El Mariana x Rivers - Aliados Reales

Rivers en la tierra olvidada

Rivers de un momento a otro sentía que el aire le faltaba. ¿Qué estaba pasando?

- Así como te digo. Ya lleva sin aparecer un buen rato. Creo que en unos minutos, si no aparece, le avisaremos a sus papás. - dijo Ari.

- Pero... es que.. no entiendo ¿estaba sólo en su departamento? 

- No. Al parecer invitó a Andy a jugar en una transmisión. Ella estaba en la cocina preparando unas botanas y al volver a su cuarto, ya no lo encontró. 

Al escuchar que Andy estaba con Osvaldo, Rivers lanzó su cabeza hacia atrás en un gesto de fastidio. Intentó concentrarse. 

- Nada tiene sentido. ¿A dónde iría?

- Eso queremos saber todos. Y peor aún, Andy le marcó a su celular y resulta que el teléfono de Osvaldo lo encontró sobre su silla, en su cuarto.

La mente de Samantha empezaba poco a poco a atar cabos. Y no le gustaba para nada lo que se estaba imaginando.

- Ari. ¿La silla de Osvaldo estaba frente a la computadora? 

- Si, como siempre. ¿Por qué? 

Su temor se estaba confirmando. Le quedaba un sólo paso para saber dónde estaba Osvaldo.

- Dime si hay algo en la pantalla de su computadora.

- Emmm... ¿okey? Déjame ver....

Ari regresó al cuarto y observó la pantalla tal y cómo había estado desde que llegaron.

- Si Rivers. Al parecer descargaron un juego de Kirby ¿Qué pedo? Seguro fue idea de Andy... como sea.. La pantalla de inicio es lo único que se ve y así lleva un buen rato, como trabada... Incluso Juan pensó en desconectar la computadora, pero para evitar que se chingue, mejor ya no le movió.

Ya no tenía duda alguna. El mojón DEBÍA estar dentro del mundo de Kirby. Pudo ser un videojuego de terror y sería peor para ella vivirlo. Pero había un problema...  

"Chingada madre... Y con ellos 3 ahí ¿Cómo se supone que vaya por él?" - pensó Rivers.

- ¿Y no han pensado en salir a buscarlo? 

- Estaba pensando en avisar a sus padres, pero... ay, Rivers ¡no sé cómo decirles! Siento que su mamá se me va a alterar. 

- Mira. Sabes que yo vivo cerca. Voy en unos minutos para allá en lo que ustedes van a las tiendas que quedan ahí alrededor. Con el mojoncio no se sabe, puede que haya salido por algo. 

- ¿Pero durante una hora? ¿Y sin avisar? - cuestionó Ari.

- Te digo que no sé. Pudo haber mucha gente, le empezaron a pedir fotos ¡yo qué sé!

- Podría ser, podría ser... bueno, saldremos a buscar. Si alguien cerca o los vecinos te dicen algo ¡nos avisas, por favor!

- Si si si ahorita voy para allá ¡bye! - dijo Rivers y colgó.

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Samantha corrió a su cuarto. Sabía que debía llevar su brazalete o quizás no podría ir a buscar al Mariana. Abrió el primer cajón de su buró y ahí estaba. En un momento de enojo pensó jamás volvérselo a poner, pero por la situación tenía qué. 

No había otra explicación. No podía hacerse tonta y dejar a Osvaldo en aquél mundo por siempre. Después de todo, no olvidaba todo lo que él le había dicho que había tenido que pasar por culpa de Mario y Rosalina con tal de ir por ella.