Hailee

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Después de mi ataque de llanto en el auto, limpié mis lágrimas y puse un poco de maquillaje para que no se me viera tan mal en la escuela. Llegué a mi próxima, historia y me senté en el mismo asiento que antes.

El profesor comenzó a hablar y yo estaba perdida en mis pensamientos, hasta que una voz cercana a mi llamó mi atención.

— hey...— miré a mi lado y era una chica trigueña, alta y ojos cafés claros.

— hola — dije tratando de mostrar una sonrisa.

— ¿quieres hacer el trabajo conmigo? — preguntó tímida

— ¿el trabajo? —

— si, el que el profe acaba de dar...—

— oh...si, claro — dije y ella sonrió y se sentó a mi lado.

— Hailee, un placer — dijo presentándose

— Lucía, el placer es mío — susurré

Comenzamos a hablar sobre el trabajo, y terminamos hablando de cosas totalmente diferentes, hablamos mucho de nosotras y me di cuenta de que teníamos muchísimas cosas en común. Terminamos ese curso y quedamos en vernos después de la escuela. Al acabar la escuela, recibí un mensaje de Robert, el cual me decía que me recogería, aparentemente Scarlett volverá esta noche.

~ oye, tuve un imprevisto y no podré salir ~

~ no hay problema, otro día será ~

Llegué a mi casa y eché unas cosas en una mochila y minutos después el carro de Rob estaba ahí. Fuimos a una pequeña casa alejada, justamente aquella en la que me iba a quedar cuando aquel incidente ocurrió.

— Lucía...—

— por favor no hablemos de ella — dije y el asintió, quedándonos en silencio durante todo el viaje.

Al llegar, acomodé mis cosas en un lugar y me fui al cuarto.

— no salgas de aquí hasta que Scarlett se vaya...por favor — asentí y el se fue en el auto nuevamente.

Tomé mi computadora y empecé a hacer mis partes del trabajo, cuando ya era de noche, tomé mi teléfono y noté que tenía dos llamadas perdidas de Hailee, así que la llamé, me apetecía hablar con ella.

— hey!! — dijo ella respondiendo el teléfono

— hola! Lo siento una vez más por la salida —

— oh no te preocupes y dime, ¿todo bien? — preguntó

— oh si...solo unos problemas...familiares —

— oh, bueno espero que todo ande bien — terminé boca arriba en en la cama hablando con ella la noche entera.

Era tan interesante, se sentía como un descanso hablar con ella, sentía que mi corazón se aliviaba.

Eran las tres de la mañana y aún seguíamos hablando, pero a mitad de la llamada recibí una llamada de Lizzie. Mi corazón comenzó a acelerarse y por un momento dejé de escuchar lo que Hailee me decía.

~ Lucia? , sigues ahí? ~

~ perdón...si...emmm...¿podemos hablar mañana? ~

~ si...claro, claro, buenas noches linda~ dijo y aquel apodo hizo que me sonrojara.

~ buenas noches Lee ~

Colgué la llamada y la llamada de Lizzie se había cortado evidentemente. Así que esperé a que volviera a llamar, si lo hacía. Unos minutos después, recibí nuevamente la llamada de Lizzie. Estaba al responder, porque eso era exactamente lo que quería hacer y por lo que había colgado con Lee, pero no lo hice, dejé que el teléfono sonara hasta que se cayera la llamada.

Recibí otras tres llamadas de Lizzie que no contesté. Nunca llegaría a nada con Lizzie, ella nunca sentirá nada por mi, y lo entiendo, pero parte de entender es dejarla ir y tratar de salvarme de su maldita amante.

Me acosté en la cama, no podía dormir y quizás ni si quiera pueda dormir esta noche. Pero casi cuando estaba saliendo el sol, cerré mis ojos y dormí.

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Han pasado unas semanas, semanas en las cuales Lizzie se debe estar acostando con Scarlett, "mi asesina", incluso después de todo lo qué pasó. Había recibido llamadas de Lizzie de vez en cuando, pero no respondí a ninguna. Los trabajos de la escuela los envío en línea y todos los días hablo con Hailee quien me envía sus apuntes y de paso hablamos más de nosotras.

Entre nosotras es tan fácil hablar, no se necesita ni si quiera entablar un tema en específico, todo fluye tan bien. Ella es comprehensiva, me hace sentir segura de cómo soy. Pero eso no quiere decir que cierta persona haya desaparecido de mi corazón.

Hailee quizás llegue a ser mi alma gemela, pero Elizabeth es el amor de mi vida.

~ entonces ese profesor comenzó a hablar de su matrimonio y básicamente la clase fue de lo estupida que es su esposa ~

~ no puede ser! ~ reímos juntas ~ eso me recuerda a una vez que estuve en un restaurante y una mujer se sentó delante de mi a hablarme de su vida y yo solo iba a comer tranquila ~

Las dos estábamos muertas de la risa, entre anécdota y anécdota, llegó la noche y decidimos colgar ya que Lee debía ir a la universidad el día después.

Miss Olsen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora