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Cuando despertó estaba sudando frío, rápidamente se levantó de la cama dándose cuenta de que había regresado a la realidad. Puso sus dedos en su cien debido al dolor agudo que sentía en esa zona, como... si se hubiera golpeado la cabeza.

Luego de ponerse ropa cómoda salió de la habitación no sin antes mirar a la chica acostada en la camilla, se sentía aliviado de que ella no se haya ido en la noche. Al salir del hospital se encontró con la patrulla policial con la que trabajaba y a su compañero. El albino salió del auto acercándose a su amigo y compañero con su típica expresión seria y algo irritada.

—Lamento no haber venido de inmediato, tuve que cubrir a un idiota que tenía turno en la noche. ¿Cómo te encuentras? —Preguntó el peliblanco con su habitual tono malhumorado ocultando su preocupación. Pero sus ojos se abrieron de sorpresa y confusión al ver una pequeña lagrima rodando por la mejilla del azabache. —O-oye ¿dije algo malo?

Genya reaccionó ante la pregunta de su amigo, levantó una mano tocando su mejilla. ¿Estaba llorando? Algo dentro de él se había removido inconscientemente, un sentimiento cálido y nostálgico lo invadía por haber visto a su compañero.

—No, claro que no. —Contestó de inmediato mientras se secaba las lágrimas. —Lo lamento, creo que los medicamentos que me dieron alteraron mi sistema jaja ¡pero ya estoy bien!

Sin más que decir se retiraron del hospital, después de todo todavía tenia que trabajar. Ya se encontraba estable y no había vuelto a ver al capitán de la DS por lo que supuso que podría irse. Además, quería olvidar aquella extraña pesadilla o lo que fuese...

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Escuchar el tic tac del reloj te despertó de inmediato, habías vuelto al hospital. Tan pronto como te levantaste sentiste un fuerte dolor de cuello, con lentitud volteaste la mirada hacia la otra camilla notando que el policía ya se había ido.

—Con que ya se fue... —Murmuraste mientras tus ojos pasearon por la habitación hasta ver el reloj, al ver la hora te alarmaste. —¡Mis clases! ¿en dónde rayos está mi ropa?

Saliste rápidamente del hospital rumbo a tu universidad, tus ojos estaban puestos en el camino, pero tus pensamientos seguían en lo que viviste durante la noche. Tenias la certeza de que aquello no era un simple sueño o efecto de medicamentos, era algo real, sentir las ramas secas bajo tus pies, la fuerza sobre humana y... el sabor de aquel demonio. De solo recordar eso te daban nauseas, pero en aquel momento ni siquiera le habías tomado importancia al sabor que tenía esa cosa.

—¡¡PRESTA ATENCIÓN AL SEMAFORO MOCOSA!! —Gritó desde el auto un muy enojado peliblanco.

La chica se detuvo en medio de la pista, pero al darse cuenta de en donde se encontraba volvió a correr hasta la acera. Por poco y moría por su despiste.

Mientras tanto desde el auto, un muy irritado albino seguía echando humo por la nariz, a diferencia de su copiloto quien reconoció a la muchacha rápidamente.

—Era ella, ¡la chica con la que caí desde el quinceavo piso! Me alegra que ya haya salido... —comentó con buenos ánimos el azabache. Pero al darse cuenta de la cara de enojo que tenia su compañero sabía que había sido mala idea comentar aquello.

—Asi que ella fue la responsable de que terminaras en el hospital. —Murmuró entre dientes el albino. Apretó con molestia el volante del carro, para él, era culpa de aquella joven irresponsable que su compañero al cual consideraba un hermano haya salido lastimado. —Como sea, continuemos con el patrullaje tsk...

El cielo se pintaba de tonos anaranjados y ligeros lilas, por fin habían acabado tus clases y estabas de camino a tu casa, pero te detuviste al ver a unos metros adelante al policía que estuvo en el hospital

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El cielo se pintaba de tonos anaranjados y ligeros lilas, por fin habían acabado tus clases y estabas de camino a tu casa, pero te detuviste al ver a unos metros adelante al policía que estuvo en el hospital. ¿Qué hacia por esos lares? Soltaste un suspiro pesado para poder continuar con tu camino, después de todo pudo ser solo una coincidencia encontrarse por ahí.

Pero al pasar por su lado este se dio la vuelta para verte, esos ojotes que tenía parecían querer penetrar tu alma haciendo que soltaras un ligero chillido del susto.

—No te haré nada, no tengas miedo. —Al escuchar ese tierno chillido notó que te habías asustado. Su porte serio fue reemplazado por uno más nervioso y suave.

—¿Miedo? No te tengo miedo... —Desviaste la mirada con algo de vergüenza, pero recordaste que eso mismo le habías dicho al niño que encontraste en el bosque. —Puedo saber ¿qué hace por aquí? no lo había visto antes por el vecindario.

—Solo buscaba la casa de un viejo conocido... Pero creo que ya es algo tarde jaja. —Respondió con un ligero tono de timidez, rascó su mejilla con vergüenza. —No sabía que vivía por aquí señorita. E-eh creo que no nos presentamos correctamente, soy Genya Shinohara.

—...Nara Himejima. —Respondiste escuetamente haciendo una inclinación de cabeza. —¿Tiene la dirección escrita? La de su conocido me refiero, puedo ayudarle a ubicar la casa.

Una ligera expresión de sorpresa se formó en el rostro del azabache, se inclinó un poco para mirar de cerca a la joven. Ella solo optó por retroceder un poco debido a la cercanía.

—La persona que busco también se apellida asi, de casualidad ¿eres familiar de Gyomei? —Preguntó con curiosidad el chico mientras le entregaba el papel donde tenía anotada la dirección.

Al revisarlo tus ojos se abrieron de sorpresa, era la dirección de tu casa. ¿Quién era ese chico realmente? Miraste de reojo al policía y le devolviste el papel. Sabias que tu padre era un hombre del agrado de muchos por lo que tendría varios conocidos, pero ¿por qué justo él? ¿Por qué justo este hombre con el que tuvo aquel accidente? Habías decidido no decirle nada sobre el accidente a tu padre, pero esos planes podrían verse afectados por ese policía.

—Es mi padre... Y esta es la dirección de mi casa. ¿Puedo saber por qué lo buscas? Si es por el accidente te pediría que solo lo resuelvas conmigo.

El chico notó entre sus palabras serias un atisbo de inquietud, supuso que su padre aún no lo sabía y ella quería mantenerlo en secreto. Guardó la dirección en su bolsillo y se enderezó nuevamente.

—En realidad si lo busco por motivos del accidente, sin embargo, es para pedir su ayuda en algo que me atormenta desde anoche. —Su tono se suavizó esperando que ella comprenda que no tenía intenciones de perjudicarla.

Algo que lo atormentaba desde anoche... Escuchar eso te hizo recordar aquel extraño "viaje" a otro lugar. Ahí te percataste de que el rostro del chico delante de ti tenia cierta similitud con el del niño del bosque. Querías preguntarle si él también tuvo un sueño, así como el de ella, más se abstuvo a hacerlo. Con un suspiro de rendición le hizo un gesto al policía para que la siguiera, a lo mejor y su padre sabría algo de eso...

 Con un suspiro de rendición le hizo un gesto al policía para que la siguiera, a lo mejor y su padre sabría algo de eso

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