2 - Bacalao Beach

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Estoy preparando todo para dejar mi rancho por un tiempo.

Ya capacité a algunos empleados para que cuiden mi rancho y estoy sacando el dinero suficiente para irme algunos meses a la ciudad. El dinero que gané lavando el carro de Iván servirá.

Estoy nervioso. Nunca me fuí lejos por tanto tiempo. Cuando iba a la escuela vivía en Chapultepec, pero desde que me mudé a mi rancho nunca he salido de viaje.

A veces me pregunto porqué estoy haciendo todo esto, pero vale la pena por Iván... Eso es lo que el amor te hace hacer, el amor apendeja.

Mi mente era un remolino mientras esperaba en la parada del camión, y cuando me subí, solo veía mi rancho a lo lejos.

No puedo expresar lo que sentí en el momento que empecé a alejarme. Gran parte de mi vida la pasé ahí, y por aquel chico tan lindo estaba a punto de dejarla temporalmente.

- Ay, Juan... Espero que no te arrepientas de esto porque ya no hay marcha atrás... -

Me dije a mí mismo antes de subir al camión. Por los nervios decidí poner mi playlist y solo cerrar los ojos, sentir la vibración del camión mientras escuchas tus canciones favoritas mientras empiezas una nueva etapa de tu vida...

Se sentía increíble. Estaba lleno de miedo pero estaba seguro de lo que hacía.

Cuando menos lo esperé, caí profundamente dormido y empecé a soñar cosas bastante... Extrañas.


Estaba en lo que parecía una playa llamada "Bacalao Beach". Me generaba cierta incomodidad, pues parecía un lugar desierto y por alguna razón me parecía conocido ese nombre.

De pronto logré ver a una chica con bikini gris, pero cuando me acerqué a hablar con ella me percaté de que no era nada más ni nada menos que Abril, mi mejor amiga de toda la vida.

Hablé un poco con ella y la invité a comer, pero no había ningún restaurante en Bacalao Beach.

Le dije que fuéramos a otro lugar, pero no había trenes, ni barcos, ni lanchas, ni aviones... ¡No había nada!

No podíamos surfear, pues no había olas.

No podíamos visitar la ciudad, pues no habían lugares turísticos.

No podíamos saber sobre las costumbres de los habitantes, pues no había personas.

No había absolutamente nada.

Me desesperé, pues a parte de llegar a una playa desconocida, no dejaba de sonar una canción irritante y demasiado pegadiza que hablaba sobre "la maravilla" de lugar que era esa maldita playa y entonaba "Wa papa uah" una y otra vez.

Fue cuando me resigné a quedarme ahí, que finalmente desperté. Había llegado a mi destino: Chapultepec. Quedé algo perplejo por mi sueño, pero decidí no darle importancia, aunque seguía preguntándome... ¿Qué carajo es Bacalao Beach?

Me quedaría corto si dijera que estaba asombrado por lo mucho que cambió la ciudad desde que me gradué de la universidad.

Se veía menos tercermundista, más grande, y definitivamente, más moderna.

Al bajarme del camión, fuí directamente a un hotel para reservar una habitación por una semana, pues no pensaba quedarme mucho tiempo.

Después de un aburrido y corto proceso de registro y desempaque, tomé mi mochila y salí a conocer Chapultepec.

Fuí a una cafetería, la cual me pareció bastante cara para ser un café común y corriente. Mi cafetera vieja llena de mugre y polvo hace que el café sepa más rico.

~El Chico del Carro Rojo~ || Spreen x Juan Guarnizo ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora