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Una semana antes de la caída
Hora: 9:00 a. m.-¿Nos está mirando?
La mujer alta con tacones negros, habló pensando que la pregunta no quedaría en el aire, tratando de romper el flujo constante del silencio que había en la habitación. Mirando el problema frente a sus ojos, se encontraba solo la única pared que separaba al elefante grande de ellos. Su mirada se dirigía a la puerta y nuevamente miraba al espejo un sinnúmero de veces, ya desesperada y solo veía la figura de este hombre tranquilo mirando en su dirección, reflejando en su mirada la poca y lamentable vida que había tenido.
-No, y tampoco nos puede ver, incluso si parece que lo hace... su mirada parece desconocida, creo que ya nos ha olvidado, no nos reconoce, Irene. No podemos continuar teniéndolo aquí.
La voz de Hurley fue un murmullo entre el bullicio de su cabeza y un fuerte dolor asomándose que hacía que su vista fuera un poco borrosa mientras sentía un mareo horrible. Al tratar de hablar y acercarse, su cuerpo se tambalea. Al instante, quien la ayuda es Hurley abrazándola suavemente.
-Tranquila, puede que todo sea tan repentino, pero no podemos quedarnos atrás aún cuando la operación está en pie. Logramos rescatar a Mitch Rapp, pero llegamos muy tarde para que haya un rastro de quien lo capturó.
Irene, quien trata de calmar su respiración en brazos de Hurley, pero incluso la realidad que el hombre mayor decía era un peso más al revoltijo de errores que han cometido.
Suspirando, se aleja. De un vistazo, solo pudo ver la mirada cerrada del ex agente. Parándose firme, vio nuevamente al hombre que estaba en aquella silla, sintiendo la culpa y un poco el temor al pensar en la reacción del verdadero Mitch al ser rescatado después de un año y cuatro meses de aquel suceso. No puede ni imaginarse qué les diría, ni tampoco puede querer el odio de ese hombre por toda la vida, aún si los recordará.
-Tendremos que cambiar los datos biométricos, no podemos presionarlo para que recuerde, tendremos que vivir nosotros con la verdad; sin embargo, Irene, quien seguía mirando en dirección a Mitch Rapp, que en ese momento ya había cambiado su fijación a otra pared, sin importar el espejo unidireccional enfrente de él.
-Ya no seguirá siendo un agente, todo lo que obtuvo se quedará aquí, y volverá a vivir como un ciudadano normal. -Ya dicho esto, Irene sale enseguida de aquella habitación de interrogatorios por una llamada urgente, dejando a Hurley y Mitch Rapp solos.
Nuevamente, aquel hombre detrás del espejo mira a su antiguo instructor, viendo lo desconocido y fijándose en lo material. «Esas esposas que atan sus manos lo hacen parecer un niño bien portado, pero todo el contraste de la pared en blanco no concuerda con él», piensa Hurley, caminando de un lado a otro en la habitación.
El recuerdo de haberlo encontrado es patente; es incluso excepcional haberlo rescatado de entre tantos escombros. Su ubicación en aquel lugar también es algo anormal, ya que aquella casa quemada en el bosque era un punto ciego entre tanta gente que vivía cerca, y apenas tenía heridas en el cuerpo, aunque pareciera que tenía una semana de estar en el sótano de la casa. Su cuerpo no parecía sufrir quemaduras ni tampoco daño físico.
Solo podían ver que la ropa que tenía era la misma que la de los otros agentes operativos, todo estaba en su lugar, sin ninguna rotura cerebral ni heridas graves que afectaran a la memoria. ¿Quién mismo convirtió a Mitch Rapp en un señuelo en este caso? Al darse la vuelta, Hurley da unos pasos atrás; lo único que pudo vocalizar fue: «Pero... ¿qué carajos?».
Al otro lado de la habitación, Mitch Rapp, el exagente de operativos encubiertos y quien anteriormente tenía las manos esposadas, ahora lo saludaba con ambas.
La risa cansada de Hurley se escuchó junto a lo que dijo:
-Realmente no eres tú.
Buenos días, tardes, noches.
¡Estamos de vuelta con: Arma de Fuego!
Si bien en estos últimos años estuve un poco ocupada, no tengo pruebas para ocultar mis excusas, pero luego de que accidentalmente se me hayan borrado todos los capítulos que faltaban, al final dejé esta novela, borrándola, y aunque estos últimos años tuve un sinnúmero de borradores e ideas de cómo empezaría de nuevo, esta fue la mejor opción.Sin más que decir,
Se los quiere,
Streek_
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ARMA DE FUEGO
FanfictionNo hubo un mañana para una cura, ni tampoco una bendición para oír, aun cuando los muertos callan y los vivos lloran, no habrá una solución a la que acudir. La verdad no es dónde se asemeja al cielo ni al infierno, ni a los ojos donde el alma es p...