Recuerdo como si fuera ayer el día en que el fuego finalmente se apagó, dejando solo las cenizas de lo que una vez fue mi hogar. Frente a toda aquella devastación, yo, una niña de apenas seis años, lloraba desconsoladamente al ver que mis padres ya no estaban.
—Los servicios sociales tendrán que llevársela... —escuché que decía uno de los oficiales presentes.
Aquellas palabras me llenaron de pavor, haciéndome huir de allí. Pasó el tiempo y no lograron encontrarme, hasta que después de unos meses me dieron oficialmente por desaparecida. No entendía en qué problema me había metido. "¿Habría sido mejor quedarme con esos hombres de traje?", me preguntaba mientras caminaba casi arrastrándome bajo la lluvia.
Me escondí entre la basura y los lugares abandonados, mi aspecto era lamentable, débil y hambriento. Cada día era una lucha por sobrevivir en aquel mundo hostil que ahora habitaba. Una noche, mientras exploraba un callejón oscuro en busca de refugio, escuché un ruido sordo seguido de un silencio repentino que heló mi sangre. Me quedé quieta, conteniendo la respiración, temiendo lo peor.
Cuando abrí los ojos, me encontré cara a cara con uno de esos seres temidos, un infectado, con venas negras y ojos sin vida que me miraban con hambre. Estaba a punto de ser devorada cuando de repente todo se sumió en silencio. Mis ojos se abrieron de par en par al ver el cuerpo de ese demonio desintegrandose, levanté la mirada y por fin ví una luz de esperanza...
—¡Nara! —exclamó mi padre que desde hacía rato parecía haberme llamado—. La cena está lista.
El oficial se había marchado hace unas horas sin encontrar respuesta alguna. Padre no conocía una solución pero sí alguien que podría ayudar, eso le dió al oficial -y a mi- una chispa de salvación. Me quedé en la cocina junto a padre disfrutando de la cena, estaba perdida en mis pensamientos sobre el incidente con el oficial y los acontecimientos posteriores a ello.
—Nara, deberías ir a dormir. Has tenido un día agotador —me sugirió mi padre mientras recogía los platos de la mesa.
—Dejame ayudarte a lavar eso al menos —me levanté de la mesa para poder tomar los platos de sus manos.
—No estoy tan viejo jaja, solo tengo 43 años —rió mi padre, con una sonrisa amable mientras me dejaba ayudarlo.Después de terminar de lavar los platos, subí a mi habitación comenzando a ordenar algunas cosas, una vez terminado tomé mi celular y me acosté en mi cama mientras navegaba en internet. Era lo mismo de siempre, noticias de muertes, robos, infectados, dos chicos cayendo de un edificio...
—¡¿espera qué?! —me levanté rapidamente al ver el post publicado en ese sitio web. —"Se reportó el avistamiento de un intento de suicidio en conjunto de dos jovenes ayer durante el incidente en la ciudad"... —tomé la laptop que estaba en mi escritorio para ver mejor la noticia, verificando que en efecto se trataba del oficial y de mí. —No puede ser...
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←Opuestos→ (Genya x lectora)
Fanfic"No logramos tener nuestro final feliz..." -dijo él. "Pero eso no me detendrá para encontrarte nuevamente," -dijo ella. "Esta vez no te perderé," -dijeron ambos. 🌸💮🌸💮🌸💮🌸💮🌸💮🌸 - AU moderno y antiguo - Genya x lectora - Banner y separador he...