☆UNO☆

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La tarde caía en la ciudad, dejando rastros en el cielo de tonos narajas y violáceos; un hermoso día, a pesar de la trágica situación que se vivía en la mansión Taisho.
El segundo heredero Inuyasha, había fallecido el día anterior en un fatal accidente de tránsito, dejando atrás a su dolorida familia y una joven prometida destrozada.
Kagome Higurashi tenía veinte años, y llevaba comprometida con él prácticamente desde que había nacido. Por un acuerdo de conveniencia entre dos grandes corporaciones líderes en el mercado de la industria, los Taisho e Higurashi habían acordado el matrimonio entre sus dos hijos menores para unir sus empresas en el futuro y unificar no sólo poder, sino las riquezas.

La joven muchacha jamás se opuso a esta ajena desicion, y aunque jamás llegó a estar enamorada de manera romántica de Inuyasha, se había convertido en un pilar de su vida. El menor de los Taisho era su confidente, su apoyo y un buen amigo, nunca se había imaginado su vida sin él a su lado y perderlo de esta sorpresiva manera la hizo añicos.
Por supuesto que eso era algo privado entre ellos y en sociedad parecían una pareja enamorada y dedicada.

El servicio fúnebre se realizaba en la casa y varios dolientes, cercanos y no tanto a la familia llegaban a presentar sus respetos y condolencias a la afligida familia.
Mientras se llevaba a cabo la ceremonia,  en la gran biblioteca de la casa, se presentaba otra escena diferente.

-Me debes estar jodiendo- dijo con bronca uno de los hombres allí.

-Sesshomaru! No me hables así,  es tu deber como ahora el único heredero de la familia Taisho- reprochó también enojado el mayor.

-El cuerpo de tu hijo menor aún no se enfría y estás pensando en cómo seguir ganando dinero!- el grito de Sesshomaru fue contenido por las gruesas paredes antisonoras de la enorme habitación.

-Si no lo haces, la familia irá a la ruina. ¿No lo entiendes?...todo! Perderemos todo si no te casas con ella!- ya la discusión se habia tornado bastante acalorada para padre e hijo.

-Si no te hubieses casado con una mujerzuela veinte años menor que exprimió nuestra cuenta bancaria para sus "necesidades" no habría pasado esto.- le respondió Sesshomaru haciendo comillas imaginarias, mientras hablaba.

-Basta!! Ese no es tu problema. Pero te lo advierto Sesshomaru,  si no lo haces, tu abuela pagará las consecuencias- Inu No Taisho, utilizó la estrategia del soborno para hacerlo cambiar de parecer.

Y para el eufórico Sesshomaru tuvo su efecto.
Solo lo miró con odio y salió de la biblioteca dando un portazo estremecedor.
Para el mayor de los hermanos la vida no había sido tan fácil; hijo de la primera nupcias de Inu, su madre había fallecido en el parto.
Su abuela Kaede lo había criado, y le debía su vida a ella. Para cuando su padre volvió a casarse con la madre de Inuyasha por segunda vez, enviaron a Sesshomaru a estudiar a un internado en Francia durante años, por ese motivo no eran muy cercanos los hermanos; habían crecido separados y se veían solo en fechas especiales que lo acreditaran .

Para cuando el mayor se graduó y volvió al país para hacerse cargo de las empresas de su familia, ya con un postgrado en ciencias económicas con honores, su padre había dejado a Izayoi.
Su abuela ya estaba muy mayor y tenía varias patologías que atendían los mejores especialistas del país; por esta razón fue un golpe bajo para Sesshomaru que su propio padre amenazara con retirarle su personalizada atención médica y sus cuidados.

En su cuerpo no tenía lugar para más enojo, amargura y decepción.  Su hermano menor se encontraba en su último lugar de descanso y el maldito de su padre solo quería presionarlo a tomar su lugar y concretar el matrimonio con la heredera menor Higurashi.
Había visto a la curiosa morena un par de veces, parecía educada, tranquila y sumisa. Era algo pálida y escuálida pero su rostro era tan pulcro que no tenia  imperfección alguna, en sus facciones.
Lo más llamativo de su estructura era su mirada, tenía grandes ojos de color azul marino. Algo bastante inusual para ser de origen oriental.

~¿Que debo hacer?~ su pensamiento era mismo, hasta casi finalizada la ceremonia.

En todo momento no sacó su mirada de encima de la que sería su prometida ahora. Estaba desconsolada. Lloraba aferrada a los brazos de cualquiera que tuviese a su lado.
A diferencia de la heredera mayor de los Higurashi, Kikyo mantenía el rostro impasible incluso en el entierro de Inuyasha.

Cuando todo terminó, Seshomaru esperó a quedar solo y se acercó al panteón de su hermano; se agachó para quedar cerca del frío mármol en el cual llevaba su nombre grabado y cerró sus ojos.

-No compartimos mucho tiempo juntos, pero me parece injusto que no tengamos más oportunidades para hacerlo- habló en voz baja.

-Deberé casarme con tu novia, nuestro padre me lo acaba de informar. Espero que no me tortures en mis sueños por ello. Seguramente tan siquiera la toque..- pero su voz fue interrumpida.

-No hagas promesas que no puedes cumplir-

Miró a sus espaldas en la dirección de la voz femenina,  y ante él, Kagome Higurashi lo miraba seria con sus ojos hinchados y algo desafiantes.
Sesshomaru se paró y le mantuvo la mirada en silencio.

-Lamento haber escuchado. Solo quería despedirme a solas..- se excusó avergonzada por el impulsivo comentario que anteriormente le había dicho.

Al ver que Sesshomaru no pensaba respoderle, siguió hablando.

-Dije eso porque si debemos casarnos, se tendrá que consumar el matrimonio. Además, sabes que exigirán un heredero con el tiempo- explicó con una voz calma y apacible 

-Buen lugar para charlar de nuestra noche de bodas- dijo Sesshomaru con indisimulada ironía.

-Inuyasha me entendería..- respondió subiendo sus hombros y riendo sin ganas.

-Te veré en un mes, en la cena familiar- volvió a decirle ella antes de marcharse del lugar.

¿Apenas habían enterrado a Inuyasha y ya habían organizado una cena familiar? ¡Que mierda de familia!
Y lo que más le causó curiosidad..¿Ella lo aceptaba sin más, no se oponía?
Definitivamente esta mujer le resultaba bastante curiosa, y sin nada de personalidad también..

Decisión obligadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora