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Por fin había acabado de limpiar todo el piso, a excepción del cuarto de Lovino porque me dijo que no entrase en su cuarto, no sé si te acordarás. ¿Qué era lo que debía hacer ahora?, ¡ah, sí, tenía que hacer la compra que la nevera está casi vacía! Menudo este Lovino, seguro que trabaja tanto que no tiene tiempo ni para hacer eso, ¡ay, qué pena más grande! Bueno, he de ayudarle un poco, total si yo también viviré aquí. Después de hacer la lista de la compra, cogí mis zapatos y salí fuera con mi mapa... y no, no es porque mi hermano Rafa tuviera razón y me perdiera con facilidad, simplemente es de sentido común el que si voy a ir a una ciudad que no conozco, lo mejor sería llevarme un mapa para que realmente no me perdiera. Bien, y ahora ya podía salir a la calle. Llevaba mucha pasta encima, bueno, para mí eran sesenta euros de nada, pero eso en Hong Kong era bastante dinero, por eso creo yo que los primeros años aquí los podré pagar fácilmente, además de que como pago con Lovino, me sale más barato. Me fui a la parada de autobús que me dejó anoche al lado de Yao's, que hablando de eso, ¡el local estaba muy lleno para ser tan temprano! Yao e Iván serán ricos porque para tener un restaurante que funciona mejor que el McDonalds... En fin, volviendo a lo mío, el autobús apareció y me monté en él. Sabía, por el mapa, que debía bajar en la tercera parada, y, para pasar el rato, decidí mandarle un mensaje a mi hermano por el whattsapp.

Hola Rafu~!!
Siento no haberte llamado antes pero digamos que no tuve mucho tiempo.
Estuve limpiando el apartamento y ahora me voy a comprar la comida, la nevera está vacía ಥ^
Tengo un compañero de habitación, se llama Lovino, su nombre es muy gracioso, parece que quiere decir Bovino, ¿lo pillas? VACA!!
¿Cómo vas con La Lucena?, ¿Aitor ha bebido mucho otra vez? Todavía no probé la cerveza china
Te echo de menos (╯^╰)
Toño

Finalmente llegué a la siguiente parada para ir directamente al mercado. En serio, menos mal que llevaba un mapa en mi idioma que si no me muero en Hong Kong, ¿sabías que todos los letreros están en chino? A ver, se supone que en esta ciudad también se habla inglés, ¡aquí me dijeron que se habla ese idioma! Con solo ver el lío en el que me había metido, me arrepiento de no haber elegido Canadá... ¡Pero debía ser positivo, era mi primer día, no podía darme de desánimos en este momento, solo tengo que comprar comida y eso no es complicado... ¿Verdad?! Paseaba por la calle con la cara pegada al papel, bueno, en realidad iba mirando hacia todos lados hasta que di con el sitio hacia donde dirigirme, y no, no es porque le siguiera el rastro a una mujer que llevaba una especie de cesta vacía que se usa para comprar... ¡Vale, de acuerdo, sí que lo hice, pero era para no perderme en Hong Kong, un poco de comprensión! Y siguiendo a la mujer, que por cierto, no fue tan lejos de donde me dejó el autobús, encontré la tienda, la bendita tienda de comida, por fin. Entré y vi que era más reducido que el Mercadona de mi pueblo, supongo que sería una pequeña empresa familiar, o un puesto del distrito que había, a fin de cuentas, donde me encontraba era un área comercial ahora que me fijo mejor, solo sabía qué vendían por los carteles, ¡ponían dibujitos, como en Doraemon! Ah no espera, que Doraemon es de Japón no de China... bueno, dejando eso a parte, entré en la tienda a buscar la comida. Miré la lista de la compra y vi que debía de comprar: tomates, carne, huevos, verdura, fruta, pan, pescado, arroz, más azúcar y aceite. Respiré hondo y me puse en marcha, odio comprar y por eso haré lo que pueda por terminar lo antes posible.

☀☀☀

Lo estaba consiguiendo, ya solo me faltaba una última cosa, una de la cual me había estado faltando toda la mañana y deseaba obtener con todas mis fuerzas: el aceite de oliva. Solo quedaba un bote y estaba en lo alto de un estante, pero yo era lo suficientemente alto como para agarrarlo. Cuando estuve a punto de cogerlo, una mano chocó con la mía. Giré la cabeza y me encontré a un chaval más joven que yo y claramente no asiático mirándome con desafío, su cara me sonaba mucho, pero me daba igual, yo iba a tener ese aceite, así que lo agarré rápido, me di por el vencedor y me fui a pagar... y de repente, el chico se me tiró encima tratando de quitarme el bote.

Mi cielo eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora