Bienvenido Al Norte

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19 De Marzo, hora 7:33 Pm.

Museum Of Brisbane.

Los destellos de las fotos de las cámaras de la prensa, iluminaban con su flash el cuerpo completo de Bandit Heeler.

—El descubrimiento accidental de este gran cristal que se cree que es un diamante el más grande del mundo hasta la fecha, fue gracias a Bandit Heeler junto a su grupo quienes estaban en una expedición de arqueología pudieron encontrar esta gran diamante de una forma accidental—

El dirigente del museo sonreía saludando a todas las cámaras moviendo su mano en forma de saludo a la vez que Bandit y su grupo también sonreían emocionados por tal descubrimiento.

Los camarógrafos y periodistas se acercaban más con sus cámaras junto a sus micrófonos tratando de tener una mejor vista de ese diamante y así poder también hablar con el equipo de arqueología.

Dos guardias del museo se llevaron el diamante hacía una sala segura dejando este ahí cerrando la puerta de la sala y activando el sistema de seguridad del lugar.

—Vaya basura joder… ¿Por qué mierda tuve que venir aquí? No soy fan de los museos la verdad…— aburrido como molesto Mackenzie estaba acostado en el sofá de la sala de espera del museo, ante ese comentario Bluey rodó sus ojos algo seria como un poco molesta.

—Porque eres mi novio diría yo pero… Parece que no…— suspirando la Heeler se giró apoyando su espalda contra la pared mirando a Mackenzie —¿En que momento te volviste un idiota? Mackenzie—.

Levantando su ceja el Boder Collins miro a su novia —¿Perdón? ¿Yo soy el idiota? No sé bien si soy tu novio pues ese labrador se ve muy unido a ti… Tal vez hasta más que amigos se están volviendo—.

Negando con su cabeza Bluey se separó de la pared algo molesta hasta el momento en que la puerta de la sala se abrió y Judo entro junto a Jean al lugar.

Bingo venía detrás caminando con un helado en su manos, entre todos ellos alguien más entro a la sala.

Lucho un Husky siberiano que era amigos de todos en esa sala entraba con una sonrisa estirando sus brazos y soltando un suspiro algo cansado —Vaya que este día es largo… A tu padre Bluey lo tendrán muy atorado en preguntas jajaja—

—Se nos hará muy tarde si papá se va a ocupar tanto la mejor idea que tengo es ir al cine todos juntos— acercándose al sofá de la sala Bluey movió un poco a Mackenzie y se sentó haciendo que la cabeza de el quedará sobre sus piernas —No se si alguien tiene una mejor idea, si es así que la diga— mira a Mackenzie dándole una pequeña sonrisa y acariciando la cabeza de este.

“Es imposible que me pueda enojar más de un minuto con ella… Maldita sea enserio la amo”

Mackenzie sonrió soltando una pequeña risa para poder cerrar sus ojos y así disfrutar de las acaricias de Bluey en su cabeza.

Era una noche aburrida para ellos eran jóvenes querían salir todos ahí eran mayores ya aún que Bingo estaba apunto de serlo.

Querían poder salir disfrutar de esa noche pero las ideas no salir no era muchas pues nadie tenía en claro que hacer, Bluey seguía acariciando el pelaje de la cabeza de Mackenzie suave mente hasta el momento en que un susurro cruzo por sus orejas.

—Miedo… Muerte… El Norte los necesita—

Cada pelo del pelaje de Bluey se erizo a te este susurró como esa fría sensación de que algo gélido cruzó su cuerpo.

Aún que estaba casi dormido Mackenzie abrió sus ojos de golpe pues todo su cuerpo tembló al sentir esa misma sensación que Bluey.

—¿Qué rayos fue….— dejando de hablar mirando algo asustado aquel tétrico personaje que apareció en medio de la sala.

❄️El Último Invierno❄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora