27. DARK MOON.

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Aquellos días de agosto, mmm, los recuerdo perfectamente. La Luna se alzaba poco a poco para presidir la noche. Mientras, en el patio, dos sillas y nosotros. Mi primo y yo, ansiosos, colacamos la tercera y esperamos con impaciencia la llegada del tío, tu llegada. Queríamos seguir escuchando esas historias fantásticas que contabas sobre tu preciada amiga la Luna. Comentábamos, entre nosotros, qué historia narrarías esa tarde noche, pero los minutos pasaban y no estabas. Pensábamos que la invención del cuento te había costado mucho, siempre conseguías impresionarnos. Estábamos equivocados. Aquel día no apareciste por casa de la abuela. Esta vino y nos comunicó la terrible noticia. Quisimos no creerla, pero tarde o temprano tendríamos que aceptarlo. Por desgracia, era muy pequeña, a penas recuerdo tu rostro y tampoco tus historias. Las hecho de menos, y a ti. Estés donde estés, que sepas que te quiero.

-apa.

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