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Minho observó el mensaje que Jisung le envió segundos atrás, diciéndole que en media hora pasaría a buscarlo, y tomó en brazos a Jeongin.

El pequeño bebé berreó en señal de felicidad, saliendo de la pequeña tina de plástico transportable que Minho le tenía para bañarlo. Lino lo envolvió en su toalla, secándole el cabello y oyéndolo reír. El omega también se rio, haciendo vibrar sus labios y presionándolos contra el estómago de su cachorrito, y In-in rio con más fuerza.

— Ahora si estás feliz —suspiró Minho, alejándose y secándolo por completo—, ¿no? Solo quieres ver a mi profesor.

— ¡Baba! —gritó Jeongin, emocionado.

— Bueno, ¿y cuándo me llamarás a mí? —bufó el omega.

— ¡Babi! —añadió el bebé, sin dejar de sonreír.

Minho también sonrió ampliamente, poniéndole los pañales y luego los calzoncillos y calcetines. Ese día no iba a hacer tanto frío, así que optó por una camisa blanca y encima, un enterito de gatito, que Hyunjin le regaló, pero le quedaba algo grande. Al pequeño no le interesaba, le gustaba mucho usar esa prenda, en especial porque las mangas de las muñecas cubrían sus manos.

— Te llevaré, a pesar de que es mi cita —recalcó Minho, apuntando al bebé. In-in lo miró con esos ojos enormes—, así que más te vale que te portes bien, pequeño zorrito.

— ¡Prrrrr! —balbuceó el bebé, elevando sus manitos y tocando las mejillas de su mamá. Minho solo se rio.

— Si me haces un berrinche, prometo no darte más leche —amenazó, y Jeongin frunció el ceño.

Minho le pellizcó la nariz, tomándolo en brazos y dejándolo en el suelo. El bebé inmediatamente empezó a gatear hacia sus juguetes, por lo que el omega no tardó ordenar las cosas de Jeongin en su bolsillo. Pañales, muda de ropa, su chupete, algunos juguetes con los que entretenerse, además del canguro que siempre llevaba para todas partes. Ya era parte de él.

Se sobresaltó cuando la puerta del departamento fue tocada, notando que no estaba un poco listo para salir, y sus nervios se atenazaron en su estómago.

Tomando aire, fue a abrir la puerta y observó a Jisung frente a él, sin el típico traje al que ya se había acostumbrado. Ahora solo llevaba unos pantalones oscuros, una camisa blanca y una chaqueta de cuero. Santo dios.

Sintió el color pintando sus mejillas.

— ¡Pro-profesor! —tartamudeó Minho.

— Jisung —corrigió el adulto, sonriendo levemente—. ¿Cómo estás, Min?

El apodo le puso más nervioso enseguida, pero trató de controlarse para no soltar feromonas y llamar la atención del hombre. Se supone que era una cita de amigos, ¿no?

— Todavía no estoy listo —barboteó Minho—, ¡pero pase! —se hizo a un lado, invitándole a su pequeño apartamento—. ¿No le molesta esperarme unos minutos?

— No te preocupes —Jisung no dejaba de sonreír—. Puedo cuidar al pequeño In-in si tú quieres.

— ¡Baba! —gritó Jeongin, feliz, y dejó sus juguetes de lado para gatear hacia Jisung.

Way Back Home.《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora