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Cuento de hadas de Cenicienta, donde Harry es un sirviente que es demasiado amable, Louis es un príncipe en un matrimonio arreglado, Liam es el hermanastro de Harry y Niall es el gran duque de Louis.
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Cuando Harry se despertó a la mañana siguiente, las cortinas estaban cerradas y la puerta de su habitación abierta de par en par. Alarmado, Harry buscó al culpable por toda la habitación, y casi gritó cuando vio a Lady Payne, de pie en la esquina oscura de su habitación.
"Lady Payne, buenos días", dijo Harry, subiéndose más las mantas sobre el cuerpo, "Me ha asustado. ¿Qué hace aquí, y a estas horas?". Preguntó Harry, los ojos de su madrastra le quemaban.
"¿Dónde está?" inquirió Lady Payne, yendo directamente al grano.
"Me temo que no sé de qué me está hablando", replicó Harry, arrugando el ceño.
Lady Payne salió de entre las sombras: "No te hagas el tonto conmigo, sabes exactamente de lo que estoy hablando. ¿Dónde está el zapatito de cristal? Sé que escondes la terminación del par por aquí en alguna parte".
Unas llamas de terror recorrieron el cuerpo de Harry: "¿Qué zapatilla?". Preguntó, siendo tímido, "Oh, ¿te refieres a la que llevaba el chico del baile anoche? ¿Por qué sólo tendría una zapatilla?"
"Porque se le resbaló del pie cuando huía de palacio", confirmó Lady Payne. "Y el príncipe Louis envió un grupo de búsqueda para encontrar al chico que asistió a la fiesta de anoche. Le puso el apodo de Ricitos, y si la zapatilla le queda bien", Lady Payne sacó de detrás de su espalda la zapatilla de cristal que le quedaba.
Harry se quedó boquiabierto: "¿Cómo lo has encontrado?".
Lady Payne se encogió de hombros, poniendo los ojos en blanco sarcásticamente, "No fue tan difícil. Ahora, tengo una propuesta para ti," Lady Payne colgó la zapatilla de cristal de un dedo, "Prométeme que no volverás a ver al príncipe, o te encerraré en este ático para siempre. No podrás volver a ver la luz del día si intentas engañarme.
"¿Cómo puede ser tan mala?" Harry soltó de repente, y entonces su rabia se desbordó, "¿Qué le pasó que la hizo tan mala? ¿Por qué le resulta tan difícil amar y apreciar a los demás?". preguntó Harry con lágrimas en los ojos.
Lady Payne miró a Harry con ojos vidriosos: "Amor. Enamorarme me arruinó, y no le pasará a nadie más".
Con el dedo, Lady Payne levantó el zapato en el aire y dejó que resbalara de su uña. Harry jadeó, lanzándose hacia delante para intentar agarrar el último recuerdo que tenía de Louis, pero ya era demasiado tarde.
La zapatilla de cristal cayó al suelo, y Harry se tapó los ojos de inmediato y rompió a llorar.
"¿Cómo es posible?" preguntó Lady Payne, y Harry negó con la cabeza.
"¿Qué está...?" empezó Harry, pero entonces se quitó la mano de los ojos y miró hacia donde había caído el zapato de cristal. La zapatilla de cristal estaba perfectamente intacta, erguida sobre su pequeño tacón, y un intenso resplandor azul rodeaba el objeto. Harry tomó la zapatilla de cristal antes de que Lady Payne tuviera la oportunidad de hacerlo, y admiró la zapatilla, cuya belleza encerraba más poder y magia que nunca.
