bastante frío y no se molestó en bajar las cosas del auto. Diría que se arrepiente, pero sabe que muy ordenado con sus maletas no es, y las llaves pueden estar en cualquier lugar.

Pensó por un momento que hacer, era más que claro que dormir en su casa esta noche no iba a poder, así que debía buscar una solución rápida si no quería convertirse en un hombre de nieve.

¡Eso es!

Dormiría en casa de uno de sus amigos, estaba seguro de que cualquiera de ellos estaría encantado de recibirlo en su casa, pues todos aman a Clyde Donovan, el más guapo y cool del pueblo.

Token fue el primero en su lista, pero cuando hizo la llamada nadie de la otra línea contesto.

¿De qué le servía ser rico si no tenía buen internet?

Desistió al tercer tono de la tercera llamada, y continuo con su otro amigo, Jimmy.

En California.

¿A caso hoy era su día de mala suerte? ¿No podía ser otro un poco menos frío?

Suspiro un poco más serio, hacia cada vez más frío y sus opciones se limitaron bastante, solo quedaban dos personas con las cuales podría acudir, y para su suerte, estas estaban casadas.

Antes de presionar el botón de llamada, pensó por un instante. Seguramente si decide estar con la pareja sería una convivencia muy incómoda para él y sus amigos, a él no le agradaba mucho la idea de compartir su vida con otra persona de tal forma como lo es un matrimonio convencional. Tal como lo era el matrimonio de su mejor amigo Craig y Tweek.

Guardo el celular y se dirigió al centro comercial, aparte de frío, tenía mucha hambre, y unos fideos instantáneos con café caliente no le caerían nada mal, por más que esa combinación no fuera para nada saludable.

– Necesito que compres esto, Craig. – Dijo un rubio de cabellos alborotados entregándole una lista de mandados al susodicho, quien tomo el papel con cuidado y vio lo que estaba escrito.

Craig rio un poco con dos cosas que harían mucha falta si no las compraba, y es que no podía creer lo rápido que se acababan, él y Tweek eran unos pillos.

– Así que se nos acabaron los condones otra vez. – Tweek reaccionó con un saltito, sonrojándose al instante sin atreverse a voltear a ver a su marido, ya que anteriormente preparaba la sopa.

– ¡Y el café, Craig! – Grito con nerviosismo, encarando al pelinegro con pena.

– Te amo, cariño. – Soltó suavemente el azabache, mirando directamente las pupilas de su hermoso esposo, tan brillantes y azules como el océano con la mezcla de los rayos del sol.

Cuanto lo amaba, y cuanto lo adoraba.

– Yo también te amo, amor. – Le dijo el blondo, dejándole un casto pero tierno beso en los labios de Tucker.

Traición sin intenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora