V

747 65 0
                                    

¿Acaso estaba soñando? ¿Qué hizo de bueno en su anterior vida para despertar con semejante diosa encima suyo?.

JungKook no entendía en que momento de la noche había ocurrido, él por lo usual tiende a dormir sus ocho o hasta doce horas seguidas sin ser interrumpido. Sin embargo, ahora que despertó, su cuerpo era aplastado por una bonita pelinegra encima. YoonGi estaba durmiendo con él, y él, ni siquiera se dio cuenta de tan glorioso momento.

Y ni hablar de aquel corto y sexy vestido de seda con encaje que apenas cubría sus redondos glúteos y dejaba volar tu imaginación. Los pechos de la menor encajaban a la perfección con su torso. Las manos del moreno picaban por levantar un poco de esa prenda, rogaba por tocarla a su antojo, no obstante, no podía ser tan degenerado y aprovecharse de su estado.

Está bien, admite que ha sido bastante pervertido con respecto a aquellos toques inusuales sobre ella pero no lo hacía con malas intenciones, YoonGi despertaba en él una sensación inexplicable que anteriormente jamás sintió por sus otras conquistas. Esa bonita pelinegra de verdad que quería matarlo sin siquiera usar un arma de defensa.

Cerró sus ojos fuertemente al ver como YoonGi se removió un poco sobre él, levantando sin querer, la parte trasera de su vestido, dejando al descubierto lo que llevaba puesto. A JungKook casi le da un infarto, YoonGi tenía puesto una braga de encaje que podía jurar sólo ocultaba su parte delantera.

一Dios...- susurró sin querer despertar a la chica. 一Oye, no es momento de que tú también despiertes. Sé fuerte por ambos.- pidió a mini Jeon, quién no cooperaba en lo absoluto con su delirio. 一Por favor...- suplicó tratando de mantener su lado raciocinio o más bien el poco que aún quedaba en él.

YoonGi por su parte, se sentía cómoda. Pues, a veces no era consciente de donde despertaba ya que sufría de sonambulismo. Incluso su propia familia tuvo que acudir a cerrar con seguro tanto ventanas como puertas debido a que la pelinegra no siempre se encontraba en casa.

一YoonGi...- dijo JungKook, logrando calmar a su compañero de abajo. 一Hey, si no te despiertas, juro que te follaré.- insinuó, fue lo primero que su estúpida cabeza pensó.

La pelinegra no emitía señal de querer hacerlo, todo lo contrario, se abrazaba más a él como si fuera un cálido y bonito peluche.

一Despiertas o juro que no dudaré en tocarte ese estupendo trasero que te cargas.- habló esta vez en un tono alto. YoonGi frunció su ceño, acomodandose en modo koala, permitiendo que sus intimidades rocen sin ningún tipo de escrúpulo. JungKook suspiró en el instante que su pelinegra favorita gimió dormida, siguiendo con aquel vaivén que a este punto, había despertado del todo a la bestia. 一¿Qué tan sucia eres de mente, Min?.- cuestionó al borde de posar sus manos sobre esos dos deseables duraznos.

Quedó mudo cuando una mano de YoonGi viajó hacía mini Jeon, dejándola puesta allí al tiempo que le dio un buen apretón.

一¡Maldición!.- JungKook soltó un gemido ronco, queriendo que su sexy compañera siguiera con tal acción. El moreno chico no aguantó un segundo más, sus dos grandes manos se posaron en aquel sitio con el que todos los días soñaba. 一Se siente tan bien.- dijo finalmente al darle unos leves apretones.

YoonGi despertó de golpe, tragando en seco cuando se dio cuenta donde estaba acostada y con quién precisamente. Una de sus manos sintió algo duro, no entendía que hasta que vio de que se trataba.

一¡No puede ser!.- chilló cayendo de golpe al suelo. JungKook pudo respirar de nuevo, aunque quedó algo frustrado por su separación. 一¡¿Qué me hiciste, maldito pervertido?!.- dijo ocultando su cuerpo como podía entre sus brazos.

一¿Yo?.- se señaló así mismo. YoonGi lo fulminó con una mirada de asesina en serie. 一Nada, sólo que sin darme cuenta gané la lotería al despertar contigo encima mio. Agradecí a todos los dioses existentes de haber sido bendecido.

一¡Tonto!.- exclamó lanzándose nuevamente arriba del castaño. JungKook no opuso resistencia, es más, tenerla en esa posición le era fascinante. YoonGi se movía como una diosa olímpica, aunque eso también incluía llevarse unos cuantos golpes en el proceso. 一Abusador, cochino.- balbuceaba mientras exprimía su enojo sobre JungKook sin tener conciencia de que eso sólo generaba excitar más al chico, y por ende, a ella también.

一¿Por qué?. Si fuiste tú quién causó esto. Te haré una demanda por no asumir tus responsabilidades con tu esposo.

一¡Kyaaaaaaaaa!.- exalta al saltar sobre él, YoonGi no jugaba limpio y eso, eso fue algo que no pasó desapercibido para JungKook. 一Idiota, te odio.

一Sabes, mi madre siempre dice, los que se odian se aman. Y no cabe duda que te mueres por este bombón que tienes debajo tuyo.- mencionó este, sosteniendo su cintura sin detener esos saltitos que YoonGi daba sobre él.

一¿Bombón? Vamos, ni que fueras Chris Evans o Jason Momoa.- habló con sumo sarcasmo.

一Soy mejor que esos dos, soy el sexo, soy el componente químico que necesitas para hacer la fórmula perfecta, soy el maldito Jeon JungKook.- dijo

一¿Eh?.- responde, en verdad, YoonGi no había entendido nada de lo que dijo. JungKook quiso desaparecer en ese mismo momento. 一No sé que dijiste pero nada de eso es cierto.

JungKook no entendió en que momento sus manos estaban posadas sobre el trasero de aquella sexy pelinegra y ella no hacía nada para alejarlo.

一Sal conmigo.- propuso. YoonGi alzó una ceja, confusa de su comentario.

一Claro, saldré contigo...- sonrió haciendo que JungKook también lo hiciera. 一Si resistes un día entero sin tocarme el trasero y mis pechos.

El moreno chico vio que una de sus manos estaba puesta en uno de los senos de YoonGi y la otra no había abandonado sus glúteos.

一Que descarada eres.- contestó al ver esa sonrisa victoriosa en YoonGi. 一Justo en mi punto débil, ¿cómo puedes hacerle eso al amor de tu vida?.

一Es eso o... No hay cita.- responde simple.

一Bien, acepto. No es que fuese algo difícil para mí, todo es sencillo para el poderoso Jeon JungKook. Podré resistir a tus viles tentaciones, Min YoonGi .

一¿De verdad podrás?.- simuló un movimiento de cadera, justo en su entrepierna. JungKook apretó sus dientes y aguantó las ganas de darle su merecido también. 一¿Seguro que aguantaras estar sin mis fabulosos y ejercitados glúteos o mis desarrollados y tentativos pechos?.

一Haré el esfuerzo, aunque eso implique castrarme en el momento.

JungKook no contaba con que YoonGi, justamente ese día haya optado por usar una diminuta falda y un atrevido top que resaltaba su busto.

Maldita y sensual YoonGi, no juegas para nada limpio.

























Oppa Pervertido ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora