star wars Rogue Knight I español

capítulo 4

Descargo de responsabilidad: no soy dueño de Gundam Seed o Star Wars. Pertenecen a sus respectivos dueños de derechos de autor. Esta historia no se crea con fines comerciales. No gano dinero con eso.

Fase 04: Fantasmas del pasado

=RK=

Parte 1

rodia

borde exterior

Observé a las dos mujeres Togruta que fueron las primeras en desembarcar de la cañonera LAAT líder. La que sentí, Ahsoka Tano, abrió el camino. Saltó y comenzó a dar brincos, obviamente incapaz de contener su emoción. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo aquí sin su amo.

La aparición del segundo, a quien no reconocí, me detuvo en seco. Tenía más o menos mi estatura si no se cuentan los cuernos curvos que coronaban su cabeza. Su lekku llamó toda mi atención. Estaban coloreados en suaves rayas azules y blancas que se balanceaban de una manera que traía dolorosos recuerdos de mi esposa. Observé el color que tenía sobre sus ojos y subí hasta sus sienes. Era blanca como la nieve, con rectángulos rojos sobre sus ojos, que eran negros y serenos. El Togruta mayor me devolvió la mirada con calma y me estudió a cambio.

Los Jedi fueron seguidos por soldados que desembarcaban, pero les presté poca atención hasta que un comandante clon que tenía el casco pintado de verde se me acercó y se puso firmes.

"Recibimos su señal. ¡Estamos a su disposición, señor!" me dio un saludo nítido.

Sonreí bajo mi casco y me pregunté cuántos de los Jedi en el Consejo tendrían connips si se enteraran de este intercambio. Le devolví el saludo y señalé al neimoidiano que lloraba.

"Puede obtener esta lamentable excusa de que un inteligente está fuera de mi vista, comandante. Esta instalación debería ser razonablemente segura, pero no estaría de más barrerla en busca de sorpresas dejadas por los separatistas". Mi tono era todo de negocios, algo de lo que estaba orgulloso, considerando que acabo de ver a alguien que por un momento se parecía mucho a mi difunta esposa.

"¡De inmediato, señor! ¡Hombres, llévense esa escoria!" ordenó una escuadra de soldados. A nadie le gustaba el pobre Gunray. No podría haberle pasado a una persona más agradable.

Mi atención volvió a los Jedi y distraídamente giré mi espada aún encendida en mi mano antes de desactivarla.

"¡Delkatar! ¿Padme está bien? ¿Quiénes eran?" Ahsoka señaló los restos de los Acólitos Oscuros mientras saltaba.

Me pregunté si había tomado una sobredosis de café, se había comido todo el postre o algo por el estilo.

"Despacio, niño. Por lo que sé, la senadora está bien. La dejé en la torre de comunicaciones". Señalé dicho edificio. "Es posible que necesite un poco de tratamiento antirradiación. Le presté uno de mis escudos personales, pero estaba un poco dañado y filtraba una pequeña cantidad de radiación".

Al escuchar eso, un equipo de clones médicos y dos escuadrones de infantería se apresuraron a actuar como escoltas hacia la torre. Buen hombre. Nunca confíes en que un AO es seguro a menos que tus propios hombres lo hayan barrido en busca de enemigos, y si eres inteligente no asumirás que está despejado incluso entonces.

"En cuanto a esos idiotas, eran un par de Jedi Oscuros entrenados por Dooku. Nada especial". Me encogí de hombros.

"Ajá". dijo el Togruta más joven, claramente escéptico.

"Ahsoka, ¿no nos presentarás?" Asentí con la cabeza al Jedi mayor, que observaba atentamente nuestras interacciones. Estaba protegiendo bien sus emociones; lo único que pude sentir de ella fue un toque de diversión ante las payasadas de Ahsoka.