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Muñequito, normalmente, no interactuaba con otras personas a menos que fuera el señor Shin

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Muñequito, normalmente, no interactuaba con otras personas a menos que fuera el señor Shin.

Gatita Blanca estaba contra él, mirándole con sus ojos enormes, y le lamió la mejilla, emitiendo una especie de ronroneo antes de maullar. Finalmente, se recostó cerca de sus piernas.

Pero Muñequito no la miró, solo observó la pared hasta que la puerta fue abierta bruscamente.

Gatita Blanca, Zorrito Pequeño y Cerdita Bonita se sobresaltaron, corriendo a sus esquinas para no ser castigados, temblando por el miedo. Sin embargo, Muñequito permaneció quieto, sabiendo que todas esas sorpresivas entradas eran para ponerlo a prueba a él.

Pero Muñequito entendió hace mucho que no podía actuar de esa forma, porque él era especial: era un muñequito de porcelana, y los muñequitos de porcelana permanecían quietos, sin reaccionar, sin moverse.

―¡Tengo buenas noticias! ―dijo el señor Shin con expresión exultante, acercándose a él, y lo tomó por las axilas.

Como peso muerto, Muñequito se dejó manejar.

―Tu dueño ha decidido que ya quiere comprarte ―dijo el señor Shin, sin dejar de sonreír antes de recibir un beso en los labios.

Muñequito permaneció sin hacer gesto alguno.

Señor Shin se sentó sobre su cama, ignorando a los otros juguetes, y lo sentó en su regazo, acariciándole el cabello.

―Tienes que portarte muy bien ―le dijo el hombre, meciéndolo como si fuera un bebé―, puede que tu dueño no sea tan bueno como nosotros, Muñequito, así que tienes que ser mejor de lo que ya eres, ¿podrás serlo?

No respondió, porque Muñequito no hablaba.

El señor Shin sonrió.

―Nada de ruidos, Muñequito ―recordó Shin―, nada de oídos. Tú eres el Muñequito perfecto, porque no te hemos mutilado, no como a los otros chicos. Eres hermoso, y sería una pena que tuviéramos que cortarte las cuerdas vocales, por ejemplo, si fueras un mal Muñequito, ¿está claro?

Mantuvo su expresión neutra.

―Vamos a ponerte muy bonito ahora, Muñequito ―dijo el señor Shin, poniéndose de pie y llevándolo en sus brazos―, más tarde vendrán a buscarte.

Salieron al pasillo, aunque Muñequito no lo conocía, pues estaba siempre sentado. Sin embargo, no pudo evitar abrir sus ojos ampliamente por el miedo cuando observó a uno de los ayudantes del señor Shin arrastrando a Perrito, cubierto de líquido carmesí, un rastro de sangre pintando el suelo. 

Una mirada vacía en sus ojos, su pecho sin moverse.

―Este bastardo le ha mordido la polla a Lee ―se burló el desconocido, haciendo una mueca de asco al ver toda la sangre.

Muñequito de Porcelana ✧ YoonTaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora