Capítulo 11

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–No –se quejó tajante Seokjin–, no vas a volver a la calle hasta que esa marca desaparezca de tu hombro.

–Pero jefe, necesito el dinero –protestó Jimin, cansado de que su opinión no fuese tomada en serio–. Ya pasé cinco días sin trabajar por mi celo y una semana de reposo. Si me quita otra semana, no podré pagar mis cuentas pendientes.

–Escúchame una cosa, omega. No permitiré que espantes a nuestros clientes con el maldito olor a alfa dominante que tienes encima, ¿queda claro?

El pelirrosa refunfuñó, molesto. Por culpa de la mordida temporal que Taehyung dejó sobre sus hombros se le impedía volver a trabajar. Era como cargar encima una insoportable marca de olor que le gritaba a cualquier alfa que se le acercara que era propiedad de alguien más. Eso sin contar con el vínculo, que le permitía una conexión tenue con las emociones del alfa. No eran tan fuertes como en una marca permanente, pero podía sentirlo, cada día que pasaba con menos intensidad.

Lo peor era que iba a estar más de medio mes sin ingresos entre lo sucedido con su celo y las dos semanas que duraba la marca, y el poco dinero que tenía ahorrado se evaporó en las compras rutinarias al supermercado. En una semana no podría recuperar lo que llevaba gastado ni aunque se prostituyera las veinticuatro horas. Tenía la soga al cuello y no quería enfrentarse al hombre que lo había condenado. No soportaría verle a la cara sin querer molerlo a golpes.

Salió de la oficina de su jefe y, tan pronto como cerró la puerta, vio a Sehun, el guardaespaldas de Seokjin, aproximándose desde la otra punta del pasillo. Tuvo un deja vú de la última vez que se cruzaron y apuró el paso.

–A mí no me molestaría acostarme contigo –escuchó la voz de Sehun a sus espaldas–. Podría pagarte el doble de lo que ganas por hora, Jimin.

El omega simuló no escucharlo. Sin embargo, no podía ignorar un ofrecimiento semejante. Estaba desesperado por dinero y Sehun era el primer alfa que no lo rechazaba por tener una marca.

Se giró de golpe, plantándose tan bruscamente que Sehun casi choca con él.

–¿Me ves la cara de idiota? –lo enfrentó–. ¿Por qué pagarías más por un omega que huele a otro?

Sehun se acomodó la camisa que llevaba y se pasó una mano por el cabello, acomodando algunos mechones sueltos de su peinado engominado hacia atrás. Para Jimin pasaría como un alfa atractivo, de no ser por el turbio historial que se rumoreaba tenía con los omegas de la zona.

–Me gustas –dijo el alfa, encogiéndose de hombros–. Siempre me has llamado la atención.

–Es fácil que te guste un omega cuando va maquillado, vestido como un prostituto y puedes pagar por su culo –Jimin se cruzó de brazos, poniendo una barrera entre ellos–. Deberías interesarte por un omega que no tenga precio ni esté dispuesto a chupársela a cualquiera. Eso sí supondría un verdadero reto.

Zanjó el tema y estaba dispuesto a marcharse, cuando Sehun le dijo:

–No has aceptado mi oferta ni estás interesado en chupármela. Puedes ser ese omega para mí.

Jimin entrecerró los ojos al juzgarlo.

–No quiero líos con el jefe.

–Te prometo que nadie se enterará –dijo Sehun, intentando lucir lo más confiado posible.

–Bien, pero quiero el triple.

–Hecho –sonrió el alfa, satisfecho por salirse con la suya.

El pequeño omega esperaba no arrepentirse de su decisión. "Todo sea por recuperar el dinero perdido", suspiró para infundirse ánimos.

Esclavo del placer || Vmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora