Otra oportunidad para ser feliz

5. En la mira de mi bebé

Desde que los Lan volvieron a ser una familia habían pasado ya unos meses , entre terapias de fortalecimiento para los huesos de ying, las terapias psicólogas para Wangji, buscar un lugar adecuado para la nueva familia pues querían que tuvieran su propio espacio pero que no estubieran muy lejos de ellos para poder estar al pendiente de cualquier ayuda que padre e hijo necesitaran de ellos, hoy estaban en el hospital, ying por fin dejaría los arneses de protección, se daría una última revisión a sus lesiones con el fin de no dejar nada a la deriva.

Papii quiero jugo de manzana me traes por favor, decía el niño a su padre quien gustoso saco de su mochila un recipiente con el líquido que su hijo devoraba cada que tenía sed, bien chico señores Lan creo que ahora sí esto es todo, la pierna de mi pequeño paciente está en óptimas condiciones, su cadera, espalda hombros y brazos ya están fuertes para sostenerlo.

A partir de hoy podrá hacer su vida normal, solo deben de no abusar de su buena salud queda comprendido pequeño, dijo la doctora tocando la nariz del niño que la miraba complacido, lo haré doctora, me cuídare mucho para que no tenga queja de mi lo prometo contesto el chico de manera enérgica, eso me gusta bueno pueden ir con confianza cualquier detalle o situación que observen en el, ya saben que son bienvenidos aquí, afirmo la mujer estaba encantada con ese par de pacientes tan diligentes.

La celebración por la buena salud de la pequeña familia de prolongo, hasta avanzada la tarde, ya casi para dar las nueve de la noche Xichen ya tenía a Ling dormido sobre su hombro, Yanli se despedía de los niños pues por ahora Wangji y Ying vivían en casa de su cuñado Quirent.

Ya nos vamos mi cielo cuidan a su primo por mi, decía la chica a sus sobrinos, mañana inician la escuela, Ling los esperara en la entrada para que ayuden a ying a integrarse, comentaba la mujer a los niños mientras sus padres platicaban con Wangji sobre si iba a retomar su trabajo como doctor en algunos de los hospitales de la cuidad o si se quería dedicar al cuidado de ying.

No creo que pueda estar a gusto de nuevo en un hospital, en los pueblos dónde estube anteriormente puse varios consultorios, pero solo de unas horas mientras ying estaba en el colegio, así que dudo que pueda estar tranquilo pensando que mi niño está en casa solo, mientras yo estoy trabajando, decía el hombre a su tío y su cuñado, no me malentiendas sobrino a lo que me refiero que te hará falta alguna actividad donde puedas desarrollarte profesionalmente, el niño no siempre será pequeño va a crecer, tal ves hará su vida, tu tendrás que rehacer la tuya, afirmo el Lan mayor.

Lo pensaré tío, ahora solo me preocupa que ying entra a la escuela mañana, creo que no es bueno que aún siga despierto, mi amor ven vamos a dormir para que descanses, Wangji tomo a su hijo en brazos lo ayudo a despedirse de sus tíos y primos, su padre lo llevo a su habitación para ayudarlo a qué se diera un baño y acostarlo a dormir, no estés molesto papi, ellos solo quieren que no te quedes en casa durante tanto tiempo, creen que es mejor que estes ocupado para que no te olvides de que eres un gran doctor, le dijo el niño a su padre que lo miraba con veneración, su bebé había madurado tanto en este tiempo.

En la planta baja de la casa Lan Quirent y Cheng conversaban sobre el asunto, crees que no debí proponer lo del trabajo, mi amor, yo creo que eso es algo que no nos compete a nosotros plantearle, sabes cariño lo aprendi por las malas pero al final del día lo he entendido, la vida nos da o nos quita de acuerdo a lo que nos quiere enseñar, tu sobrino perdió a mi hermano una ves, por no valorar su tiempo juntos, no es que salvar vidas no sea importante.

Lo malo es salvar vidas dejando a los que nos aman morir sin poder estar ahí para ellos también, creo que Wangji regresara al trabajo o buscará en que ocuparse, cuando sienta que ying ya no lo necesita tanto como ahora que es el aire que respira, dejemos que ellos lo decidan por su propia cuenta, solo podemos vigilar los de ver a para estar ahí para ellos cuando lo necesiten.