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Desde que se levantó no ha hecho más que pensar si escribirle al peliblanco o no, había dicho que lo haría pero no estaba seguro de si el otro realmente quería, tenía miedo de parecer un intenso o que simplemente el otro ya no tenga interés en hablar con él, su cabeza no dejaba de darle vueltas al asunto y menos con las últimas palabras de despedida acerca de su delineado... quizás ahora se lo haga más seguido.

- (Será mejor que cocine algo para distraerme...)—Se dijo a sí mismo en sus pensamientos—.

Luego de cepillar sus dientes, con pereza se dirigió a la cocina, dándose cuenta apenas abrió la puerta de la nevera que no tenía muchas cosas, por no decir que no tenía nada.

- Mierda... mi madre se está riendo de mí en este momento.

Definitivamente no estaba de ánimos para salir hasta algún supermercado, menos de toparse con alguien que lo reconozca en el camino, así que pediría un domicilio con las cosas que necesitaría para su receta, y de paso también pediría cosas que necesitaría para sobrevivir los siguientes días.

Puso a calentar agua para hacerse un té, eso sí nunca dejaría que se le acabe, tenía un gran gusto por esas bebidas calientes que lo ayudaban a estar relajado; en lo que hacía esto, revisaba su teléfono, tenía algunos mensajes sin abrir, la mayoría de un grupo que tenía con sus amigos, no estaba prestando mucha atención a todo lo que decían hasta que notó que en algunos mensajes estaban hablando de él.

Todos estaban bastante exaltados y por eso le reclamaban el por qué no contó nada, él, como siempre, se hizo el tonto y no dijo nada por el momento, ya luego vería sus mensajes de regaños por ignorar el grupo.

Ahora sí hizo lo que planeaba desde un principio: hizo el pedido de los ingredientes para la comida, ahora tenía que esperar, afortunadamente ya tenía una taza de té que acompañaba la espera.

Con el tiempo escuchó el timbre, así que fue por sus llaves para ir a abrir la puerta y recibir el pedido, ya había pagado en línea así que no debería tardar tanto, recibió la bolsa pero notó que el señor de la entrega estaba mirándolo mucho, trató de ignorarlo hasta que el contrario habló de nuevo.

- Eres ese chico streamer, ¿No?—Preguntó, llevaba con esa duda desde que lo vio, pero hasta ahora se atrevía a preguntar—.

- Eh... sí, soy el mismo—Contestó con una sonrisa algo incómoda por la pregunta, pero esperaba que eso fuera todo—.

- Te conozco... a mi hijo le gusta verte

Por un momento el pelimorado hizo una mueca, no piensa que un niño pueda ver su contenido por la cantidad de cosas que dice.

- Seguro morirá de envidia cuando le diga que te ví, aunque sigo sin entender por qué eres tan famoso... Muchas gracias por su compra, que tenga buen día

Dicho esto aquel hombre se dió la vuelta y se alejó, Kunikuzushi cerró la puerta bastante confundido por esa corta conversación, no supo si aquel hombre lo halagó o lo criticó, y ahora tenía una gran duda en su cabeza.

Avanzó hasta la mesa con la bolsa de compras para sacar las cosas y empezar a cocinar, claro, antes lavó sus manos y puso música a alto volumen para... entrar en ambiente.

En una hora toda la cocina estaba inundada del agradable olor a comida, Kunikuzushi estaba bastante orgulloso consigo mismo, se halagaba diciendo que cocinaba bastante bien. Le tomó una foto a su plato servido, la imagen tenía buen color, agradecía que su celular sirviera para fotos, con esto subió un estado.

- Así como le hacen los de tiktok para romantizar su vida—Mentira, quería llamar la atención de Kazuha—.

"Me entró inspiración con la conversación rara con el repartidor :b"

Stream On! | Kazuscara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora