Prólogo

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Ya era el 5to día de la semana y él seguía sin ganas de hacer nada. 

TaeHyung sabía lo que estaba pasando, la depresión había llegado. 

Personalmente, él prefería cuando la manía se presentaba. Le gustaba sentirse con ánimos y activo. Prefería mil veces estar de arriba a abajo que sin ganas de vivir. 

Su psicólogo y su psiquiatra le habían dicho que era normal que tuviese crisis, era algo que no se podía evitar, según ellos. Pero él odiaba sentirse así; odiaba ser diferente.

De la nada empezó a sentir cómo una pequeña lágrima empezaba a rodar por su mejilla, seguida de otras. Odiaba pensar en el futuro, en sentirse insuficiente; pero sin duda, lo que más odiaba que su familia o sus amigos, cuando él tenía sus crisis, quisieran animarlo y "ayudarlo".

Sabía que quizá estaba siendo desagradecido con la gente que, según ellos, los querían. Pero era inevitable sentir que, por muchos ánimos que recibiera, la gente nunca podría ser totalmente empática con él. Porque al final del día, ellos no padecían lo que él. No podrían entenderlo jamás.

Sus padres en los últimos días le habían propuesto que se internara en el psiquiátrico donde su psiquiatra de cabecera era director, pero tenía miedo.

Miedo de encontrarse con gente como él. O peor.

No era mentira que la gente había estigmatizado los psiquiátricos. Y las únicas referencias que TaeHyung tenía eran las que aparecían en las películas: gente loca gritando por todos lados, intentando escapar. Enfermeros que trataban de lo peor a los pacientes y les colocaban la camisa de fuerza sólo porque sí. Pacientes recibiendo electroshocks... 

Sin duda, acogedor.

Para el 7mo día de encierro, TaeHyung le permitió a su mascota, el pequeño YeonTan ser su compañía. 

Tras valorar la opción de irse al psiquiátrico y leer varias reseñas del lugar en internet, aceptó la oferta de sus padres.

Ellos al momento de que su hijo les diera tal noticia, no ocultaron su felicidad. Al final, TaeHyung estaba dando un paso más para su pronta recuperación y estabilidad.

-Ya verás que te encantará la experiencia. Sabes que no te lo sugeriríamos si no supiéramos y estuviésemos seguros de que es lo mejor para ti, cariño.- dijo su madre mientras lo arropaba en un tierno y apretado abrazo.

Sus padres le ayudaron a hacer su maleta mientras él tomaba una larga ducha. Después de estar casi una semana sin bañarse, se daba cuenta qué tan mal estaba. No podía seguir así, él internamente lo sabía. Sin embargo, no conseguía lograr tener la suficiente fuerza para lidiar con su depresión. En realidad, aunque sabía que padecía bipolaridad desde hace año y medio, aún no se acostumbraba a ello. Pero sin duda era mejor que cuando antes no sabía por qué se sentía como lo hacía. 

Al menos ahora sabía que su problema tenía hasta una justificación médica.

Se vistió con un pants color gris y los tenis que usualmente usaba para hacer ejercicio, ya que sus padres le dijeron que se fuera lo más cómodo posible. Al final que en la institución le darían algo así como un tipo uniforme, o según eso era lo que el Doctor Kim les había dicho por la llamada en la cual le avisaron que TaeHyung había aceptado (por fin), internarse. 

Tardaron menos de 1 hora en llegar al psiquiátrico, ¿O debería llamarle manicomio? Total, cualquiera podría llamarle como quisiera, inclusive "un loquero" sonaba gracioso.

Al bajar del vehículo, fueron recibidos por un equipo de enfermeros, los cuales le sonreían de manera amable y cálida. Al menos no daban miedo, no como en las películas que había visto. 

En medio de ellos se encontraba el doctor Kim NamJoon, su psiquiatra.

-¡Qué gusto verte aquí, Tae! Te aseguro que fue la mejor decisión que pudiste haber tomado. Prometo que daré todo de mí para que tu estancia aquí sea, por mucho, una buena experiencia. Te presento a SuZy, HoSeok y Félix. Ellos estarán al tanto de ti exclusivamente, después te presentaré a los demás enfermeros. Pero si necesitas cualquier cosa, y no estoy, no dudes en acercarte a ellos.

TaeHyung les dió una mirada, así como un leve asentimiento, sin decir una palabra.

-Bueno hijo, pon de tu parte para que esto funcione. Rezaremos todos los días por ti, querido.- dijo su padre, mientras le propinaba un fuerte abrazo. El cual, Taehyung no correspondió.

Por otro lado, la mamá de TaeHyung tenía lágrimas en los ojos y apenas podía hablar.

-Ta-Tae..., por favor, no pienses que no nos preocupamos por ti. Hacemos esto porque te queremos ver bien. Recuerda que te amamos, y haríamos cualquier cosa por verte estable. - la señora tomó entre sus manos la cara de su hijo, al cual amaba con todo el corazón, logrando conectar con la mirada inexpresiva y apagada que le mostraba- quiero volver a ver tus ojos brillar.

Posó sus labios en las dos mejillas de TaeHyung, dejando dos marcas de labial por los besos proporcionados y, sin querer, se alejó de su hijo. Dejándolo a lado de los enfermeros, los cuales le empezaban a dar las normas básicas para los recién ingresados.

TaeHyung volteó su cabeza a la dirección donde estaba el automóvil de su familia, logrando ver cómo dentro su madre al parecer sollozaba, mientras que su padre la abrazaba, consolándola.

Volvió su mirada al frente, empezando a seguir el camino a la entrada del recinto que sería, por los siguientes meses, su nuevo hogar.

Subió la mirada para inspeccionar el recinto, el cual estaba conformado por 4 pisos y contaba con un jardín inmenso.

Inspeccionó con su mirada cada piso hasta que lo vio a él.

En el segundo piso había un chico pelinegro, vestido con un pants totalmente negro, observándolo fijamente. 

Al verse descubierto, el chico le dio una última mirada, frunciendo el ceño, y entonces se alejó de la ventana.

-¡TaeHyung, venga con nosotros por favor! Ya casi es hora de la cena, debe estar hambriento. Tenemos que mostrarle su cuarto y dejar sus pertenencias. Debe saber que aquí, todos comparten cuarto con una persona, estoy seguro de que su compañero le caerá fenomenal. JiMin es de los más amables sujetos que encontrarás en este lugar. ¡Andando! - dijo animadamente el chico rubio, el cual reconocía como Félix.

-¿No puedo estar solo? - preguntó TaeHyung, hablando por primera vez.

-Vaya, sí hablas. Por un momento pensé que tenías problema para hablar o algo así. Lo siento viejo, nadie puede tener una habitación para él solo. Reglas de la institución.- mencionó HoSeok, mientras le daba una radiante sonrisa.

TaeHyung solo asintió, siguiéndolos 

No llevaba ni 10 minutos dentro y ya extrañaba la privacidad de su cuarto. ¿Sería muy tarde para cambiar de opinión?

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¡Espero que les haya gustado el prólogo, real estoy súper emocionada por lo que se viene!

Gracias por su apoyo y por darle tanto a la novela, como a mí una oportunidad.

Sin más por el momento, les mando un abrazo.

No les conozco, pero les amo. Y recuerden, nunca estarán solos. No teman pedir ayuda 

Con amor,

Vivian Conway.

Locos de amor // KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora