reto

1.9K 164 42
                                    

— Ya fue mucho yo nunca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Ya fue mucho yo nunca. Juguemos otra cosa— dijo la menor.

— No, no hay forma. ¿Tienes miedo de perder ahora?

Sana volvió a reír, sacudiendo su pecho con suavidad, y Momo no pudo evitar sentir calor al ver sus senos moviéndose en su sujetador rosa.

— Para nada. Los castigos siguen, solo que ahora haremos verdad o reto.

— ¿Y cómo se supone que supone que alguien pierde una prenda?

— Si no contestas la pregunta o si no haces bien el reto, pagas.

— Bien, pero yo comienzo. ¿Verdad o reto?

— Reto, por supuesto.

Momo aplaudió internamente. Ya no sabía cómo más conseguir lo que llevaba rato deseando.

— Te reto a que me des un beso.

— Ese es tu premio, Momoring. No hay adelantos.

— Un reto es un reto.

— No.

— ¿Por qué eres tan terca?- Momo suspiró, frustrada. Ya no le importaba disimular lo mucho que quería probar sus labios.

— Porque me encanta verte desesperada por mí, bebé. Solo espera un poco más, ¿sí? Confía en mí.

— Bueno, es beso o prenda- la mayor cruzó los brazos y frunció los labios, y Sana se derritió. Amaba cuando Momo era caprichosa, porque eso era algo que jamás lo demostraba en público. Eso solo lo veía ella cuando estaban juntas en su habitación.

— Será prenda entonces. ¿Qué quieres que me saque?

La expresión de Momo se suavizó automáticamente ante la pregunta. Miró el cuerpo de Sana, quien lucía preciosa con esa delicada lencería que parecía estar hecha solo para ella. Evaluó sus opciones, hasta que recordó el lunar del que habían hablado rato atrás en la sala.

— El sostén.

— Lo presentía— contestó la menor con una sonrisa. Esta vez no se detuvo con provocaciones, fue rápida en llevar su mano a su espalda y desabrochar la prenda, para luego retirarla por sus brazos.

Momo no podía creer que por fin la estaba viendo de manera tan íntima de nuevo. Sus pechos estaban ligeramente más grandes de lo que los recordaba, y aquello le encantaba. Los pezones rosados se encontraban durísimos, se le hizo agua la boca al recordar cómo se sentían bajo su lengua. Y lo mejor de todo era el pequeño lunar bajo su pecho izquierdo, ese lunar que había aparecido en sus más secretas fantasías durante todos esos años.

— Ya, me toca, ¿verdad o...

— Espera— no pudo terminar su pregunta porque Momo la interrumpió. Sana no tuvo tiempo de procesar lo que estaba pasando, Momo se levantó como un resorte y se colocó casi sobre Sana, con las manos apoyadas en el escritorio a ambos lados de su cadera, inmovilizándola contra la dura madera.

teenage dream; samo (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora