En esta historia tu eres la villana.
Los secretos de Dumbledore debieron ser difundidos pero en vez de eso, tu los utilizaste, lograste lo que Geller Grindelwald no obtuvo.
Cómo una chica con sed de venganza logro enamorar a un tejón.
¿Le diste amor...
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El expreso de Hogwarts aguardaba en la estación, todos los alumnos estaban abordando aquél tren de pintura carmín fuerte, todos de distintas edades, los murmullos y gritos de despedida de los padres se hacían presentes en la estación 9¾.
_Adios mis niños ¡Cuídense mucho, no se metan en problemas! ¡Los quiere su mami!_ -la regordeta señora pelirroja se despedía de todos sus hijos en tono alto-
_¡Adios mamá! ¡Nos vemos en vacaciones!_ -la mayoría de los Weasley gritaba despidiendose de sus padres-
La mayoría de los infantes y adolescentes que subían al tren tenían a alguien de quién despedirse pero Kristin, ya no tenía a nadie, al menos no después de la repentina muerte de su padre. Ya que Kristin sabía que en esos momentos su padre pudo estar hay, despidiéndose de ella y gritando que la extrañaría, pero eso no sucedería y no pasaría jamás. Después de a ver dejado su equipaje subió con una pequeña maleta al expreso y busco lugar en el vagón, al encontrar entro se acomodo, la ida sería larga y no tenía buenas razones para ir a ese colegio.
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El silbato del expreso sonó en alto, los alumnos comenzaron a descender del tren color carmín, se veían rostros felices en los alumnos de volver a su segunda casa, Harry, Ron y Hermione salieron de este en dirección a las carrozas que los llevarían al gran castillo.
La luna tomo su lugar en el cielo, y para muchos la noche era mágica. Los alumnos de primer año habían pasado por el lago junto al guardabosques Hagrid que explicaba un poco acerca del calamar que habitaba en las profundidades del lago negro. Los guío a las puertas del castillo e hizo su recorrido hasta las escaleras del comedor, justo hay los esperaba Minerva Mcgonagall quién les daba indicaciones acerca de lo que vendría después.
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