Jaiden Müller
—Sé que el tiempo es relativo para cada persona, pero ¿podré ser el único que siente que está pasando demasiado lento? Es que, solo ha transcurrido un mes desde que me mudé a vivir junto a mi padre, su esposa y mi hermano. Todavía me cuesta acostumbrarme a tener un hermano de la misma edad que siempre intenta convivir conmigo para crear lazos de hermandad. Jake y su madre tienen una obsesión con los abrazos, aunque ya les dije que me hacía sentir incómodo y han dejado de hacerlo, hay momentos en el que parece que lo olvidan...
Él asiente con una media sonrisa.
—¿Realmente crees que te hace sentir incómodo o es porque nunca has recibido ese tipo de cariño en los últimos años?
Encogí los hombros mientras miraba mis manos, suspiré y me limpié el sudor en mi suéter. Sabía que hablar de ello sería lo primero para empezar con mi curación mental y emocional; sin embargo, es un poco difícil meterme en lo sucedido hace un mes. Todavía me resulta difícil entender que esa mujer que me trajo a este mundo está muerta.
—Mi madre ha sido muy cruel desde que mi padre la abandonó, pero estos últimos días, viviendo con mi padre y enterándome de su versión, me he dado cuenta de que vivía en una burbuja. Mi familia nunca fue feliz, solo yo lo suponía; mi padre estaba atrapado en su matrimonio y mi madre estaba obsesionada...
—¿Consideras que eres culpable?
Entrecierro los ojos mirando un punto de la habitación, más que todo buscando mi respuesta correcta y honesta. Sé que lo primordial de asistir a terapias es ser honestos para una recuperación efectiva. Me estoy abriendo completamente a él, también estoy ignorando que es un extraño y me estoy concentrando en que es alguien que me ayudará.
—Durante muchos años, culpé a mi padre por haberme dejado con ella para enfrentar su guerra y también me culpé por llevar su sangre. A menudo, cuando estaba borracha, me gritaba que mi peor error fue parecerme a él, entonces también lo odiaba. Por este rostro... —me señalo a mí mismo—, recibía demasiados golpes e insultos.
—No es...
—No es culpa mía ni mucho menos de mi padre, ella estaba simplemente enferma, mentalmente hablando, y bueno, también tenía grandes problemas con el alcohol. Lo sé a la perfección. No creo que ninguno de los dos tenga la culpa, pero...
—Hablemos solo de ti, Jaiden.
Asiento mordisqueando mi labio inferior.
—Ya no me siento culpable.
—¿Por qué cambiaste de opinión de esa manera? Decías que te sentías culpable por el abandono de tu padre y que por eso te tocaba recibir ese castigo. Lo dijo la semana pasada...
—Las terapias están funcionando.
—Sé honesto conmigo, Jaiden. No te preocupes, solo déjala salir y expresa lo que realmente estás sintiendo en estos momentos.
Suspiro bajando la mirada.
—Estoy hecho polvo, ¿no se puede tener peor suerte? —me esfuerzo por contener las lágrimas que resbalan por mis mejillas—. Estoy tan lejos de mi zona de confort, me siento sumamente perdido y en medio de la locura. Ya no me golpean todos los días como hace un mes, pero todavía me duele como si me siguieran golpeando. ¿No es peor eso? Estoy aún más cansado que antes y el dolor es más fuerte.
Él me mira fijamente esperando que continúe, pero si lo hago, posiblemente mi voz se rompa.
—Solo quiero que el tiempo pasé rápido.
—¿Por qué quieres algo como eso?
—Regresaré a Múnich una vez me gradúe y alcance la mayoría de edad. Entre tantas cosas espantosas que viví, hubo algo y alguien que me hicieron pasarlo bien con tan poco tiempo. Se dice que uno vuelve a los lugares donde fue feliz, y él me hizo feliz, así que quiero volver. Estas terapias son necesarias...
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La teoría imperfecta de la vida
Novela JuvenilLa vida de Jaiden y Azrael se volvió complicado cuando se conocieron, muy a pesar de eso lograron encontrar paz uno en el otro. Jaiden experimentó por primera vez lo que es ser amado y Azrael entendió que puede llegar a amar de la manera más inocent...