Capitulo 3

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Dipper Pov.

Veo al rubio aun tumbado en la fría plataforma. No sabía que me inquietaba más, si el que regresara o que tuviese forma humana.

Trate de hacer memoria de lo que hacia poco había sucedido, no solo por la inesperada aparición, sino de los sinsentidos que vociferaba.

¿Acaso no recordaba los estragos que había ocasionado en el pueblo y a mi familia? Borrarlo de la memoria del tío Stand debía haber sido mas que suficiente.

- ¿Por que no querías que viniera Dipper? - Replicó Mabel, a pesar de que habíamos crecido, aun sus expresiones parecían a los de una niña. Estaba molesta porque no dejaba que me acompañase a explorar la infinidad del bosque del pueblo.

- No pienso discutir eso, sabes que este lugar no es seguro.

- Eres un imbécil ¿Lo sabías? –Dipper bufó ante el insulto– Estas tan lleno de ti, que crees que solo tu puedes hacerte cargo de las cosas. Pensé que ya habias entendido que debías confiar en mi.

- Lo hago Mabell, si confío en ti...

- ¡No, claro que no! Si confiaras en mi, me hubieses informado en el momento que esa bestia apareció en Gravity Falls nuevamente.

- Espera...como demonios...¿¡Como llegaste tan rápido!?

- Vine a visitar a Pacifica, entonces recibí una llamada de la abuela de Soos. En serio ¿Crees que no vendria al pueblo donde vive mi novia?

Paso a verla al menos dos veces al mes y ella va las otras 2, así nos mantenemos en contacto. Obviamente estaba cerca, estoy a una hora del pueblo igual que tu.

- ¿Y porque no te quedaste aquí en la cabaña conmigo? - Mabell iba a responderle, pero el rubio comenzó a hacer gruñidos de dolor.

- Se está despertando, iré por las herramientas del tío. Si intenta algo, le arrancaré las uñas con unas pinzas....

Mabell salió del sótano, Dipper estaba seguro de que volvería con las pinzas. Luego de pasar la adolescencia, estaba pasando por su época de chica mala. El problema es que nunca lo había logrado aparentar, así que era muy probable que después de agarrar las pinzas sucumbiria a sus impulsos y buscaría llegar al diálogo.

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No recordaba la hora, o cuantas veces la luna se había ocultado. Sus tobillos se encontraban con unos grilletes dorados, no eran pesados, pero de igual forma no podía salir de la habitación.

La habitación del príncipe tenía magia, lo suficiente poderosa como para encerrarlo cual pajarillo en una jaula. Podía explorar cada rincón de la habitación, pero definitivamente salir del lugar no estaba dentro de sus límites.

Si deseaba comer la comida llegaba gracias a los sirvientes. En su primer intento de escape, trato de salir por el balcón usando uno de los sirvientes. Entonces Cypher lo descubrió y como castigo lanzó al pobre chico del 5to piso de la torre. Esa imagen viviría por siempre en su memoria...

Los ojos del rubio eran de rabia, agarro a Darius de su largo cabello y lo lanzó al suelo. Se colocó encima de él y agarro con firmeza su quijada– ¡Eres mío, tu pueblo te entrego a mi. Desde ese instante eres de mi propiedad, si vuelves a intentar escapar, te arrancaré la piel! –soltó su rostro y volvió a sentarse en un sillón largo que daba vista a la ventana. – Ven, dejaré que me sirvas bien mientras disfruta de la vista que tu mismo creaste para ti.

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Saben cuando dicen ¡Ahora si! Escribiré con gusto!!! Bueno, eso no me ha pasado...

Tratare de terminar este escrito...porque ya siempre los dejo a medias.

Siempre suya,
Vinca

Pesadilla de EnsueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora