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  Había llegado el día. El enorme salón que servía de galería estaba decorado de acuerdo a la ocasión.
Alrededor de una docena de pinturas estaban estratégicamente colocadas en el salón, discretamente cubiertas por lienzos negros.

Grandes mesas de bocadillos, estaban esparcidas por doquier y había torres de copas y finas bebidas colocadas en cubos de hielo, al alcance de todos aquellos que quisieran disfrutarlas. Los murmullos y susurros de los invitados curiosos no se hicieron esperar.

En la estancia reinaban la emoción y la curiosidad a partes iguales, los invitados estaban a la expectativa. Hacía ya cuatro años que Lan WangJi, mejor conocido en el mundo de las artes plásticas bajo el pseudónimo de: el jade blanco. Había dejado de pintar y había desaparecido del ojo público.

Su musa, amante y conocido por todos como el amor de su vida, Wei WuXian. Había muerto en un aparatoso accidente, el SUV en el cual se transportaba acompañado de su mejor amigo y chófer: Wen Ning, había derrapado y caído por un abismo y al llegar al fondo, explotó... No dejando nada que pudieran rescatar. Aparentemente dos vidas invaluables se habían perdido ese día.

Desde entonces Lan WangJi se había sumido en el luto y se recluyó, jamás volvió a tocar un pincel... Hasta ahora. Por eso todos estaban emocionados, sus últimas pinturas se habían vendido a precios ridículamente altos, creyendo que el artista no volvería a pintar y muchos anhelaban tener una de sus pinturas, por lo que al recibir la invitación festejaron porque les había llegado su oportunidad.

El salón estaba lleno.

                        ††††††

Lan WangJi observaba atentamente a sus invitados. Había mandado a colocar mesas VIP para los más importantes, quería asegurarse de que todos pudieran ver claramente sus obras.

—¿Estás listo, didi?

Una voz suave le preguntó a sus espaldas, se dió vuelta para encontrarse con la sonrisa suave y sincera de su hermano mayor. Lan Xichen vestía un traje azul oscuro, como era habitual en él, contrastando con el impoluto traje blanco de Lan WangJi. Pese a mostrarse sereno, la sonrisa del mayor no alcanzaba a sus ojos y su sonrisa se veía rígida.

—Mnn. Todo está listo, hermano. Esta noche Wei Ying será vengado.

Los ojos de una tercera figura brillaron expectantes, su rostro de facciones duras pero hermosas apenas disimulaban su rabia, rabia que se había estado cocinando durante cuatro años. Le había costado toda su fuerza de voluntad no tomar justicia por su propia mano, pero al fin había llegado el momento y los verdugos de su hermano pagarían.

—Regresen a la sala y tomen sus lugares, el show está por comenzar —Lan WangJi les pidió, aparentemente sereno. Sólo el jade sabía la tormenta de emociones que había en su interior. Necesitaba poner sus manos sobre aquellos que se atrevieron a dañar a su loto.

Los aludidos asintieron y ya se iban, cuando la voz de Lan WangJi los detuvo.

—Hermano... Pase lo que pase, la joven Yanli no debe alterarse, mucho menos en su estado. Díganle a MingJue que la mantenga tranquila o que se la lleve a casa.

—Tranquilo, didi. Sabes lo protector que es MingJue con su mujer, de todos modos A-Cheng y yo la cuidaremos. Sin embargo ella sospecha que tu exposición está relacionada con el joven Wei, no hay poder humano que la haga regresar a casa... Ni siquiera MingJue, el come en la palma de la mano de su esposa.

—Mnn.

Sin más palabras, todos abandonaron la habitación.

*†*†*†*

Cuando la curiosidad y la expectación amenazaban por dispararse, el escenario se iluminó y la imponente figura del jade blanco se apoderó del lugar.

El micrófono sonó con algo de estática, pero rápidamente fué ajustado y la atención de todos recayó en el de ojos dorados.

Jadeos sorprendidos se escucharon cuando notaron que el característico broche de patrones de nube que los Lan portaban tan orgullosos, brillaba por su ausencia en el pristino traje blanco de Lan WangJi. En su lugar el pelinegro se había colocado un broche con forma de flor de loto de color rojo, que parecía una mancha de sangre en su traje blanco.
Lan QiRen frunció el ceño, esa no era una buena señal, al parecer su sobrino no había superado al vulgar revoltoso de Wei WuXian. Los invitados comenzaron a cuchichear y a hacer suposiciones.

—Buenas noches —habló por fin, Lan WangJi— gracias por venir.

Aunque las palabras eran amables, el tono acerado y la expresión vacía y estoica del hombre le estaba poniendo los pelos de punta a alguno de los invitados, aunque su cara era tan fría como siempre, en sus ojos había un brillo maníaco que nadie había visto antes. Ignorando el rostro de dubitativo de algunos, continuó con su discurso.

—Hace 4 años, una noche como esta estaba presentando mis últimos trabajos. Me iba a retirar porque le había pedido matrimonio a mi pareja, quien era mi musa... Mi Wei Ying. Esa misma noche horas más tarde, recibiría la noticia que acabó con mi mundo, Wei Ying había muerto. Dejé de pintar y me recluí.

Todos asintieron. Todos en las cinco ciudades conocían la historia de los amantes trágicos. Algunos recordaban al joven con cariño, otros con pena, otros se alegraban por su muerte. Wei WuXian era el tipo de persona al que amaban u odiabas, pero definitivamente no podías pasar de él. Brillaba demasiado fuerte como para no posar notar su presencia y su sonrisa podía eclipsar al sol mismo.

—Ha pasado un tiempo y es momento de continuar con mi vida, por eso justo este día les vengo a mostrar mis últimas pinturas.

Hizo un ademán y las pinturas que habían estado cubiertas por el lienzo, fueron dejadas al descubierto. Los jadeos sorprendidos llenaron la estancia. Era claro que las pinturas eran sobre Wei WuXian.

La casi docena de pinturas exparcidas todo al rededor del salón estaban relacionadas una con la otra y contaban una historia, la historia de un aparente asesinato. Las pinturas eran una cronología exacta de lo que había pasado la madrugada del 31 de octubre, hacía ya 4 años. La noche en la que Wei WuXian murió.

Habían rostros horrorizados por doquier, otros estaban llorosos, otros paralizados del miedo. WangJi sonrió satisfecho.

Luo Qinyang y Nie Yanli lloraban abrazadas, mientras la mano de Nie MingJue reposaba en la parte baja de la espalda de su esposa, dándole algo de confort. Wen Qing por su parte miraba con odio hacia alguna parte del salón, miraba a la persona responsable del accidente donde murió su pequeño "A-ning" como a ella le gustaba llamarlo.

—Sean todos y cada una bienvenisos a mi última exposición, he decidido nombrarla:  ¿Quién mató a Wei WuXian?

El caos en la sala explotó.

Continuará...

Es una historia corta, no tendrán que esperar mucho. Besos 😘😘

Espero que les guste y por beneficio de la trama, nuestro Lanchita hablará un poco más de lo habitual 😬

Gracias por leer, besos en la cola y hasta el próximo capítulo.😘

¿Quién mató a Wei WuXian? (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora