Cap. 4

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Narra Hikaru:

Mantener a Cheshire vivo no era tan difícil, no ayudaba en lo absoluto a mi corazón pero no requería mucho esfuerzo, el lo hacía prácticamente todo con la información que le había dado y yo solo observaba como antes, también me unía a los juegos pero de la mayoría había oído así que eran demasiado fáciles de ganar.

Estaba comenzando a odiar cuando el dejaba su vida a la suerte, eran unos cuantos segundos en los que me costaba respirar, nunca me había dado cuenta lo poco que le importaba, no se si yo o su vida, quiza ambas, no entendía porque quería mi ayuda si no le preocupaba en lo más mínimo morir, no tenia lógica, no reía lógica en que insistiera tanto en mantenerme a su lado tan desesperada mente si parecía querer dejarme a cada rato.

Odiaba lo preocupado que me sentía cuando hacía esa clase de cosas, me daban tantas ganas de intervenir en el juego pero era capaz de calmarme al pensar que el no haría lo mismo por mí, siempre al salir no le hablaba, no sabía si por enojo o la gran cantidad de emociones que había sentido en tan poco tiempo, solo sabía que era demasiado, el lo respetaba hasta el día siguiente donde insistía en hablarme hasta que le contestaba.

Después de unos cuantos juegos confirme que su especialidad eran los diamantes, ojalá fuera como Kuzuryu que actuaba tranquilo pero no, el era mas del estilo de Mira, arrogante y egocéntrico, bueno yo sabía que eran parecidos pero así era como las demás cartas describían a la de cabello largo.

Quise atribuirle como actuaba en los juegos a lo mismo que me pasaba a mi, que esa pequeña adrenalina lo hacía sentir bien, hablaba de la medicina pero no con el mismo entusiasmo que solía hacerlo hacia unos años, los dos habíamos cambiado tanto que simplemente era raro fingir que nada había ocurrido, que el tiempo sin el otro había sido irrelevante.

El quería un juego de corazones, segun el para ver mis habilidades aunque yo insistia en que ya las habia demostrado en los pocos juegos de treboles en los que habiamos terminado metidos, siempre que estabamos ahí todos los interventores se nos pegaban y me preocupaba que se les saliera decir alguna tonteria.

Mis juegos no estaban diseñados para que ganara una sola persona si pensansabas lo suficiente, algo que casi nunca pasaba y por eso eran tachados de juegos crueles, me sorprendía ver como personas que decían amarse o quererse demasiado eran tan capaces de dejarlos atrás, de matarlos a sangre fría o sacrificarse por ellos, en nuestros juegos había miles de posibilidades de como resultaban.

No quería que el las viera, mi enojo hacia el por lo que me había hecho aún no se iba y si demostraba las mismas actitudes que el resto de inmigrantes al tener que elegir entre su vida y la mía, no sabía bien cómo eso iba a dejarme, no estaba aquí para volver a sufrir, menos por alguien que estaba destinado a morir.

Su curiosidad por este lugar no hacía más que incrementar a cada momento, no lo podía culpar, había cientos de cosas que ni nosotros entendíamos aunque estuvieran frente a nuestras narices, había llegado a quedarse más de dos horas en los juegos después de que acabarán analizando cada rincón del lugar, casi siempre me quedaba yo atrás viéndolo mientras se me escapaba una sonrisa.

Cada que encontraba algo nuevo iba de inmediato a mostrármelo preguntándome por mi opinión, muchas veces había soltado datos que no quería pero al ver como se iluminaban sus ojos al ver que tenia razón la culpa se me iba, aun así le escondía gran parte de las cosas para que no me creyera el malo, nosotros no eramos los malos, solo buscábamos vivir tanto como ellos, ya habíamos ganado y esto se había vuelto nuestro juego.

Cheshire estaba seguro de que había algo divirtiéndose con nosotros, yo me la pasaba diciendo le que debía de haber otra razón, odiaba como insinuaba que las cartas eramos crueles solo por serlo, mi empatia no funcionaba como la del resto de personas pero tampoco llegaba a ese punto, como hablaba de algo que yo era me hacía sentir de nuevo un niño cuando todos asumían cosas erróneas de mi, el nuncame había hecho sentir como los demas.

El era el unico en el mundo real que no lo hacía, que lo estuviera haciendo aquí me ponía paranoico sobre si todo el tiempo me había estado mintiendo, si el era quien quería sacar algo de mi, sentía una opresión horrible en mi pecho cada que ese pensamiento me nublaba la mente, si el descubriera mi verdadero papel en bonderland se daría cuenta que de todos esos cometarios que me hizo ignorar diciendo que no importaban, si lo hacian, que debio haber hecho caso a ellos su vida hubiera sido mejor sin mi, que eran ciertos, yo no valía la pena.

El no tenía la mejor brújula moral, eso siempre lo había sabido ahora solo lo comprobaba, lo notaba cuando era de los pocos que sin ser paciente psiquiátrico entendía mis dilemas sobre porque debíamos salvar a ciertas personas u otras situaciones que los demás no pensaban dos veces su respuesta y luego estaban los juegos, a él no parecía realmente remorderle la conciencia la sangre que estaba manchando sus manos.

¿Si se enteraba de la verdad creería que soy un monstruo?, recordé todas esas discusiones que teníamos las cartas mirando las teles, cuando alguien comenzaba a gritar que como era posible que le estuviéramos haciendo esta clase de cosas a otros humanos, preguntándonos que pasaría si solo nos dejábamos vencer, que quizás era nuestro momento de morir, porque a veces un ataque de humanidad parecía llenarlos creyendo que los inmigrantes todos merecían vivir.

El tenia días extra en su VISA pero un lugar le había llamado la atención, el hospital se había iluminado mientras yo veía a la calle esperando alguna señal de que Yasu o alguien viniera a buscarme. No me la iba a acabar con los regaños si eso pasaba y por sobre todo Cheshire no estaría a salvo si lo consideraban una debilidad mía.

_Tenemos que ver que hay ahí, los insumos médicos, todo nos ayudaría, tienes ataques todavía podría buscar medicina para ti_ me insistía cuando dije rotundamente que no iríamos a ese juego, su razonamiento era válido pero ya no tenía idea de que trataba el juego era muy arriesgado ir así.

Después me di cuenta que mi corazón latía como loco y mis dedos se sentían raros era una sensación familiar, mire mis manos y me di cuenta de que todo me estaba volviendo a pasar, no tenía ataques de tics o algo similar desde que obtuve mi libertad.

Trate de quitar mi mente de todo lo que sentía, sería peor si eso pasaba, concentrarme demasiado en el movimiento o en mi respiración y lo hacia todo aún más rapido, por las palabras del peliblanco esto llevaba tiempo pasándome cerca de él sin que me hubiera dado cuenta, no entendía como eso era posible.

Noto su error de mencionar lo que me pasaba y pregunto incrédulo si en serio no lo había sentido, el sabia que yo era el primero en notar un cambio en mi mismo, le explique que esto ya no me pasaba, los dos pensamos que era su culpa pero no lo iba a decir en voz alta, el no había hecho más que volver a hacerme sentir cálido por dentro.

_Aru mirame_ me comenzó a insistir, yo oía su voz algo distorsionada hasta que sus manos frías tomaron mi cara y me hicieron mirar sus ojos que brillaban como diamantes, toda mi mente se fue en eso, en pensar que clase de gen pudo haberle dado esa característica que tanto me gustaba.

Fueron unos segundos en los que cerré los ojos, todo Cheshire era frío incluyendo sus labios, su temperatura me ayudaba a calmarme, lo aferre más a mi no aceptando que separara su boca de la mía hasta que tuve la necesidad de respirar, solo había hecho eso una vez para calmarme de un ataque de ansiedad, de las últimas veces que estuvo a mi lado, había sido a la vez de los mejores y peores días de mi vida.

Las luces que entraban de la ventana me regresaron de mi mente, me tire a los brazos del chico frente a mi, me guarde mis lágrimas solo apoyándome en su hombro, oculte mi cara en el hueco entre su cabeza y hombro, oía como me decía cosas para tranquilizarme aun más. Extrañaba ese olor a hospital que tenía quizá si debíamos de ir al juego.

Me pare con cuidado de no marearme, Chishiya quizo que me volviera a sentar en el suelo pero afirme que el juego estaba por cerrar, vi que lo pensó durante unos segundos pero negó tomándome de las manos.

_No voy a ir a arriesgar tu vida, podemos entrar cuando acabe_ trato de asegurarme pero conocía su reacción, se iba a molestar si no íbamos, todo iba a estar bien si estabamos los dos. Esta vez fui yo quien le dio el beso fugaz a el, reí por su expresión completamente en blanco.

Me dedique a jalar lo de la mano hasta que cruzamos la calle del apartamento donde estábamos, el lugar que los dos conocíamos a la perfección se veía mal estando tan vacío, entramos al juego y me tuve que cubrir la boca para no reír por ese ridículo hombre que traía bata de baño.

¿Quieren que la historia siga en orden o haga el pasado en flashbacks y comience con lo de la playa y la parte que conecta esta historia con la de "Corazones sangrantes"?.

Los diamantes de tus ojos (Chishiya X Male reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora