24. DESTINADOS

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Minho se recostó junto a la camisa blanca con letras bordadas. Era su único recuerdo de Taemin, lo único de él que quedó en su loft. Minho se había recostado a su lado por tres dolorosos años, esperando que Taemin volviese a él.
Tras haberse marchado, Taemin había desaparecido por completo. La propia Amber lo buscaba y llegó a irrumpir en sus horas de rehabilitación física con el fin de exigir saber dónde se encontraba su hijo mayor. Minho había esperado que Taemin lo contactase de alguna manera, pero ese momento jamás llegó.
Temía por lo que le hubiese pasado a Taemin. Temía que el propio joven decidiese apartarse de él. Taemin tendría ya 26 años, con la orden de restricción inválida desde hacía dos semanas. Y a pesar de ello, Taemin simplemente no regresaba a su lado.

La terapia física fue demasiado para Minho. Necesitaba a alguien a su lado, ayudándolo a superar el dolor. Sus piernas, destrozadas, debían soldar los huesos lentamente; su brazo debía recobrar elasticidad y movilidad. El dolor era constante pero podía soportarlo. Lo que verdaderamente desgarraba a Minho era no poder contar con Taemin. Yoona y Yunho siempre asistían a la terapia, cuidando de él con la paciencia y lealtad que su hermandad merecía. Sin embargo gran parte del tiempo, Minho no podía tolerarlos cerca, puesto que fueron ellos quienes habían apartado a Taemin de su lado.

- Mucho has sufrido desde que él llego a tu vida.- le dijo Yoona, una tarde particularmente solitaria e irritante.
- Mucho he disfrutado con él en mi vida.- espetó Minho.- Además, a su lado esto sería tolerable.

La mirada de Minho expresaba la nostalgia de sus palabras. Sentía el corazón partido y Yoona, que poseía cierta natural fortaleza – debido a su trabajo – se mostró sublimemente afectada.

- Tiene toda una vida por delante, Minho.- dijo Yoona. Su voz, que hacía unos minutos era fría y directa, se tornó dulce y apaciguadora.- El separarse de ti, el ser despedido de tu empresa, le permitirá vivir la juventud que posee. Tú ya has cometido tus propios errores, deja que él los cometa.

Tras eso, Minho intentó evitar la presencia de Yoona. Sin embargo encontró que, así como Minho buscaba conectar nuevamente con Taemin, su familia buscaba lo mismo.
Al cumplirse el primer año de su separación, un niño de cabello negro se hizo presente en el umbral del loft de Minho. Sus castaños ojos suplicaban una información que él no poseía. Minho no pudo más que invitarlo a visitarlo cuando desease.
Ten, al principio era acompañado por Sulli, mirándolo siempre con cierto recelo y evitando cruzar palabra con él. Solicitando libros que Taemin había dejado en el loft de Minho. En una ocasión Sulli se vio obligada a salir con la banda, en una gira extensa, por lo cual Ten llegó al loft solo.
El niño sostenía una carta fechada de hacía una semana, una carta que parecía haber sido colocada entre el correo Lee, dirigida hacia Ten. Dentro del sobre se encontraba una dedicatoria con letras y cifrados.

- ¿A qué debo tu visita en mi hora de rehabilitación?.- preguntó Minho al abrir la puerta y encontrarlo solo.
- Recibí una carta de Taemin.- comentó Ten.- Es una carta cifrada.- añadió en susurros, como si hablase de algún tipo de plan secreto para derrocar algún gobierno.- Utilizo el alfabeto que invento para divertirme. Es un tipo de escritura que solo nosotros comprendemos.- añadió sentándose frente a Minho.

Choi se encontraba ejercitando las piernas, que tras la última cirugía parecían moverse mucho mejor. A pesar de ello aún sufría un terrible dolor. Le era difícil mantenerse sobre sus piernas, el dolor continuamente lo perforaba como si reviviese aquellos disparos intento a intento.

- Esta dirigida a ti y me pide que te la entregue.- comentó Ten sacando dicho objeto.- Puedo ayudarte a leerla.- añadió, su voz suave e infantil pero firme. El niño era digno hijo de la estirpe Lee, y si Dios era grande, tendría cierto parecido con Taemin y no con Son Man.
- Me encantaría que me ayudaras.- respondió Minho queriendo ser agradable.
- Dije que podía, no que lo haría.- Ten cruzo sus pequeños brazos y observo a Kkong, con el que se había encariñado mucho más que con Minho.- Pero no quiero hacerlo porque muchas lindas mujeres desfilan por tu casa.- agregó.
Había enfermeras particulares que Yoona le había enviado, atractivos jóvenes que Yunho instruyó para hacer compañía a Minho. Eran hermosos a la vista pero no de su interés. Claro que aquello no era comprensible por el menor de los Lee.

Mi hermoso Taemin(adaptacion 2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora