Cualquier otra persona se sentiría abrumada al pasar tanto tiempo dentro de aquellas paredes blancas e imponentes, que emitían una frialdad impersonal y casi amenazante. Desde las luces brillantes en el techo, dispuestas uniformemente por cada pasillo y cuarto, hasta las mesas repletas de distintos artefactos y ordenadores, en su mayoría encendidos y mostrando en sus pantallas distintas imágenes. En una se podían leer estadísticas que cambiaban cada cierto tiempo; en otra se mostraba una figura semicircular con rayas rojas y azules entrelazas, creando una serie de intrincados patrones que asemejaban una cadena. Para esa hora, solo se encontraba una persona revisando los monitores meticulosamente, haciendo cambios mínimos y sin la menor intención de detener su tarea.
Esa persona era la única en ese departamento, en todas esas instalaciones de hecho, que no se sentía incomoda luego de pasar un día entero metida en el frio laboratorio. Tal vez porque su mente no se concentraba tanto en el lugar en el que su cuerpo deambulaba, sus pensamientos estaban más allá de las paredes blancas y el ruido sordo que se desprendía de las computadoras. La mente de Jongho se encontraba ocupada con el proyecto que se le había encargado, dando vueltas y analizando hasta el más diminuto detalle.
Era tarde cuando acabo con los exámenes virtuales y se sentó en una de las sillas giratorias frente al último monitor. La imagen de esa pantalla guardaba varias tablas de datos, ordenados de manera sistemática, que hacían referencia al estado actual del proyecto. Las leyó, paseando sus ojos línea tras línea por la pantalla. Estaba todo completado, a excepción de la última tabla.
Funcionalidad del objeto en un ambiente práctico: --
Adaptabilidad del objeto en un ambiente práctico: --
Reacción del objeto a situaciones (problemáticas, inesperadas y/o indeterminadas) en un ambiente práctico: --
Problemas presentados por el objeto durante las pruebas en un ambiente práctico: --
Resultados de las pruebas en un ambiente práctico: --
Los labios de Jongho se apretaron en una línea firme. Esa era la única tabla que faltaba por rellenar para que el proyecto fuera aprobado. Se levanto de la silla y camino hacia la puerta, deteniéndose solo para tomar una taza de una de las mesas y darse cuenta, con un suspiro decepcionado, de que estaba vacía.
El pasillo a la derecha conducía a la zona de las oficinas, en donde probablemente encontraría a su superior tecleando en su laptop con los ojos rojos y las gafas apoyadas en la punta de su nariz. El pasillo a la izquierda llevaba a las habitaciones en donde se encontraba el objeto principal de su proyecto. Quería hacer la solicitud para ser quien llevara a cabo las pruebas prácticas. Pero aún tenía una duda retorciéndose en su interior. Se dirigió al pasillo de la izquierda.
Todas las puertas estaban bloqueadas, la única forma de entrar era con la tarjeta de identificación que cada trabajador poseía. La puerta a la que Jongho se encaminaba estaba restringida para la mayoría del personal, unos pocos tenían la tarjeta especial para ingresar. Jongho sacó la suya y la puso frente al escáner. Con un click eléctrico, la puerta se abrió y Jongho entro en el cuarto, frío y oscuro ya que las luces estaban apagadas.
No se molesto en encender las luces, bastaba con el resplandor de los contenedores para que pudiera visualizar lo que estaba buscando. Se detuvo frente a una enorme estructura cubierta por una capa de vidrio grueso. Dentro, sujetado y colgado de cables que se enrollaban como serpientes, una figura delgada llamaba la atención por la similitud que tenía con un cuerpo humano. Si alguien que no tuviera idea de las investigaciones que se llevaban a cabo en ese laboratorio entrara allí, pensaría que estaba viendo a un joven amarrado dentro de una vitrina, exhibido como un animal desnudo y en cautiverio. También pensaría, por la expresión que tenía en su cara mientras observaba al joven, que Jongho era un loco insensible por permitir que hicieran pruebas en personas y las mantuvieran de esa manera tan atroz.
Lo que no vería, en cambio, sería la forma en la que corrían por las extremidades del joven pequeños destellos de luz, que salían de su pecho para expandirse por el resto del cuerpo. Tampoco notarían la mancha rojiza en el rostro, en el costado debajo de su ojo izquierdo, que desentonaba con la demás piel pálida. Mucho menos podrían darse cuenta de que el pecho del joven en cuestión, descubierto debajo de los cables, no se movía en lo absoluto. El chico no respiraba ni tenía pulso porque, al fin y al cabo, no era un chico. No era ni siquiera una persona. Solo tenía la apariencia de una.
Jongho dio un paso adelante, más cerca del vidrio. Podía verse reflejado en este, su cabello marrón opaco cayendo en desorden sobre su frente, las ojeras debajo de sus ojos rasgados, su bata blanca tapando su sudadera gris deportiva. Parecía demasiado joven para el cargo que tenía grabado en su tarjeta de identificación, un chico que recién entraba en la adultez, tímido pero inteligente. En parte era cierto. Sus ambiciones se podían leer en su mirada, la cual fijo en el cuerpo colgado al otro lado del vidrio.
La duda que le había impedido ir directamente a la oficina de su superior para hacer la solicitud se intensifico al estar frente al objeto protagonista del proyecto. No era miedo, sino una extraña emoción que provocaba que los latidos de su corazón se sintieran pesados. "Pruebas en un ambiente práctico" se traducía como llevar el objeto a la casa de alguien y ponerlo en marcha, tomando nota de todo lo que hacía o no para concluir los exámenes. Ya se habían hecho todo tipo de pruebas, por lo menos las que se podía realizar en un laboratorio, y solo quedaba hacer una simulación lo más real posible. No en una casa falsa, con muebles recién comprados y cámaras escondidas en los jarrones vigilando cada movimiento que hiciera. Debía ser una casa real, con muebles reales y, lo más importante, un dueño real que llevara el papel de cliente y examinador al mismo tiempo.
Jongho consideraba aquella prueba como una de las más necesarias. Si los resultados eran buenos, le darían luz verde al proyecto. La única forma de obtener buenos resultados era teniendo buenas pruebas. Por eso sentía se sentía en la obligación de ser él quien las llevara a cabo. Y entonces su duda se hacía presente; no dudaba de su calidad como examinador, había estudiado por años para ello. Pero también tendría que actuar como lo haría una persona que decidía comprar un ejemplar del objeto, un potencial cliente.
Sacudió la cabeza y se dio la vuelta para abandonar la habitación. ¿Bajo qué circunstancia querría él comprar un modelo de asistente artificial para el hogar? Se preguntó a si mismo antes de cerrar la puerta.
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Proyecto Y.S || jongsang
FanfictionJongho es un científico a quien se le ha encargado la revisión final del nuevo modelo de ayudante doméstico. Una tarea simple, que tendrá efectos colaterales en su forma de ver la vida.