Capítulo 23

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Tan pronto como Kim Namjoon apareció en el recibidor del departamento de la pareja, Jimin se lanzó a abrazarlo con toda la fuerza que sus bracitos permitían, dejándolo de piedra no sólo por la calurosa bienvenida sino también porque cierto alfa lo analizaba a la distancia, cruzado de brazos y con una mirada nada amigable.

Taehyung no impidió que su omega saludara al recién llegado, pero permanecía serio, con los labios apretados en una línea tensa y los brazos cruzados anclados sobre el pecho porque, de otra manera, le saltaría encima a su chofer.

―Namjoonie, no sabes cuánto te agradezco por todo ―decía el pelirrosa sin soltarse de su cuerpo, como si no se diera cuenta de la incómoda situación que creaba entre los alfas―. Me has salvado dos veces ya, me has unido a Taehyung y estabas dispuesto a dar tu libertad por nosotros. ¡Eres el mejor!

"¿Namjoonie?", pensó el alfa dominante para sus adentros.

La vena sobre su frente parecía a punto de estallar y Namjoon se percató de ello. Su jefe era en extremo posesivo por naturaleza. El hecho de que su omega, nada más y nada menos que cargando con sus cachorros, se le estuviera tirando encima, no ayudaba.

―Es que usted es importante para el señor Kim ―se excusó, apartando al más pequeño con gentileza. Las feromonas ácidas de café ya empezaban a resultarle abrumadoras.

Jimin parecía ajeno a lo que sucedía a su alrededor, demasiado contento. Regresó a tomar de un brazo a su destinado y lo acercó a Namjoon. Entonces, ambos alfas se saludaron con un formal apretón de manos.

―Kim, es un placer tenerte de regreso ―dijo Taehyung.

―Le doy las gracias por su intervención, señor. No dude que mi fidelidad estará siempre de su lado y que haría lo que fuera por usted y su familia ―miró a Jimin, cuya sonrisa adornaba toda su cara.

―Oh, Namjoonie, qué bueno que estás sano y salvo ―puchereó el pelirrosa y, acto seguido, señaló a ambos alfas alternativamente mientras decía:― Jamás vuelvan a arriesgarse de la manera en que lo hicieron, ¿me oyen? ¿Qué hubiera hecho yo si se quedaban en la cárcel para siempre? ¡Me iban a dejar solo! ¡Son unos tontos! ―sus ojos se humedecieron y su naricita de botón se volvió roja de repente.

Seguía siendo un tema sensible para él. Había tantas maneras en que aquello hubiese salido mal. ¿Qué tal si Seokjin tenía un arma y les disparaba? Podría haberlos herido o incluso matado.

―Cariño, tranquilo ―se alarmó Taehyung, que sostuvo a su omega y lo atrajo en un abrazo. Dio ligeros golpecitos contra su espalda para sosegarlo, pues captaba un atisbo de sus sensaciones a través del vínculo―. No volverá a pasar nada semejante porque ya está todo solucionado. Se terminó. No pienses más en eso.

Jimin se apartó del grueso pecho refregándose un ojo, como si fuera un niño pequeño. Aquel gesto inocente envió mariposas al estómago del alfa. Observar cada reacción de su omega lo llenaba de amor porque Jiminnie lucía adorable sin siquiera pretenderlo.

―Prometo no hacerlo si me llevas de compras.

Por supuesto.

El muy caprichoso aprendió que la mejor forma de sacarle dinero, era cuando fingía sus lloros. Y él, como alfa, estaba dispuesto a satisfacer sus demandas porque tenía el dinero suficiente.

―Entonces estabas lagrimeando a propósito.

―No... ―tartamudeó el pelirrosa―. De verdad me acordé de esa situación y me puso un poco mal. Pero si tengo la mente distraída en otras cosas, me será más fácil olvidarlo ―sonrió ampliamente, mostrando todos los dientes y seduciéndolo con una sutil brisa de feromonas.

Esclavo del placer || Vmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora