Mi Alma Solo Amo Una Vez, Pero Nunca Fuiste Tú

Los pasillos eran largos y un poco oscuros. No había ninguna ventana y las antorchas eran lo que iluminaban, pero poco pero suficiente para ver. Los llantos y lamentos se escuchaban detrás de algunas puertas, eran aquellas almas en pena que pedían clemencia. Aquel hombre ignoraba eso, tenía una hermosa sonrisa poco usual en él, un hermoso ramo de lotos cargaba consigo.

Esos ojos color ocre estaban llenos de ilusión.

Poco a poco los pasillos fueron siendo más luminosos y en las paredes habían muchos cuadros, aquel joven que estaban pintado en las pinturas se veía hermoso, los detalles eran exquisitos, las pinceladas eran totalmente perfectas, las pecas en las mejillas de aquel muchacho le daban un aire juvenil tan bonito. Pero lo que era una joya en la pintura eran aquellos ojos violetas que parecían gemas. El hombre soltó un suspiro al verlo...

Llegó al final del pasillo y las puertas fueron abiertas. Era una habitación decorada con azules claros con detalles blancos, era una habitación súper sencilla, se podía ver gracias a los hermosos ventanales... Pero lo que era una atracción era aquella enorme jaula que se encontraba en medio de la habitación.

Había un hermoso ángel en ella.

Sus alas se encontraban cerradas pero eran igual de majestuosas, se veían suaves, tan puras. El joven se aferraba a los barrotes de aquella jaula, no miró a aquel hombre que había ingresado.

Estaba bien, nunca lo hacía.

— Vienes a contarme el mismo cuento, Zewu-Jun? —el mencionado sonrió al escuchar la voz de aquel ángel, eran tan déspotas en su entonación pero eso le gustaba a aquel ser.

Con el chasquido de sus dedos una silla apareció y se sentó en ella. Estaba demasiado cerca de él y sin poder evitarlo quiso acercar sus dedos pero se detuvo a medio camino, apretó los labios por unos segundos y volvió a mostrar una hermosa sonrisa.

— Te traje esto, me enteré por buenas fuentes que eran tus favoritas —acerca el ramo de lotos hacia él y sin más éste las recibe... Levanta la mirada y esas hermosas gemas violetas hacen que Zewu-Jun soltará un suspiro, realmente eran hermosas.

La mirada de aquel ángel era... Era nada, sus ojos se veían vacíos sin brillo, levanta una ceja y se rió con sarcasmo, aleja aquellas flores de él. No pudo evitar entristecerse al ver sus acciones, a él realmente le costó buscar esos lotos y que no murieran con el aura negativa del infierno.

Suelta un suspiro y busca en su chaqueta un pequeño libro el cual ya se encontraba desgastado por las veces que lo había manipulado.

Había una vez un ángel y un demonios los cuales estaban enamorados, ellos se fijaron en el otro a la primera vez al verse, era amor a primera vista, aquel ángel era bondadoso, amable y tierno el demonio solo era así con su pareja, ya que todos lo conoció como un ser tan frío. Un día el ángel entre lágrimas le dijo "nadie nos bendecirá" claro que no lo iban a hacer, su amor era un tabú, y por lo tanto nadie sabía de aquella relación, no podrían escapar como los humanos lo hacen ya que tienen conexiones con su creador y amo... Con el dolor de sus almas decidieron darle un punto y coma a aquella relación diciendo "no podremos estar juntos en esta vida, entonces en nuestra próxima vida-

— Nos encontraremos otra vez y estaremos juntos hasta el final —terminó la frase el ángel. 

Ese libro tenía un nombre peculiar "mi alma solo amo una vez" era una relación prohibida, un tabú para los 7 reinos, una relación entre un demonio y un ángel. Como toda "mala relación" mal vista por el mundo, la felicidad de esta pareja se acababa de a poco y no por ellos, si no por su círculo social.

— Zewu-Jun usted quiere lograr contándome este cuento todos los días ¿Que me enamore de usted? ¿Un demonio? 

— Un día podríamos tener este amor Sandu Shengshou —abraza el libro contra su cuerpo.