Sieben

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—bien

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—bien... tomen asiento, traeré algo de té para platicar un poco... ¿gustan algo a parte del té? — Bielorrusia parecía confundido por el comportamiento del de ojos verdes, incluso se sentía incomodo ante la situación. Se quedó esperando unos cuantos segundos a la respuesta de los ángeles invitados hasta escuchar respuesta del alemán mayor.

—estamos bien con eso, Deutschland trajo pan dulce, podemos acompañar el té con eso—

—ok, entonces pondré la tetera— los de nacionalidad alemana tomaron su lugar en aquellos sillones, y en lo que el alemán tricolor hablaba con el eslavo rojo, el ex fascista se distraía viendo unas cuantas fotos de los rusos e incluso llegó a divisar el retrato del Imperio Ruso. Reich nunca lo conoció exactamente, pero en algunas ocasiones lo había visto participar en las mugrosas juntas organizadas por la ONU, pero era raro solo ver al viejo imperio y no a los otros antepasados y familiares del ángel soviético, el cual lo sacó de sus pensamientos.

—¿estás de acuerdo, Third? —

—¿eh?... ¿de acuerdo en qué? —dijo cuando volteó a ver a su hijo para luego, inconscientemente hacer una pequeña mueca de su ya de por si expresiva confusión. Generando una pequeña sonrisa por parte del ruso que parecía un idiota.

—Wenn du weiter so lächelst, reiße ich dir den anderen Arm ab. — al percibir la mirada socarrona de su "contrincante", volteó a verlo, soltando sus palabras sin pensarlo.

—¡vater! — el alemán rugió molesto ante el comportamiento tan arisco que caracterizaba al alemán mayor, suspiró y se levantó del sillón —iré a comunicarle a Rusia de la invitación acordada, señor URSS, ya regreso. — el eslavo antes mencionado dirigió su asertiva al alemán, aun teniendo su estúpida sonrisa de hace ya unos minutos atrás. Y cuando este se fue, el ruso miró de nuevo al nazi.

—pareces un maldito gato arisco, Reich—dijo con simpleza.

—cállate, maldito idiota, no quiero tener más putos problemas — URSS soltó otra risa burlona. — eres patético. —

—mira quién lo dice. — exclamó el otro. — espérame aquí, iré por algo...— podían pasar los años, pero nunca cambiaban, y los dos lo sabían perfectamente, Third sabía como era el ruso, en ocasiones, cuando se reunían en la anterior casa del eslavo, el de piel completamente roja, decía aquella frase, para no regresar en un buen rato, sacando de sus casillas al alemán, lo que este no sabía es que al de martillo y hoz, le gustaba ver las expresiones del nazi cuando enfurecía, le atraían. Y hasta la fecha le sigue atrayendo al muy bipolar.

Pero esta vez fue diferente. El soviético no tardó mucho en llegar, tendiéndole una caja rojiza en forma de corazón, la cual contenía carne humana. "Legal", claro.

—olvida la forma del corazón...— tartamudeó al principio de la frase pero luego se sentó de nuevo, esta vez más cerca del otro ángel.

—¿en serio? — preguntó Dritte haciendo que el rubio se exaltara un poco, temiendo de que este rechazara su regalo. — ¿me das esto después de que te reventé un a botella de vodka en la cabeza y luego me comí tu brazo?... maldito bipolar. —

—jeje... ¿te... gusta?... —

—es broma, ¿no? Si es una de tus bromas entonces no- —

—ya está aquí el té, señor Reich, tome el tanto que guste—el bielorruso interrumpió la conversación de los mayores al llegar y dejar la tetera de porcelana blanca con adornos dorados junto al juego de tazas del mismo diseño a la tetera, algo muy extravagante para una simple tetera.

—gracias bielo...—dijo en voz baja el de esvástica.

—¡no hay de qué señor Reich! — exclamó el mencionado por el germano— y... ¿dónde está Alemania? — este buscó con la mirada al tricolor mientras dejaba el juego de té en la mesa de centro que estaba entre los sillones de la casa.

—mi hijo fue a hablar con Rusia, no ha de tardar, si quieres puedes esperarlo aquí— sugirió con un semblante relajado, algo no muy común en él.

—¿y qué con esa caja? — el hijo del ruso quiso saber de ello, pero al ver la expresión de nerviosismo por parte de su padre, sospechó lo cierto entre ellos.

—no es nada, solo es una basura que se me olvidó dejar. —dijo el ex fascista, no tenía intención de hacer sentir mal al de martillo y hoz, pero al final, lo terminó haciendo.

El día transcurrió aburrido, un poco de alcohol para los que podían, papeles, y conversaciones aburridas. Y para cuando los alemanes se fueron, el soviético no salió de su cuarto hasta la mañana siguiente; el germano se había llevado a escondidas la carne, pero aún así, de alguna u otra manera, hirió al eslavo. Él había esperado mucho tiempo para darle un regalo así al de esvástica, era verdad, pero lo seguro era, que URSS se vengaría.

mierda, esa historia, debería llamarse one-shots, los capítulos son malditamente cortos

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mierda, esa historia, debería llamarse one-shots, los capítulos son malditamente cortos.

soviet después de que Third le reventara una botella y se comiera su brazo:

soviet después de que Third le reventara una botella y se comiera su brazo:

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soviet y Third próximamente:

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lo lamento. no mas spoilers 😔

posdata: perdón si hay faltas de ortografía.

˚₊·͟͟͟͟͟͟͞͞͞͞͞͞➳❥ ꒰ ⌨ ✰ @𝙲𝚊𝚗𝚒́𝚋𝚊𝚕 ⁱˢ ᵗʸᵖⁱⁿᵍ··· ꒱ | ೃ࿔₊•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora