capítulo II: Un Amigo en la Soledad

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Estaba empezando a dejar de llover, pero al mirar aquellas nubes tan grises era obvio que aún faltaba mucho. Se acomodo mejor la frazada y dejó dentro sus manos unos minutos para seguir trabajando con las pinturas que tenía enfrente. Escucho unos pasos que resonaban por encima de las gotas de la lluvia, no entendía porque cada vez que lo escuchaba sentía un escalofrío en toda su columna vertebral. 

Saco sus manos de dónde las tenías para volver a agarrar el pincel y continuar con los trazos que estaba haciendo para su pintura, escucho unos toques a las afueras de su residencia y con un simple "adelante" las puertas fueron abiertas. 

— Pensé que no vendrías por la lluvia — dijo sin despegar la vista de la pintura.

— No importa si el cielo se está cayendo, siempre vendré  hacia ti A-Yin —aquel hombre quien se sentó al lado de Jiang WanYin y observó cada movimiento de él. Cómo mojaba el pincel con agua y limpiaba los restos de tinta negra del mismo con un palo que estaba manchado de muchos colores pálidos— ¿Cómo han ido las ventas? 

El de ojos violeta resopla con molestia y mira aquellos ojos ocres— ¿Enserio preguntas Xichen? Por culpa de esos alemanes no he podido vender como antes, ya sabes.

Y así era, "la Gran Guerra" así como la llaman ya había acabado, duró cuatro malditos años y varios países fueron afectados, "una alianza de paz" decían pero algunos alemanes, rusos y estadounidenses rondaban por las calles con su uniforme y por está "alianza de paz" aprovechaban para dejar caer más la economía.

Ya había pobreza en las calles y luego de esta maldita guerra la taza fue en aumento, la muerte de miles de inocentes, muchas mujeres empezaron a prostituirse para conseguir algo de dinero y poder sobrevivir unos días más, pero de manera ilegal porque estaba terminantemente prohibido.

Antes de que está guerra azotara al mundo, Jiang WanYin era un pintor reconocido en su país, la gente de alta alcurnia siempre estaba en su puerta pidiendo una de sus pinturas. Sus trazos eran delicados, y algunos rústicos pero sin dejar de ser elegantes, su paleta de colores siempre eran sobrios, nunca en sus pinturas iban haber colores chillones. 

Muchos decían que lo que haces refleja cómo es tu alma, y cada persona que admiraba sus pinturas decía que eran tristes, él no las veía así... 

Hizo a un lado la pintura y trató de levantarse, iba a dejar que esa capa se secara pero con el clima frío iba a costar un poco, Xichen al ver aquello se hizo a un lado y lo ayudó a levantarse, escuchó un leve gracias por parte del menor. El de ojos ocres buscó las muletas de Jiang WanYin, ya que sabía que después lo iba a reprochar. 

Jiang WanYin no tenía una de sus piernas, la guerra se la había cortado, fue una experiencia horrorosa despertar y no ver tu pierna. Lo único positivo es que conoció al hombre a su lado, era como un amigo...

— WanYin, creo que no deberías salir, el piso está resbaloso y podrías caer—Dijo en un tono preocupado, lo estaba siguiendo por detrás para evitar que cayera.

— Solo iré al frente. 

El de ojos ocres negó con la cabeza de manera divertida y lo siguió. Con precaución se colocó a su lado, escuchó un resoplido por parte del otro, al parecer había notado sus intenciones.

No importa cuánto tiempo pase, siempre será el mismo.

Los dos caminaron por los pasillos de aquella pequeña residencia, la madera siempre se encontraba bien pulida ya que Xichen era el que lo ayudaba con las cosas domésticas.

Eran un gran apoyo para Jiang WanYin.

Se sentaron en uno de los pasillos cerca de la habitación de Jiang. Xichen agarro las muletillas del menor y las dejó a un lado para el sentarse junto a él. Los dos se quedaron en un pacifico silencio, los dos disfrutaban la compañía del contrario.

Mi Alma Solo Amo Una Vez, Pero Nunca Fuiste Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora