Jungkook levanta la cabeza al oír el ruido de la puerta.
Jin.
Jungkook lleva casi una hora esperando a que Seokjin vuelva de casa de Yoongi, y está temblando mucho; no consigue entrar en calor.
La maltrecha puerta se abre con un chirrido y Seokjin se queda allí de pie, con aspecto cansado, pálido y tan devastadoramente hermoso como la primera vez que Jungkook puso sus ojos en él.
"¿Qué demonios le has hecho a mi puerta?"
Seokjin parece sorprendido, pero no enfadado. Abre la puerta.
"Lo siento", murmura Jungkook desde el suelo. "Lo... lo arreglaré... o lo pagaré... o..."
"Kookie, Dios mío", interrumpe Seokjin, posando los ojos en la temblorosa forma de Jungkook, aún sentado en el pasillo donde había estado hablando por teléfono. No ha encontrado la energía ni la voluntad para hacer nada desde entonces; nada parecía importar salvo esperar a que Seokjin volviera a casa.
"¡Tienes un aspecto horrible!"
"Hah", Jungkook intenta reír, débilmente. "Gracias, cariño".
Seokjin tose, regañado, y tira su bolsa de viaje sin pensárselo mientras corre a arrodillarse junto a Jungkook. "¿Por qué estás sentado en el pasillo? ¿Qué demonios te ha pasado?". Seokjin continúa, sus ojos recorren todo el desorden que tiene ante él.
"Me senté aquí para llamarte", explica Jungkook, "y simplemente... no quería hacer nada más hasta que volvieras".
Seokjin parece cada vez más preocupado y, con cautela, alarga las manos para acariciar la cara de Jungkook, colocando sus rizos enmarañados detrás de las orejas. Sus manos se sienten cálidas sobre la piel húmeda de Jungkook. Seokjin arruga las cejas mientras sus grandes ojos examinan la cara de Jungkook.
"Tienes frío", murmura, mordiéndose el labio.
Jungkook asiente, conteniendo un escalofrío.
"Deberías haberte cuidado, amor", regaña Seokjin, entre la ternura y la exasperación. "¿Y por qué entraste?" Vuelve a preguntar. "Nunca habías necesitado hacerlo".
"Algo va mal, Jin", murmura Jungkook, angustiado. "Algo va mal. No me siento bien. No sé qué me está pasando".
Seokjin suelta un ruidito de dolor, la preocupación nubla su rostro, y sus ojos se posan en los pies sucios y heridos de Jungkook, y en los parches de huellas ensangrentadas en la alfombra.
"Estás herido".
Jungkook intenta sacudir la cabeza, pero de todos modos hace una mueca de dolor.
Seokjin parece darse cuenta de que Jungkook no está en condiciones de ayudarse a sí mismo y entra en acción. Se inclina hacia delante, rodea el pecho de Jungkook con sus cálidas manos y engancha sus brazos bajo sus axilas. Jungkook se siente aliviado de volver a sentir su cálido tacto, y sus dedos agarran la chaqueta de Seokjin mientras se levanta del suelo con un esfuerzo.
"Vamos, amor".
Seokjin le guía unos pasos hasta el cuarto de baño y le deja sentado en el borde de la bañera. Jungkook gime cuando Seokjin se aparta, deseando que lo mimen, pero Seokjin se apresura a abrir el grifo caliente. Rebusca en la cómoda unas sales de baño perfumadas y se queda pensativo. Sale y vuelve con un calefactor que suele estar en su dormitorio, lo enchufa y elige la toalla más suave que encuentra. La coloca sobre el calentador para tostarla mientras se da un baño.
Se vuelve hacia Jungkook y se queda un momento pensando en su lamentable aspecto.
"Vamos a quitarte esa ropa".
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Anomalía -Kookjinkook-
FanfictionSeokjin estaba condenado desde el momento en que Jungkook puso sus ojos en él. Jungkook giró sobre sus talones en la calle principal y siguió al hombre hasta su casa. Jungkook se ha aprovechado de todas las almas a lo largo de los siglos, arrebatán...