Narra Hikaru:
La vida es una completa mierda, ¿había otra manera de definirla mejor?, no, no lo creo, así es como son las cosas o bueno al menos la vida en el mundo real apestaba en serio.
Nunca entendí porque la gente parecía entusiasmada por ella, desde niño creí que morir era lo mejor del mundo pero cada que se lo decía a un adulto, ellos lucían increíblemente asustados y preocupados por mi, yo no soy el que esta mal, solo veo el mundo de una manera diferente pero obviamente nadie nunca se quizo detener a tratar de entenderme antes de tratarme como si estuviera loco.
¿Porque querían vivir? Era una de las preguntas que casi siempre le hacía alguien cuando lo conocía, de todo lo que las personas me habían llegado a contestar solo el dinero, el lujo y esa clase de cosas se me hacían algo razonable, mínimo hasta que llegue a bordenland.
Como comencé a adorar ese sentimiento de estar vivo, ese palpitar rápido de mi corazón, cuando la respiración por culpa de la ansiedad me faltaba, esa euforia de saber que había ganado, era un sentimiento que nunca antes había tenido y de inmediato ame, me sentí por fin en un lugar donde nadie me miraba mal, solo me entendían, entendían que quizás eso era lo único que alguna vez me habia hecho sentir bien.
Después llegaron ellos, no necesitaba estar en los juegos para sonreír emocionado, el estar a su lado me bastaba, se siente bien por fin entender eso de la familia pero con ellos me llego una nueva duda, ¿que era el amor?.
Cuando conocí a Yasu y le pregunté porque seguía viviendo, no tardo nada en contestarme que por amor, que por su novio y sus amigos, por primera vez en mi vida había estado 100% seguro de que no me estaba mintiendo, en serio lo hacía por ellos y después mire como Kyuma era con ella, como se trataban y me di cuenta que el amor si existia.
Durante secundaria traté de ser novio de cualquiera que estuviera dispuesto pero todo lo que pase, todas esas sonrisas falsas y esos pequeños momentos donde si me sentía bien al lado de esas personas no se comparaban nada con lo que ella me describía como amor, a como ella me juraba que se sentia cada que miraba a su novio o siquiera lo recordaba, no se parecia nada a lo que sentí la primera vez que lo vi, la primera vez que nos besamos, cuando acepto ser mi novio, no se compraro en nada a lo que siento cada que veo los diamantes de sus ojos.
No había tenido ese revoltijo en el estómago o me había sentido tan nervioso de arruinar todo por la manera en que era, en algun momento de hecho pensaba que la Kobayashi si me mentía pero veía ese brillo en sus ojos al hablar de su novio y hay fue cuando yo comencé a querer eso también, quería saber que era el amor, quería tener eso tan bonito que ella me narraba, quería tanto tenerlo a él aunque ni siquiera lo conocía en ese momento, por más de que llegar a sentir todo eso me sonaba tan mágico que creía irreal, me hizo sentir como en un cuento de hadas, tal y como debía, como si fuéramos normales.
Estar solo observando los juegos era muy aburrido, si me divertia y reía de los comentarios que decimos sobre que ridículo actuaban pero no era lo mismo que jugar, me desesperaba solo poder ver y esas tontas reglas de no intervenir, quería hacer algo más, ser parte de eso aunque supiera que para ellos nosotros éramos los malos, no me importaba, no sentía pena por alguna por ellos.
Queríamos comprobar que el sistema anti trampas para uno de los juegos de Kuzuryu funcionara, así que de inmediato me ofreci para ir a pesar de que todos solo querían ver el juego detenidamente o meter un interventor, yo queria hacerlo, tuve que suplicar durante bastante rato para que me creyeran que no diría nada sobre nada que los inmigrantes no deberían de saber o que no seria tan obvio como para que sospecharan que no me mori, fingí hacerme el enojado por que me subestimaban pero tenían un punto, meterme a ese juego fue mi perdición.
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Los diamantes de tus ojos (Chishiya X Male reader)
FanfictionHikaru y Chishiya nunca encajaron con el resto de la gente pero Bordeland fue a cambiar todo eso en un solo instante, no creyeron que tuvieran tanto en común o que ese sentimiento en sus pechos pudiera crecer, pero ese lugar les tenía más sorpresas...