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Dejó su automóvil a un costado del instituto, se arregló el cabello por última vez en el espejo retrovisor y abrió la puerta. Coló su mochila en su hombro y aseguró su coche poniendo seguro, una vez listo retrocedió unos cuantos pasos y miró con el pecho inflado su preciosura.

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Había trabajado durante todo un año para comprar ese auto, desde pequeño y gracias al conocimiento y gusto heredado por su padre, él había deseado siempre tener un clásico de los 70's. Con ayuda de su padre logró encontrar un lugar cerca de un deshuesadero donde podría conseguir un carro, pero cuando pensó que sería una tarea difícil lograr convencerse solo por uno, fue allí que lo vio... y fue amor a primera vista. Completamente negro esmaltado, con grandes yantas cromadas y una carrocería digna de un tanque, allí estaba prácticamente esperándolo. Casi corrió hasta el polvoriento y olvidado vehículo, lo tocó con las yemas de sus dedos y una enorme sonrisa se instaló en su rostro.

—Lo quiero, —Jimin miró a su padre y éste alzó una ceja — quiero éste papá.

—Pero ni si quiera hemos dado la vuelta, hay mucho coches aquí que te pueden gustar además de éste.

—No, olvídalo. —rodeó el auto y retiró el polvo de una de las ventanillas. Ahuecó sus manos y observó el interior de éste — Mierda, —masculló con emoción — mira esos asientos de cuero papá, ese tablero cromado de manera...

—Bien, —suspiró y sonrió — supongo que lo llevarás ¿No?

—Por supuesto que sí, ¿Dónde está el dueño de éste lugar? —giró para mirar sobre su hombro, impaciente.

—Tranquilo, eh. —le revolvió el cabello — Aun no sabemos cuánto cuesta.

—Le daré uno de mis riñones si quiere, pero yo me llevo esta máquina sí o sí.

—¿Un riñón? —soltó una risita — ¿Por qué no el hígado, eh? —preguntó burlón y Jimin lo miró con suma obviedad.

—Por qué lo necesito para los fin de semana papá, —rodó los ojo — ¿Tú hubieras dado tú único hígado en tu juventud? —preguntó.

—Claro que no, ¿Con qué sostengo las cervezas entonces?

—Exacto, ese es el punto. —levantó su pulgar y su papá se carcajeó — En cambio, puedo vivir con un riñón en mi cuerpo. Así que no me importaría entregarlo a cambio de ésta belleza.

—Tú no tienes caso. —negó de forma divertida — Eres igual de precipitado y demente que tu madre.

—Pero la amas.

—No sabes cuánto.

Ambos rieron y en ese instante un señor de cabellos blancos con pinta de haber salido de las cavernas se acercó a ellos. Saludaron cordialmente y Jimin le dijo que estaba interesado en ese carro en particular, el hombre solo lo observó y asintió.

—Es el único que queda de su tipo, —mordió la pajilla que sostenía entre sus dientes — ya nadie quiere comprar éstos modelos, en especial modelos de los 70's.

—Pues bien, yo quiero éste y me encantan éstos modelos. —dijo Jimin entusiasmado.

—Al parecer a los chicos de tu edad le gustan los clásicos, ayer vino un muchacho acompañado de otro. —apuntó un espacio vacío detrás de él — Y se llevó el último Pontiac Trans América del 77. —el papá de Jimin silbó y alzó ambas cejas.

—Buen auto. —dijo el señor Park.

—Así que ahora tú te llevarás éste último Chevy Nova del 77. Me alegra saber que existen pocos que aún les gustan los clásicos. —sonrió y Jimin asintió con entusiasmo— Te haré un descuento.

Captivating Enemy 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora