20. ERES MÍO, YO SOY TUYO

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En toda su joven vida, Taemin jamás había tenido una resaca tan violenta. Además de un día tan ajetreado. Solo llevaba una mochila con un cambio de ropa que Chanyeol, amablemente le compro, después de que Taemin hubiese vomitado sobre la ropa que vestía. Por alguna clase de manipulación, por parte de Chanyeol, las aerolíneas le habían permitido volar. Aún más, se encontraba en primera clase y demasiado desgastado para siquiera considerar todos los fallos de su plan.
La idea le había parecido a Taemin muy buena, en principio: Volar a Londres y obligar a Mimho a escucharlo, decirle frente a frente si habían terminado. Entonces Minho no podría detenerlo y Taemin buscaría recuperarlo, intentaría convencerlo de que le diese otra oportunidad, y Minho quizás hubiera aceptado. Incluso había pensado comprar dos botellas de Vodka en la primera vinatería de Londres, así podría intentar seducir a Minho y, o bien despedirse con un muy grato recuerdo, o reconquistarlo.
Quizás la resaca que padecía se quitase bebiendo más, pensó Taemin. Estaba cerca de aterrizar y se preguntó, no por primera vez, ¿dónde estaba su celular?.

- ¿Cómo es que existen personas que no toman nada para la resaca?.- preguntó Taemin en un susurro. Jonghyun y Kai jamás habían tomado nada para la resaca, y antes de que Kibum hubiese llegado a sus vidas, Jonghyun parecía perpetuamente ebrio.

Horas más tarde, Taemin se encontraba en Londres, caminando con un mapa, sosteniendo una mochila vacía pues la ropa limpia la llevaba sobre el cuerpo. Se había bañado y lavado los dientes en una habitación de renta por hora. Agradecía haber recordado llevar su cartera con las tarjetas de crédito, lo que le facilitaba más aquel viaje exprés. 
Taemin se encontraba intentando recordar la última vez que estuvo en Londres. Había sido hacía unos años, cuando Ten aún no había nacido. Se despeinó con fuerza mientras se sentaba en una banca del parque Hyde.
Recordaba que Jonghyun siempre le había hablado del parque con los patos asesinos.
Según Jonghyun, esa pequeña mafia plumífera se deslizaba del agua al pasto en busca de robar y atacar a cualquier turista. Claro que Jonghyun siempre dijo que los patos sostenían armas en el pico y uno de ellos, el que tenía un puñal de doble filo, lo amenazo colocando la aguda punta contra su garganta. Sino le entregaba todo lo que llevaba, los asesinaría y ocultaría su cadáver en el lago.
Claro que todos lo creyeron uno de los surrealistas relatos de Jonghyun, y nada más. Pero cuando Taemin vio a una turista distraída inclinarse para acariciar a un pato, y otro de esos plumíferos animales se contoneo hasta su bolsa sacando de allí su pasaporte, Taemin reconsideró la historia de Jonghyun.

Taemin miró el mapa y recordó ligeramente que Minho siempre hablaba del hotel más cercano al parque Hyde, un hotel de cinco estrellas que el hombre de ojos verde-dorados parecía adorar. Miro el mapa y encontró tres tan cercanos que podías llegar caminando. Los visitaría y encontraría a Minho.
Sin embargo, al levantar la vista los Dioses le había llevado al hombre que anhelaba. Su cabello erizado en un peinado llamativo, puntas teñidas de purpura, azul y rojo, las raíces negras parecían acentuar su delicioso aspecto asiático. El gel que elevaba en picos su cabello contenía purpurina pues su cabello resaltaba tanto como el hombre.
Vestía casual, pantalones deportivos azules con líneas verticales verde hierba; una camisa sin mangas tan holgada que mostraba su desnudo pecho. Los zapatos que llevaba eran negros con corte de piel de víbora. Además, ante el frío ambiente londinense, llevaba un abrigo con detalles en lentejuela, que se encontraba abierto.
Ese era Choi Minho, el único, el inigualable, su estrella reluciente. Choi Minho. 

* * *

Choi Minho no podía soportar la incertidumbre. Taemin simplemente se había desvanecido. La sola idea de haberlo perdido colocó en perspectiva el conflicto que los separaba. Había sido doloroso, le había herido, pero si lo consideraba profundamente, podía perdonarlo. Más que perdonarlo, podía avanzar con Taemin en su vida. No tenerlo por casi tres meses había sido más tortura de lo que fue saber sobre su desliz. Porque Minho había comenzado a pensar en aquel asunto como un desliz en la relación. No era una completa infidelidad y Taemin no había querido hacerlo. Tras la larga conversación con Nam-joon, la manipuladora de Taeyon mostró su marca.
Taeyon se había aprovechado de la vulnerabilidad de Taemin y había ofrecido la oportunidad para que Nam-joon hiciera un movimiento. Aquella serpiente había dejado acorralado al conejito, y no podía culparlo. Minho amaba a ese conejito, y sobre todo, amaba su inocencia.

Mi hermoso Taemin(adaptacion 2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora