Antes De Ti ✧✧ Joshua Hong ✧ Seventeen

Capítulo 8 ✧

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No puedo creer que después de tanto tiempo al fin pude solucionar las cosas con mí padre. Aunque todavía no podía perdonarlo del todo.

Eso iba a llevar tiempo. Y necesitaba que él me demuestre con acciones sus promesas. Solo con disculparse no iba a ser suficiente.

De todas formas su declaración fue un gran avance, viniendo de alguien tan testarudo y orgulloso como él. Tal vez de a poco las cosas vayan mejorando.

Solo hay que pensar en positivo. Cómo siempre lo he hecho. Y valorar todo lo que tengo.

Un techo sobre mí cabeza. Comida. Estoy a punto de graduarme. Libertad. Y por sobre todas las cosas. Tengo a Joshua. No podría pedir más.

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Al llegar a casa dejamos nuestros zapatos junto a la puerta y tiré mí bolso sobre el mueble junto a esta.

No pude reaccionar y cuando menos me di cuenta Joshua me abrazó por la cintura con un solo brazo, levantándome con facilidad. Me sostuve rodeando su cuello con mis brazos y su torso con mis piernas. Su fuerza descomunal hacía que mis rodillas se debiliten. Haciéndome sentir débil y delicada como un pétalo de rosa.

Su mirada se posó en la mía. Parecía analizar hasta el último detalle de mi rostro. Sus ojos subían a mis ojos y bajaban a mis labios. Podía sentir su respiración con olor a menta. Mí corazón empezó a latir con rapidez y mí estómago me hacía cosquillas.

Si bien luego de varios meses viviendo juntos, ya estaba acostumbrada a estar a solas con él, el hecho de que mis padres lo conocieran hizo que se sintiera más oficial que nunca. Y eso me gustaba mucho.

"Mary Anne..." Su susurro en aquel departamento silencioso, hizo que se me erizara la piel. "Quiero que seas mía. Ya no puedo vivir con otra realidad que no sea esta. No podría imaginarme un mundo en donde no estés conmigo. Y tampoco quiero hacerlo. Di que sí y sé solo mía por siempre."

Jamás podría cansarme de sus declaraciones de amor. Y cada vez que decía algo al respecto, me enamoraba aún más de él.

Mis ojitos brillaron en aquel lugar, semi-iluminado por una luz cálida y suave. Sonreí levemente y asentí con mí cabeza, en respuesta a su previa solicitud.

En cuestión de un milisegundo a mí respuesta, su cuerpo se pegó al mío aún más, presionando mí espalda contra el muro. Nuestros cuerpos hacían presión entre ellos, uniéndose en cada centímetro de nuestros torsos. Sus labios se separaron y se pegaron con los míos en un beso apasionado. Respondí haciendo el mismo movimiento e inclinando mí cabeza hacia el lado contrario para ambos tener más acceso a nuestros labios.

Mis manos acariciaban el cabello de su nuca, acercando instintivamente su rostro más al mío. Aunque eso ya era casi imposible.

Joshua presionaba su cuerpo aún más, moviendo sus caderas y rozando nuestras partes, separadas por un pedazo de tela.

Se debilitaba mí cuerpo al sentir su miembro endurecerse con los movimientos de nuestros cuerpos y sentir como este rozaba de arriba a abajo mí intimidad.

Solté un leve gemido al sentir como me humedecía de placer. Esto hizo que Joshua separara mí cuerpo de la pared y se dirigiera, sin soltar mis piernas, subiendo las escaleras, a nuestra habitación. La facilidad con la que me cargaba era tan masculina. Eso me volvía loca.

Luego de abrir la puerta empujándola con su espalda, caminando de reversa, Joshua me acostó en la cama, acomodándome en el centro de esta. Su brazo soltó con delicadeza mí cintura y empezó a desabotonar su camisa.