✒III. Inalcanzable𝄢

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Las feromonas de Michael Kaiser son intensas y abrumadoras. Cualquier otro hubiese quedado rendido y extasiado por la dosis de feromonas que desprende el alemán estando en ruth. La habitación llena de estás, al estar en celo parece estar en medio de potentes afrodisíacos que a cualquiera le calentaría.

Cualquiera excepto un Beta, ya sea hombre o mujer.

La vista también es erótica. Tener a Kaiser desnudo, enseñando su cuerpo tan bien ejercitado y con proporciones grandes, mirándote con esos ojos de quererte devorar, sería difícil no enamorarte, porque el Alpha alemán es la misma tentación reencarnada en carne y hueso.

No hubo rincón alguno en la piel del Beta que no haya dejado con chupetones, pequeñas mordidas o marcas de sus dedos.

Pero obvio Isagi no tiene la misma resistencia que Kaiser, en más de una ocasión se quedó dormido durante el sexo. La energía del rubio es descomunal.

Si hubo algo que en definitiva no le gustó a Isagi Yoichi hasta el punto de golpear al Alpha para alejarlo de él mientras se quejaba del dolor, fue la mordida que el rubio le dejó.

En el segundo orgasmo del Alpha, esté lo mordió tan fuerte hasta sangrar, provocándole un dolor insoportable al azabache quién no solo grito agonizante, sino que hasta recobro parte de sus sentidos para golpear al alemán hasta alejarlo de él, mientras se quejaba y gemía bajo por el creciente dolor en su cuello.

—¿Por qué hiciste eso? Duele mucho...— soltó entre sollozos y con miedo de tocarse su herida.

Por obvias cuestionas no alcanza a verla a simple vista, necesita su celular—el cuál no carga— para verla siquiera, aún así al tantear con una mano la zona siente la mordida y un poco de sangre que lo hace entrar en pánico, mira a Kaiser entre conmocionado, confundido y aterrado.

Isagi se pregunta si quién está enfrente de él es Kaiser o un Alpha sediento de sexo que tiene fetiches con morder. Tiene la boca media abierta debido al asombro de haber sido empujado con fuerza, se puede ver perfectamente colmillos escurriendo algo de sangre llegando a sus labios.

El rubio lo mira, no arrepentido por su acción, más bien culpable por ver el sufrimiento de dolor y pánico de Isagi. No sé disculpa precisamente, lo mira expectante.

—Puedo hacer que deje de doler.

—¿Cómo?— pregunta dudoso, claramente después de esto, le cuesta confiar en Kaiser. Pero tampoco puede alejarse de él, sus caderas y piernas le duelen al moverse, no tiene escapatoria.

El Alpha se acerca lentamente hacia el Beta para no asustarlo, tenerlo desnudo en su cama, atemorizado y sangrando de su cuello por la mordida es una imagen tan enternecedora para él. Le remueve su pecho y su instinto solo puede gritarle que lo proteja. Que lo abrace, huela, lo acurruque entre sus brazos como un pequeño y lindo Omega para calmarlo, llenarle de besos en su rostro hasta que dejé de llorar como gemir de dolor, brindarle su calor corporal y prometerle que será más amable como cuidadoso con él a partir ahora durante el sexo.

Yoichi se ve tan pequeño ahí y adorable en la cama.

El alemán al estar lo suficientemente cerca y con un Isagi tembloroso de que le vuelva a morder, se acerca para lamer la herida.

Porque según Kaiser y lo que le han enseñado, un Alpha debe curar la herida que provoca la mordida que le deja a un Omega, a su Omega.

—¿Por qué estás lamiendo ahí? No es higiénico.— se queja Isagi no muy cómodo con aquella acción y hasta algo asqueado. No le ve el sentido que esté lamiendo y dándole besos en su herida como si mágicamente se fuese a sanar, hasta siente cierta repulsión con ello.

"❥Alquimista☙" [EDITADA2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora