“¡¿CÓMO DIJISTE?!”, la reacción de Fred al escuchar su confesión, la dejó sin palabras, parecía un completo desconocido, “¿ME ESTÁS HABLANDO EN SERIO?”, sus labios no se decidían a emitir sonido alguno, sentía su cuerpo congelado por la impresión de ver a la persona con quien muy pronto se casaría, sin manejar ese nivel de alteración en que se encontraba.
“Fred…”, solo pudo pronunciar su nombre, porque sus ojos abiertos como monedas, su respiración entrecortada, y su piel comenzando a transpirar, la tenían algo aterrada, temía que, en cualquier momento de la conversación, fuera capaz de…, ¿otra vez decepcionada, Regina Mills?, ni mencionar ese tema era bueno, mejor continuar como hasta ahora.
“deja ver si entendí bien”, su voz descendió el volumen al ver a su prometida tan asustada por su comportamiento, “tu verdadero nombre no es Reina D´Evil”, fue por pasos, debía autocontrolarse, sus reacciones a veces lo manipulaban, debía reconocer ese detalle, “Cruella te adoptó, ¿cierto?”, la vio asentir, repetía cada parte que ella ya le había contado, pero en cámara lenta, ese tipo de información era necesario asimilarla.
“fui seleccionada para trabajar en su empresa de modelaje”, esa parte le faltaba, en ese mismo punto de la historia, sus gritos la interrumpieron.
“¿cómo fue que decidió adoptarte?”, sentía los niveles de furia e impotencia, comenzando a descender, se sentía algo traicionado, llevaban unos meses de relación y no había tenido la intención de confesarle la historia de su vida, hasta el más calmado, se sobresaltaba.
“resultó que el modelaje y la moda se convirtieron en mi mundo entero, por lo que me esforcé en convertirme en la mejor, punto que mi madre y yo compartimos”, con su reacción de hacía unos instantes, no tenía ánimo para contarle la historia completa, “los lazos sanguíneos no nos unen, la moda sí”, poco a poco, la impresión iba pasando.
“no cabe dudas de que tu madre es una mujer extraordinaria”, decir palabras bonitas era su especialidad, hizo uso de ese don para terminar con la tensión del momento.
“y la más amorosa y la más cariñosa”, debía terminar con los halagos, amaba a Cruella, eso, no era un secreto que se empeñara en ocultar.
“no hay dudas de eso”, le dio la razón, acercándose a su lado, en ese punto de la conversación, la unión entre sus cuerpos ya estaba totalmente olvidada.
“¿se te pasó el asombro?”, preguntó fríamente, al negarle ese simple roce, como que no se merecía una retribución de cariño.
“perdóname, cariño, debes entenderme, no es tan fácil asimilar que eres una…”, sus labios, se sellaron solitos, y era lo mejor, porque seguía…, un error Fred, ¡ni te atrevas!
“¿una pobretona sin dinero con quien no vale la pena tener una relación amorosa?...”, lanzó la pregunta y el silencio, tomó el control de la situación, “sí, eso soy y no reniego de mi raíces”, sin titubeos, estableció sus límites.
“cariño, no te ofendas”, se volvió chiquitico, y repitió su intento de aproximarse, “debes entender, uno nunca se imaginaría que una mujer como tú, con pleno conocimiento de las técnicas de etiqueta, a quien nadie le puede rebatir un concepto de moda y quien viste con los más finos atuendos, no haya nacido en cuna de oro”, aduladoramente, seguía intentando remediar su excesiva reacción.
“la vida te da sorpresas, Fred”, confía, Regina, es tu prometido, no se repetirá la historia, “y no te preocupes, no me ofendiste, al contrario”, decidió aceptar los cariños que le brindaban sus manos encima de sus mejillas, sigues sin sentir nada ante su toque, ¿hasta cuándo?, su piel buscaba desesperadamente, unas manos que arrasaran con su paz, que la llevaran a transitar por lugares desconocidos, que la hicieran volar ante el más mínimo roce, estaba ávida de esa chispa que pusiera de cabezas su universo, no había podido sentirse amada nuevamente, y temía no volver a experimentar jamás, ese sentimiento que, una vez, tan feliz la había hecho, y que como mismo llegó, se esfumó, sin embargo, no perdía las esperanzas, ¡suerte en tu búsqueda!
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Cuando se añora un amor
RomanceInspirada en la canción Cuando nadie ve, interpretada por Morat