JungKook se fue directamente al único lugar donde, sabía, YoonGi utilizaba para despejar su mente: el gimnasio.
Al llegar al recinto, lo encontró dando derechazos al costal de boxeo que tenían en la parte de hasta el fondo del gimnasio, donde siempre pasaban la mayor parte del tiempo que estaban ahí. YoonGi ya estaba empapado en sudor; sus golpes eran fuertes y certeros. El tatuado estaba seguro de que si estuviera en combate con un humano, el pobre contrincante de YoonGi terminaría lo que le sigue de noqueado. A veces la furia que tenía su compañero de cuarto era de cierta forma anormal. Y JungKook lo entendía, al final ambos padecían de la misma enfermedad mental: trastorno límite de personalidad.
-¿Todo bien, Min?- preguntó a propósito, ya que sabía que la preguntas tontas y obvias eran lo que más molestaban a YoonGi. Pero justamente quería llevarlo hasta el límite, para que así pudiera explotar y así, que le contara todo lo que estaba pasando y por qué había actuado como lo hizo.
Pero al parecer el plan de JungKook no iba a funcionar, pues en la mente de YoonGi, la escena de su rubio siendo abrazado por ese estúpido castaño se reproducía como un bucle sin fin.
-¿YoonGi?-
Nada, sólo el sonido sordo de los golpes y los leves jadeos y gruñidos que emitía el de la cicatriz en el ojo se escuchaban.
JungKook, harto de ser ignorado, se acercó por la espalda a YoonGIi, lo alejó del saco, lo volteó y le dio una cachetada lo suficientemente fuerte como para que su compañero reaccionara.
Error.
Sin miramientos ni duda en su actuar, YoonGi tomó del cuello de la sudadera al tatuado y, como si la diferencia de altura entre él y JungKook no importara, lo tacleo de una forma, llevándolo directo al suelo.
-¡¡YoonGi soy JungKook, despierta!!- gritó enojado JungKook, sin un atisbo de miedo, pero tratando de controlar sus emociones. Sabía que si dejaba que éstas se apoderaran de su mente, su reacción de defensa sería mucho peor que la de YoonGi y lo podría lastimar gravemente. Y eso era algo que ninguno necesitaba en este momento.
Tras el grito de su compañero, YoonGi dejó de ver a TaeHyung en el tatuado, y volvió de a poco en sí.
-¿JungKook?- preguntó confundido
-Sí. Ahora quítate de encima o no me hago responsable de los posibles daños que pueda causarle a tu persona. Tienes 3 segundos y ya van 2.
El pelinegro se quitó de encima como si JungKook tuviera una especie de lepra, se paró y ayudó a parar al tatuado.
-Perdóname hombre, por un momento pensé que eras otra persona.
-Déjame adivinar quién; seguramente era alguien castaño. ¿No es así? - respondió con burla JungKook
En ese instante, la mirada de YoonGi volvió a oscurecerse e hizo ademán de salir del gimnasio. JungKook se lo impidió.
-Hombre ya, que era un chiste. No tienes que ponerte así... Aunque si te soy sincero me da curiosidad el saber por qué reaccionaste de esa forma.
YoonGi no respondió.
-¿En serio me vas a dejar con la duda? - preguntó alzando una ceja y tratando de hacer contacto visual con su compañero de cuarto.
- Realmente no me apetece tocar ese tema.
JungKook asintió.
-Vale, entonces supongo que tampoco te apetecerá escuchar lo que escuché cuando te fuiste, ni mucho menos te interesará saber que ese rubiecito estaba decidido a seguirte, aun poniendo su salud en peligro. Una pena. - fue ahora JungKook quien hizo amago de irse, sin embargo, una mano firme en su antebrazo se lo impidió.
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Locos de amor // KookV
RomanceTaeHyung padece de bipolaridad, JungKook padece de trastorno límite de personalidad. Ambos son "especiales" antes los ojos de los demás, pero al conocerse se darán cuenta que el amor sí puede ser para todas las personas. Incluso para gente "como ell...