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Pasó aproximadamente una hora desde que fue por su espada, su cuervo, Ki, llegó diciendo que tenía una misión en un pueblo llamado Inarazaki. Varias familias habían desaparecido después de salir de noche.

Ella iba caminando por el parque cuando escuchó una melodía conocida, un canto especial para ella y para él.

El tarareo que escuchaba la desorientaba, ¿cómo alguien más conocía esa canción?, el pueblo al que llegó ya estaba desolado, no era posible que alguien humano la cantara y no concebía la idea de que un demonio conociera su canción.

Caminó por las ruinas del poblado, hasta que llegó al productor de ruido; vio sus ojos, que le gritaban "peligro, corre lo más rápido posible o muere".

Pero no podía huir, tenía que matarlo. Se acercó al demonio con pasos cuidadosos. Esa canción fue creada por su madre para poder dormir, por eso era imposible que alguien más que él la conociera.

Ayumi se acercó, vio los ojos de ese demonio, le parecieron conocidos. Algo inquietante para ella, a la vez que sintió paz al verlos. Era un sentimiento que no podía plasmar, irreconocible.

– ¿Te conozco, niña?– el demonio dejó de comer los restos de la familia, estaba todo lleno de sangre. Parecía una persona normal, aunque algo pálido; sus facciones eran finas y se veía confiable; una imagen sumamente aterradora. – me pareces conocida.

–no creo que me conozcas, ni yo a ti, pero sabes que mi deber es matarte. – se acercó para atacarle. – Respiración de la luna: octava postura: cola giratoria del dragón lunar.

Un corte frontal salió de la espada, corte que llegó a tocar al demonio, pero no le hizo mucho daño.

–para ser una mizunoto combates bien. – el demonio se acercó a ella. – pero yo soy el segundo al mando, te puedo matar en un chasquido de dedos. No lo hago sólo porque te ves como un juego divertido.

El demonio lanzó un ataque con algo parecido a una amatista ¿usaba gemas en sus ataques? Era algo raro, como una gran roca morada que trató de sacarla de combate. Ayumi no se quedó atrás, esquivando el asalto.

–Respiración de la luna: primera postura: luna oscura- santuario nocturno.

El demonio seguía atacando y ella regresando el ataque. Era algo raro, cualquiera que los viera diría que los dos ya sabían el siguiente movimiento del otro, combinando en ataques y provocando que ninguno saliera ganando.

–Vamos, al menos dime el nombre de la persona que me pudo dañar. Es un honor que alguien como tú siquiera me toque un pelo.

–Ayumi.

–No me puedes considerar malo. Mato a las personas que maltratan a sus hijos, no soy un villano, Ayumi. Sólo que, de paso me los como a ellos; hay días que me vence la gula.

En ese momento el demonio le mandó un ataque que la noqueó por unos momentos. Fue una lluvia de espinas fluorescentes.

–Es por tu bien, por primera vez haré algo por tu bien, ¿recuerdas cuando no podía moverme sin tu ayuda? Pues ahora yo te salvaré – susurró el demonio en su oído.

– ¡cómetelo! Es por tu bien Yuki.

– ¡mientes! Esto sabe horrible.

Medusa «kny x oc»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora