Mil veces tú

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"Tu nombre que no sé olvidar"

Franco de vita - Te pienso sin querer

Durante el siguiente mes mi relación con las niñas estaba más fuerte, por lo tanto, podría decir que oficialmente eran mis amigas.

Seguía viendo a "Él" —como elegí decirle al personaje del cual no sé su nombre— en la misma posición siempre, con audífonos en el mismo lugar, nada ha cambiado.

Hasta que claramente tuve que cagarla.

—Si te gusta —escuché decir a la Catalina que estaba detrás de mí— solo hace falta que lo admitas. 

Cometí el error de contarles a las niñas, un error,  ya que ahora me están haciendo un interrogatorio más intenso del que me hicieron cuando nos conocimos. 

—No me puede gustar —respondí cansada mientras me giraba para mirarla— no puede gustarme alguien que no conozco ni me conoce.

Vi como la Valeska asentía dándome la razón y luego la Catalina dice: Entonces te atrae. 

¿Me atrae? 

¿Realmente puede atraerme alguien que no conozco de nada? 

¿Que no tengo idea de como se comporta ni de como habla? 

—Sí, tal vez, pero solo físicamente —tomé un sorbo de jugo— no lo conozco, ni sé su nombre.

—Podríamos averiguarlo —dice la morena.

Se activaron las alarmas en mi interior y sentí como mis manos empezaron a sudar. 

—Olvídalo —realmente estaba cansada de toda esta situación.

Y una vez más la campana me salvó.

☁     ☁     ☁ 

 —¿Cuánto le falta? —dice la Valeska por tercera vez mientras miramos como la Catalina intenta comprar en el negocio del liceo.

El negocio se llenaba a la hora de almuerzo y para que te atiendan es una odisea, te empujan por todos lados y te gritonean por todos lados. 

—No aguanto más —caminé en dirección a la Catalina y como pude me puse al lado de ella, me miró extrañada— pásame la plata, te demoras mucho y tengo hambre —puso en mi mano toda la plata que le habíamos pasado antes y yo grité lo que quería, cuando la señora del negocio me atendió e iba saliendo del montón de gente feliz con mis doritos y las cosas de las niñas me quise morir.

Estaba la Catalina hablando con "él", alcancé a llegar a su lado —casi salgo corriendo en realidad— y escuché como le preguntaba su nombre.

"Matías" respondió él, claramente extrañado, no es normal que te pregunten el nombre de la nada. 

—¡Gracias! —exclama mi amiga y se mueve en dirección a la Valeska conmigo siguiéndola— de nada —dice cuando se gira y me guiña un ojo.

Matías...

🧡 💛 💚 💙 💜

Las amigas de nuestra protagonista son un poco (muy) lateras pero al final del día son buena gente (o no?).  ¿Que opinan ustedes? ¿les gustan estas amistades?

Muchas gracias por leer. 💜

Saluditos y mucho amor de su amiga Andre.